El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha avanzado que la ayuda de "entorno a 400 euros" para parados de larga duración, que sustituirá a la de 426 euros, estará destinada únicamente a aquellos que tengan cargas familiares, y exigirá que se compagine con el desarrollo de programas formativos.
En declaraciones a RNE, Gómez explicó que la reforma de las políticas activas de empleo, pendiente de acuerdo con los agentes sociales, persigue que los parados accedan a itinerarios de formación y que, además, "cuando tengan necesidades familiares, tendrán ayuda económica". Las cargas familiares no se incluían entre las condiciones para recibir la ayuda de los 426 euros, por lo que Gómez indicó que "éste es el cambio en la configuración del programa".
La vigencia de la ayuda de 426 euros finaliza el próximo 15 de febrero, con lo que el Gobierno estudia tener la nueva prestación lista para entonces. El ministro de Trabajo ya avanzó tras el Consejo de Ministros del viernes que su entrada en vigor se produciría "en semanas".
Simplificar los convenios colectivos
Otra de la reformas pendientes es la de la negociación colectiva. Al respecto, el titular de Trabajo insistió en que es preferible que sea fruto del pacto entre los agentes sociales, aunque dijo que el Gobierno está dispuesto a hacerlo por ellos.
Así, avanzó que su intención es que se limiten los ámbitos de negociación colectiva a los convenios sectoriales, en su mayoría de carácter nacional, y a los de empresa. "No debería haber demasiados ámbitos intermedios", apuntó, en referencia a los convenios provinciales.
Además, consideró necesario predeterminar por convenio o de otra manera un sistema de arbitraje, como el que se ha desarrollado en el caso del convenio colectivo de los controladores aéreos, para cuando venza un convenio y pasen "años, no semanas", sin que las partes se pongan de acuerdo.
De esta forma se daría una solución a la actual ultraactividad de los convenios, que los empresarios quieren eliminar y que constituye el principal escollo en las negociaciones con los sindicatos. "Debe existir una forma sencilla y rápida de que si no se ponen de acuerdo en años y no en semanas haya mecanismos de arbitraje previstos", explicó.
Dos años para que baje el paro
Gómez defendió la labor del Gobierno en la lucha contra la crisis a corto plazo, pero levantó la vista para señalar que cree que la economía crecerá a tasas suficientes para poder reducir el desempleo "ostensiblemente" en un plazo de dos años y que entonces se podrán recoger los frutos de las últimas reformas.
Así, admitió, sin dar más detalles, que "enero es un mes malo siempre" para el desempleo y que no cabe esperar una mejora inmediata en este sentido. Sin embargo, confió en que las medidas implementadas en el mercado laboral y la consecución de la reforma del sistema financiero permitan que se pueda expandir el crédito "después del verano" y con él la actividad y el empleo.
Por último, Gómez reiteró que la voluntad del Gobierno es sumar a todas las fuerzas políticas, incluido el PP, a un gran pacto anticrisis que, según dijo, está llamado a ser el más relevante tras los Pactos de la Moncloa. "Creo que la política económica y laboral lleva tiempo esperando la incorporación del PP y si ahora quiere hacerlo, tiene un sitio", sentenció.