LD (M. Llamas) El proyecto de Presupuestos de EEUU para el ejercicio fiscal que comenzará el próximo 1 de octubre contempla un déficit público de 1,75 billones de dólares (1,36 billones de euros). Es decir, el 12,3% del PIB. El saldo negativo más elevado desde la Segunda Guerra Mundial. Las cuentas públicas contemplan una reforma sanitaria, cuyo coste asciende a 634.000 millones de dólares en 10 años, e incluye además 250.000 millones de dólares adicionales en ayudas públicas al deteriorado sector financiero del país.
Sin embargo, el creciente gasto público que prevé aplicar el presidente de EEUU, Barack Obama, irá acompañado denuevos aumentos de impuestos. El Gobierno prevé ingresar cerca de 1 billón de dólares mediante la imposición de nuevos tributos, que castigarán a las rentas más elevadas y las emisiones de CO2, durante la próxima década.
Tipos más altos sobre rentas superiores a 200.000 dólares
Así, el borrador de las cuentas públicas (lea aquí el original), presentado el jueves, contempla restaurar los tipos aplicados en la era de Bill Clinton, y que fueron eliminados por el anterior ocupante de la Casa Blanca, George W. Bush. En concreto, Obama prevé elevar el impuesto sobre la renta hasta un tipo máximo del 39,6% en 2011, frente al 35% que pagan las rentas más altas en la actualidad (por encima de los 250.000 dólares anuales), informa Bloomberg. También se aplicará un aumento tributario similar sobre los ingresos superiores a los 200.000 dólares anuales. Se trata del primer aumento fiscal sobre las familias ricas de EEUU desde 1993.
Más cargas sobre plusvalías
Además, el Gobierno pretende subir los tributos sobre las ganancias de capital y dividendos (plusvalías), con un tipo del 20% frente al 15% actual, establecido por Bush en 2003. Por otro lado, bajo la excusa de combatir el cambio climático, el Gobierno de Obama deja la puerta abierta a implantar el sistema de subastas de emisiones de CO2, propio del Protocolo de Kioto, que ya opera en la UE. De este modo, las empresas contaminantes de EEUU tendrán que adquirir permisos de emisión a partir de 2012, informa The Wall Street Journal.
Impuestos sobre el CO2
Obama propone así gravar a las grandes empresas del país con nuevos tributos medioambientales. Y ello, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 un 14% en 2020 con respecto a los niveles de 2005, y hasta un 83% menos para 2050.
Por último, y en contra de la imagen antibelicista del nuevo presidente de EEUU, el Presupuesto para 2010 incrementa las partidas destinadas al Ejército y el gasto militar. En concreto, el borrador contempla un presupuesto de 533.000 millones de dólares para el Departamento de Defensa. Un aumento del 4% interanual en 2010. Además, prevé gastar cerca de 75.000 millones de dólares adicionales en 2009 para operaciones de combateen Irak y Afaganistán, y otros 130.000 millones para 2010, informa Bloomberg.
La "nueva era de responsabilidad" de Obama, tal y como establece el título de sus primeros Presupuestos, ha llegado: Más impuestos, más gasto público y más dinero para operaciones bélicas, junto al déficit más elevado de EEUU desde la II Guerra Mundial. Así, tal y como muestra el siguiente gráfico, la diferencia entre ingresos y gastos del Gobierno alcanza su valor máximo (12,3% del PIB), desde la Segunda Guerra Mundial, cuando el déficit superó la barrera psicológica del 20%.
El problema, sin embargo, radica en los peligros potenciales que podrían conllevar tal desequilibrio presupuestario. Así, tal y como expone Scott Grannis, economista jefe hasta 2007 de Western Asset Management Company, en Seeking Alpha, las cuentas de Obama inspiran "temor" más que optimismo. "¿Qué pasa si, pese a la subida de impuestos, no se obtienen mayores ingresos fiscales? ¿Qué pasa si el gasto pública aumenta por encima de lo previsto, tal y como siempre ha sucedido en el pasado? ¿Qué pasa si los tipos de interés aumentan, y se encarece drásticamente la financiación de los billones de dólares en déficit? ¿Qué pasa si la expansión del Gobierno frena el crecimiento de la productividad?" Grannis lo tiene claro: "No creo que sea demasiado difícil percatarse de que este presupuesto es para el mercado la suma de todos los temores".