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La mayoría de la población rechaza el segundo plan de "estímulo" de Obama

Un 55% de los estadounidenses está en contra de la aprobación del segundo plan de estímulo de Obama. El programa para salir de la crisis del presidente de EEUU está cada vez más en entredicho. Mientras, crecen las dudas sobre la continuidad de su equipo económico.

Barack Obama presentó el pasado lunes, coincidiendo con el Labor Day (algo así como el día del trabajo), la última parte de su segundo plan de estímulo de la economía, que sumará 360.000 millones de gasto público al billón de dólares ya consumido. El problema es que no parece que el primero haya servido de mucho, puesto que la economía americana se está ralentizando y podría acabar en una recesión en W (con pequeñas mejoras a la que siguen fuertes recaídas).

Quizás por eso, los norteamericanos no apoyan lo anunciado el lunes. El 55% de sus ciudadanos, según una encuesta de Rasmussen Reports, se opone a la aprobación del nuevo paquete de gasto, frente a sólo un 31% que lo apoyan. Es más, prácticamente la misma cantidad de los encuestados (36% frente al 38%) piensa que lo gastado hasta ahora ha dañado más que beneficiado a la economía.

Según estos mismos datos, el 70% de los votantes piensa que hay cosas que el Gobierno Federal puede hacer por mejorar la coyuntura, pero más o menos el mismo porcentaje no cree que lo consiga.

Estas cifras son particularmente significativas cuando se habla de un plan de estímulo de estas características. Gastar en educación, sanidad u obras públicas casi siempre es políticamente rentable, puesto que los ciudadanos ven con más facilidad esas obras que se hacen en su estado, que el dinero que luego le costará en impuestos a lo largo de los años. Sin embargo, los estadounidense parecen hartos de este tipo de medidas keynesianas y "tienden a ver mejor los recortes de impuestos" que los incrementos de gasto.

Los rumores sobre su equipo

Pero no sólo las dudas sobre su plan preocupan a Obama. En las últimas semanas se han desatado los rumores en la prensa especializada sobre el futuro de su equipo económico. De esta manera, una jornada de golf con Michel Bloomberg, alcalde de Nueva York durante sus vacaciones, ha hecho que numerosos analistas hayan jugado con la idea de que Larry Summers (director del Consejo Económico Nacional) y Tim Geithner (secretario del Tesoro, el equivalente a ministro de Economía) puedan abandonar sus puestos. Al parecer, Bloomberg, a pesar de ser republicano y posible candidato a los comicios generales de 2012, podría estar en las quinielas para sustituirles.

Además, en las dos últimas semanas Christina Romer (directora del Consejo de Asesores Económicos) y Peter Orszag (director de la oficina de presupuesto) han dejado sus cargos. Por eso, aunque el rumor que sitúa a Bloomberg en la Casa Blanca no parece tener mucho recorrido, el mero hecho de que se hable del tema y las bajas en el equipo económico que hasta ahora son muy poco oportunas para el Gobierno norteamericano. Y todo esto a dos meses de unas importantes elecciones legislativas que, según todos los sondeos, darán un fuerte impulso a los republicanos.

Si la economía norteamericana no se recupera rápidamente, la segunda parte de la primera legislatura de Obama podría hacérsele muy larga. Y las balas (gasto público) se le van agotando.

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