(Libertad Digital) La mayor disponibilidad de las centrales nucleares españolas ha permitido que los ocho reactores que funcionan en España hayan producido en 2008 un total de 58.997 millones de kWh, lo cual supone el 18,29% de la electricidad que consumimos y un incremento del 6,6% respecto a la producción eléctrica de 2007.
Estos son algunos de los datos significativos que se desprenden del "informe anual Resultados y Perspectivas Nucleares, 2008 un año de energía nuclear”, presentado hoy por María Teresa Domínguez, Presidenta de Foro de la Industria Nuclear Española. En la presentación ha destacado como conclusiones principales:
Es necesario mantener los ocho reactores en funcionamiento, entendiendo su valor estratégico en aspectos de productividad, competitividad, empleo, contribución a minimizar las emisiones de CO2 y mantenimiento de la tecnología y equipos humanos.
Actualmente es urgente una planificación energética que defina el mix más adecuado para España, asegurando una transición que permita seguridad y suministro, mejora de los problemas ambientales, control de costes y mejora de la productividad del PIB de la industria. Además, se requiere una mayor participación en los programas de desarrollo de renovables y nucleares.
La central nuclear Santa María de Garoña
Las centrales nucleares no tienen un periodo de funcionamiento fijo establecido, sino que las autorizaciones de funcionamiento se renuevan periódicamente.
Antes del próximo 5 de julio el Ministerio de Industria, tras haber recibido el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, tomará una decisión sobre la solicitud de renovación del permiso de funcionamiento de esta central. A pocas semanas de esta decisión, Martín Regaño, Director General de Nuclenor –empresa propietaria de la central- ha presentado las razones para la continuidad de funcionamiento de la central de Garoña:
Santa María de Garoña es una central segura, tal como lo acreditan los resultados de supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear y las 5 revisiones internacionales independientes a las que se ha sometido voluntariamente la planta en los últimos 12 años.
Es una central fiable, como lo demuestran los factores de producción de la planta, que en los últimos diez años se sitúan entre un 7% y un 9% por encima de la media mundial.
Es una central moderna fruto de la inversión realizada en la planta, que suma cerca de 370 millones de euros desde finales de los años ochenta. Esto ha permitido sustituir más de la mitad de los equipos de la planta y la realización de más de 2.500 modificaciones al diseño original de la instalación para adaptarla a los nuevos requisitos.
Tiene un sólido proyecto de operación a largo plazo basado en la propia experiencia y en la de las centrales nucleares americanas que ya han obtenido autorización para operar a largo plazo.
En las mejores condiciones técnicas y humanas
La metodología utilizada en centrales similares y la exigencia del organismo regulador español hacen que Santa Maria de Garoña se encuentre en las mejores condiciones -técnicas y humanas- para afrontar con garantías la operación segura y fiable de la planta hasta el año 2019.
María Teresa Domínguez, presidenta del Foro Nuclear comparte estos argumentos y considera que si el Consejo de Seguridad Nuclear emite su informe favorable, se debería optar por la continuidad de Garoña.
Y afirma: “Sería un desatino económico y social renunciar a poder seguir operando una instalación cuando está perfectamente justificado su funcionamiento seguro y está clasificada entre las más eficientes del mundo. La decisión sobre la operación a largo plazo de esta central nuclear debería basarse en razones exclusivamente técnicas. La industria nuclear desea y confía que la decisión del Gobierno sea responsable y tenga en cuenta que Garoña emplea a 1000 personas, genera riqueza en la zona y produce electricidad a un coste realmente competitivo”.