"Claramente la Reserva Federal no va a ampliar ese programa, dada la mejora en los mercados financieros que estamos observando", explica Lyle Gramley, asesor económico senior de Soleil Valores Corp, citado por Bloomberg.
Así los planes para comprar 125.000 millones de dólares a los bancos en títulos respaldados por hipotecas y los 200.000 millones en deuda pública de EEUU expirará a finales de año, y no se prevé su renovación, según señala el ex gobernador de la Reserva Federal Laurence Meyer.
La Reserva Federal bajó los tipos de interés casi a cero el pasado diciembre y, como ya no tenía más herramientas para inyectar liquidez en los mercados, decidió monetizar deuda pública y comprar los títulos "tóxicos" a los bancos mediante la expansión de su balance. El Comité Federal de Mercado Abierto mantuvo el plan de compra de activos sin cambios en junio, y se revisará la próxima semana en una reunión que se celebrará en Washington.
"Es poco probable que se extienda la vida útil de estos programas, a menos que, por supuesto, la economía o los mercados financieros empeoren", explicó Meyer. "Por lo tanto, esperamos que la FED anuncie en su próxima reunión que el programa de compra de activos del Tesoro expire a mediados de septiembre." Aunque algunos miembros del comité defienden que la compra de bonos se podría aplazar un mes. Varios analistas financieros coinciden en la necesidad de poner fin a este tipo de políticas "no convencionales".
Las autoridades de política monetaria de la Reserva Federal optaron por abstenerse de realizar más compras de activos a las entidades financieras durante su encuentro del mes pasado, debido a las dudas sobre cómo reaccionarían los mercados a más compras, según indican documentos de la reunión.
Las autoridades consideraron, además, que la severa recesión que afecta a Estados Unidos se acerca a su fin y que el crecimiento se reanudará en el segundo semestre, aunque señalaron que la economía sigue siendo vulnerable.
Pero al mismo tiempo decidieron no incrementar el programa de compras de activos ante el temor de que se dispare el riesgo de inflación a medio plazo. "Aunque la expansión de programas semejantes podría prestar un apoyo adicional a la economía, los efectos de más compras de activos, especialmente de activos del Tesoro, sobre la economía y las expectativas de inflación son inciertos", según los documentos del encuentro del 23 y 24 de junio.
¿Signos de estabilización?
La Reserva Federal afirma que la mayoría de sus 12 bancos regionales han detectado un frenazo en la caída del crecimiento económico en junio y julio, síntoma de que la peor crisis en más de medio siglo está llegando a su fin.
Pese a todo "la actividad económica sigue siendo débil", afirma la FED en el Libro Beige, el resumen de las condiciones económicas recogidas por todas las entidades que forman la Reserva Federal. Tres de ellas, incluyendo la de San Francisco, el distrito más grande, han localizado "signos de estabilización", mientras que Chicago y San Luis sólo recogieron una moderación de la caída del crecimiento.
No obstante, la FED indica que el mercado laboral se mantiene "extremadamente" vulnerable y citan que han detectado diversos métodos para reducir los salarios.
El gasto de los consumidores se mantiene por debajo de los niveles de hace un año en la mayoría de los distritos que han visto cómo las ventas se mantienen bajas y los consumidores han optado por comprar productos más baratos.
Éstos son los comentarios más positivos empleados desde el comienzo de la crisis por la FED realizadas antes de la reunión sobre política monetaria del banco central estadounidense, del 11 y 12 de agosto.
El informe vuelve a traer a colación las palabras del presidente de la FED, Bernanke, que la semana pasada declaró ante el Congreso estadounidense que la contracción económica "parece haberse frenado significativamente".
Ya hay voces que afirman que esperan un tímido crecimiento durante la segunda mitad de 2009, y el Libro Beige ya muestra algunas leves señales. Las ventas al por menor fueron débiles en muchas áreas, sobre todo en la industria financiera, aunque se aprecian mejoras significativas en el sector manufacturero.