Según informa Expansión, las entidades consolidarán sus balances y crearán una “unidad de decisión” que marcará las pautas de negocio para todas.
Cada caja mantendrá su razón social y su marca, aunque el protocolo fija compartir una marca global, Cajas Rurales del Mediterráneo es la denominación provisional, e implantar medidas para racionalizar la red de oficinas allí donde pudiera haber duplicidades.
El nuevo grupo suma unos activos de 11.326 millones de euros al cierre de mes de mayo, de los que Ruralcaja aporta el 78%, con lo que sigue por detrás de Cajamar en el ránking de rurales españolas, ya que el grupo de la entidad andaluza cuenta con unos activos de 26.327 millones.
Además, todas las entidades se comprometen a integrarse en el Sistema Institucional de Protección (SIP) que impulsa la Asociación Española de Cajas Rurales y lidera Ruralcaja, junto a las entidades de Navarra, Sevilla, Granada y Asturias.
Esta plataforma permitiría a las cajas prestarse mutuamente coberturas y garantías para garantizar su solvencia y liquidez, sin llegar al grado de la fusión. Además, el nuevo grupo está abierta a integrar a otras de las 14 cooperativas valencianas que se mantienen fuera de estas alianzas.