El "éxito" de la subasta de deuda portuguesa realizada el miércoles se debe al Banco Central Europeo (BCE). Trichet ha comprado entre 1.000 y 1.500 millones de euros en bonos desde el lunes, en su mayor parte portugueses.
Portugal superó el miércoles su particular prueba de fuego tras colocar 1.249 millones de euros en deuda soberana, con un interés del 6,71% a diez años, menor que en la anterior operación de este tipo, y con una demanda tres veces mayor a la oferta.
El Estado luso emitió 650 millones en deuda a cuatro años, a un interés del 5,39%, y otros 599 millones con vencimiento en 2020, cuyo interés quedó por debajo de la barrera crítica del 7%, que había rebasado en los últimos días en los mercados financieros. La emisión a diez años, considerada la de mayor riesgo en el mercado, se hizo casi una décima por debajo del interés alcanzado en la anterior colocación similar, en diciembre, cuando la penalización impuesta por los inversores a la deuda lusa batió récords y llegó al 6,8%.
Sin embargo, al mismo tiempo, en el caso de los títulos a cuatro años, la subasta reflejó el deterioro en los últimos meses de las condiciones crediticias de Portugal, y se supero en casi trece décimas el interés, del 4,04%, de la anterior colocación, de finales de setiembre.
La emisión ha sido calificada de auténtico "éxito" por parte del Gobierno luso, que a lo largo de estos últimos días insiste una y otra vez en que el país no precisa ayuda para evitar la quiebra.
Pero se trata de un "éxito relativo, ya que el Banco Central Europeo (BCE) ha intervenido directamente en el mercado mediante la compra directa de deuda lusa esta misma semana. En concreto, el BCE ha comprado entre 1.000 y 1.500 millones de euros de deuda pública de los países más débiles de la zona euro desde el pasado lunes, según estimaciones de Nomura.
De hecho, la mayoría de estas adquisiciones se han centrado en deuda portuguesa, según Nick Firoozye, alto directivo de la firma. El BCE ha intensificado su compra de bonos para aumentar el creciente coste de financiación que soportan ciertos países, sobre todo, Portugal. Por ello, aunque la emisión de deuda a 10 años realizada el miércoles alcanzó una tasa de interés inferior a la anterior subasta de este mismo tipo, "esto no significa que haya desaparecido el riesgo de que Portugal solicite un rescate", advirtió.
Y es que, Portugal tendrá que seguir acudiendo al mercado para financiarse, y dicha subasta tan sólo indica que el BCE ha logrado, por el momento que la petición de ayuda internacional se aplace "otro mes", según Firoozye, es decir, temporalmente.
Rescate
De hecho, las autoridades europeas llevan varios días estudiando el posible rescate de Portugal. La noticia saltó el pasado fin de semana: Alemania y Francia presionan para que Portugal acepte un rescate internacional lo más pronto posible para evitar que la crisis de deuda de la zona euro se exrienda a otros países, según publicaba entonces la revista alemana Der Spiegel. Los gobiernos implicados negaron este aspecto.
Sin embargo, ahora tales informaciones son confirmadas por el Financial Times Deutchland. Según publica este miércoles el diario germano, en base a fuentes europeas, la concesión de la ayuda podría ser anunciada en breve. Portugal podría recibir entre 50.000 y 100.000 millones de euros a través del Fondo de rescate europeo aprobado el pasado mayo, y dotado en la actualidad con 750.000 millones.
Los ministros de finanzas de la zona euro discutirán esta cuestión en la reunión de la próxima semana, aunque el debate es tan sensible en Alemania que las decisiones finales podrían esperar hasta una cumbre de los líderes de la UE programada para el 4 de febrero, según fuentes próximas a las negociaciones. Los responsables de Economía de Holanda y Finlandia consideraron el martes como "muy probable" que Portugal precise finalmente un rescate.
Un diagnóstico que es compartido, incluso, por la economista y administradora del Banco de Portugal, Teodora Cardoso: el rescate es "inevitable", advertía, dadas las actuales condiciones del mercado (coste de financición). La cuestión es que, con independencia de si hay o no anuncio de rescate, las autoridades comunitarias ya han previsto esta circunstancia, evaluando su coste en una cifra de hasta 100.000 millones de euros (similar al irlandés).