Los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro aceptaron impulsar el Pacto por la competitividad exigido por Alemania como condición para aceptar un aumento del fondo de rescate de la zona euro. "Se añade al paquete financiero el refuerzo de la coordinación de las políticas económicas de la zona euro para una mayor competitividad", escribió el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en su página de Twitter.
De esta manera, comenzaría el desarrollo del súper-estado europeo ideado por Angela Merkel y al que se ha unido de forma entusiasta Nicolas Sarkozy. La intención de la canciller alemana es crear unas normas económico-financieras mucho más estrictas que eviten crisis como la que ahora vive la eurozona.
A cambio, Merkel estaría dispuesta a ampliar la participación de los estados en el Fondo de Rescate europeo, de los 250.000 millones de la actualidad a los 440.000 millones que se habían previsto inicialmente. Es decir, que la alemana sólo aprobará las garantías que aseguren las finanzas de los países europeos en problemas si le dejan imponer su visión de lo que tiene que ser un gobierno económico común en la eurozona.
El problema es que conseguirlo exigirá que los estados entreguen parte de sus competencias y se comprometan a seguir las normas que impulsen alemanes y franceses. En el horizonte se perfila un súper-ministerio de economía comunitario que dejará casi sin margen de maniobra a los gobiernos nacionales en aspectos clave de su política económica, como la fiscalidad a las empresas, las normas laborales o las que tengan relación con los pensionistas.
Lo que ocurre es que no está tan claro que todos los países estén dispuestos a esta cesión de su soberanía para contentar a Alemania. España, Portugal o Grecia tienen poco margen de actuación, porque en estos momentos sus finanzas dependen en buena parte del apoyo alemán. Sin embargo, países como Austria, Holanda o Finlandia, con sus cuentas públicas saneadas y buenas perspectivas de crecimiento no se muestran tan entusiastas a la hora de aceptar el plan franco-germano.
Este mismo viernes, Le Monde destaca como el Pacto está diseñado a imagen y semejanza de la economía alemana. La propia Angela Merkel habría declarado en este sentido, que las normas que se apliquen deben ser las del Estado que lo esté haciendo mejor en cada ámbito, en una alusión velada a su propio país.
En la reunión de este viernes en Bruselas, los países de la eurozona han acordado fijar la fecha para una nueva Cumbre, que se celebraría en marzo y en la que se cerrarían los detalles del acuerdo. Antes de ese momento, los gobiernos de la UE y las instituciones comunitarias para ir limando los aspectos más conflictivos del Pacto, algo que no será fácil, puesto que las posiciones en algunos aspectos son muy divergentes.
Quizás por eso, Nicolas Sarkozy ha aprovechado la rueda de prensa posterior a la Cumbre para explicar que no se impondrá una regla fija a todos los países: "La idea que tenemos con (la canciller alemana, Angela) Merkel no es la de imponer a todo el mundo lo mismo". El presidente francés puso el ejemplo de los sistemas de pensiones y explicó que, aunque la esperanza de vida diverja según los estados, se puede acordar "el método de cálculo" para ajustar el número de años de cotización necesarios para recibir la pensión a las características demográficas de cada país.
Las medidas
Aunque ninguno de los dos líderes mencionó las iniciativas concretas que van a constituir este pacto, Merkel ya ha avanzado algunas de sus ideas, como la eliminación de las cláusulas de subida salarial indexadas a la inflación, una mayor armonización fiscal, la prohibición por ley de déficit públicos excesivos o el aumento de la edad de jubilación. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer su apoyo a este pacto impulsado por Alemania y Francia, durante la visita de Merkel a Madrid, aunque evitó pronunciarse sobre algunos aspectos como la subida salarial ligada a la productividad, que dejó en manos de los agentes sociales.
Está previsto que los líderes europeos encarguen al presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, que inicie una ronda de consultas con los líderes de la zona euro para identificar "vías concretas para avanzar" en la convergencia, de cara a esa mencionada mejora de la competitividad.
Según el borrador de conclusiones de la cumbre, los líderes europeos también acordarán este refuerzo del fondo, creado en mayo pasado para socorrer a los países afectados por la crisis de la deuda.