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La quiebra de los PIGS causaría un agujero de 1,5 billones a la banca europea

La banca alemana y francesa es, junto a la británica y la suiza en menor medida, la más expuesta a una hipotética quiebra de los denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Los bancos europeos tienen 185.000 millones de euros en Grecia y más de 1,5 billones en los cuatro países.

Los bancos alemanes y franceses tienen una “enorme” exposición a la deuda pública de Portugal, Irlanda, Grecia y España, según un reciente informe de la entidad francesa Société Générale. El dinero que se juega la banca europea en estos cuatro países no es cuestión baladí, de ahí la profunda preocupación que reina en Bruselas acerca de los graves desequilibrios fiscales que presentan sus respectivos gobiernos.

En concreto, la exposición crediticia de la banca alemana y francesa supera los 87.000 millones de euros en Grecia y 667.000 millones en el conjunto de los PIGS, según datos del Banco Internacional de Pagos.

Si suma la exposición de la banca británica y suiza, la quiebra de Grecia podría causar una agujero de 185.700 millones de euros a estas entidades, mientras que la factura ascendería a algo más de 1,5 billones en caso de que los cuatro países citados suspendieran pagos.

En el caso concreto de Grecia la exposición de la banca internacional es la siguiente:

Francia: 55.500 millones de euros.
Suiza: 47.000 millones.
Alemania: 31.700 millones.

EEUU: 12.000 millones.
Reino Unido: 9.000 millones.

Países Bajos: 8.600 millones.
Otros países: 58.200 millones.

“La exposición es enorme”, según Klaus Baader, co-economista jefe de Société Générale en Londres, informa Bloomberg. De ahí que"la crisis en Grecia no sea sólo un problema aislado, sino un problema concreto para el sector bancario de Europa. Esto explica el interés de los ministros de finanzas [de la zona euro] en la tratar de estabilizar la situación”.


Desde hace meses, los líderes de la zona euro, encabezados por Francia y Alemania, vienen discutiendo a puerta cerrada cómo afrontar la crisis de deuda soberana que se ha desatado en el seno de la Unión Europea, tras el profundo deterioro que sufren las cuentas públicas griegas y el temido efecto contagio que podría arrastrar a otros países con altos déficits fiscales, como es el caso de Irlanda, España y Portugal.

Hasta el momento, Bruselas tan sólo ha acordado prestar todo su “apoyo político” al Gobierno de Atenas para tratar de paliar la situación, pero entre bambalinas los distintos gobiernos siguen estudiando la posibilidad de prestar ayuda financiera a Grecia para calmar a los mercados de deuda pública.

El déficit oficial griego asciende al 12,7% del PIB, y Atenas se ha comprometido a disminuir este desequilibrio fiscal hasta el 8,7% en 2010, y situarlo por debajo del 3% como muy tarde en 2012. De hecho, la UE ha intervenido la economía griega, algo que carece de precedentes en el seno de la Unión.

El país está siendo asolado por una oleada de huelgas generales en protesta por las drásticas medidas de austeridad en el gasto público y el aumento de impuestos por Bruselas al Ejecutivo heleno con el objetivo de reducir la brecha fiscal.

Pero no es el único. España, Portugal e Irlanda también registran un déficit público disparatado, próximo al 10% del PIB, lo que se ha traducido en un creciente aumento de las primas de riesgo y del diferencial con respecto al bono alemán. Es decir, los inversores no se fían y, por ello, han disparado la compra de derivados o credit default swaps (CDS) para cubrirse las espaldas ante un posible default (impago) y exigen un mayor tipo de interés para seguir comprando deuda pública. Todo ello implica un mayor coste de financiación para estos países a la hora de emitir bonos o letras del Tesoro.

Los CDS (seguro para garantizar la inversión en caso de quiebra) de la deuda soberana griega cotizan en el entorno de los 400 puntos básicos en febrero frente a los 280 puntos en enero. Es decir, un inversor tiene que pagar unos 400.000 dólares para garantizar la compra de bonos por valor de 10 millones.

La agencia de calificación de riesgos internacional Standard & Poor's (S&P) anunció esta semana que el rating (nota de calidad crediticia) de la deuda pública de Grecia podría ser reducido nuevamente al largo de las próximas cuatro semanas. Según un comunicado emitido en Londres, los analistas de S&P mantienen por ahora la calificación de Grecia en el 'BBB+ para la deuda a largo plazo y en el A-2 a corto plazo. Sin embargo, las expectativas negativas de los bonos griegos "reflejan la posibilidad de una nueva reducción en una o dos notas en cuestión de un mes".

De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) afirman que el plan de austeridad del Gobierno de Grecia no es suficiente para frenar la crisis financiera y recomiendan medidas adicionales de reajuste presupuestario por un total de 5.000 millones de euros.

Según publica este viernes el diario Elefeterotipia, que tuvo acceso al contenido de las negociaciones, ése es el principal resultado de la misión de supervisión de cinco días efectuada esta semana en Grecia por un equipo de 12 expertos del FMI, la CE y el BCE.

Aunque los expertos no hicieron públicas sus conclusiones tras finalizar anoche su misión, el Gobierno griego filtró a la prensa local detalles del informe.

Las medidas adicionales al plan de austeridad anunciado por el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, corresponden al 1,5-2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Según los medios, fuentes del ministerio de Finanzas afirman que los servicios estadísticos comunitarios pronostican que la economía griega sufrirá un receso del 1 al 2% en 2010.

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