LD (Luis F. Quintero) La demanda de energía eléctrica en España está sufriendo una de las mayores contracciones de toda su historia. La crisis económica se refleja, no sólo al mercado automovilístico, el turismo, el sector servicios, la construcción o las manufacturas, sino también en el consumo de electricidad. Un indicador fiable sobre la evolución real de la actividad económica en España.
La demanda agregada de electricidad y gas está cayendo más de un 9,2% desde abril. El mayor desplome en 13 años. La demanda bruta de electricidad cayó el pasado mes de abril un 13,5%. Corregido el efecto estacional, la demanda acumulada en tasa interanual se desplomó un 9,33%, siendo la caída acumulada de gas del 19,5%. La caída se modera ligeramente en mayo, con una caída bruta del 8,55%, anual acumulada del 9,25% y del 15,2% en la demanda de gas.
Analistas del sector consultados por Libertad Digital, señalan que este brutal ajuste ha sido provocado, mayoritariamente, por la fuerte caída de la demanda industrial, que supone un 52% (G4 más alto voltaje) de la demanda total agregada de energía en España.
La demanda retail (menos de 10KW contratados) es el consumo habitual de los hogares, así como de algunas PYMES y tiene la característica de ser muy inelástica. Esto significa que puede subir o bajar, pero siempre se mantiene dentro de los mismos parámetros. No sufre fuertes oscilaciones.
En cambio la demanda industrial (tarifa para los mayores consumidores, G4 más alto voltaje) está compuesta, como su nombre indica, por grandes industrias que requieren un alto consumo de recursos energéticos. Ésta es precisamente la que ha sufrido un desplome histórico. El cierre de numerosas fábricas y las quiebras han mermado ostensiblemente la demanda de energía.
Las centrales térmicas de carbón así como los ciclos combinados son las primeras factorías que han notado esta fuerte caída de la demanda, al ser las últimas en entrar en el pool energético diario (la subasta que diariamente equilibra la demanda de energía eléctrica con los generadores disponibles) han tenido que quedarse fuera en más de una ocasión.
El factor de carga (porcentaje de contribución a la red eléctrica de abastecimiento) de estas dos centrales ha sufrido una importantísima caída. Las centrales térmicas de carbón han pasado de un 53,6% de factor de carga interanual en el período comprendido entre y enero y abril de 2008 a un 40,6% en el mismo período de este año. Los ciclos combinados han pasado de un 50,8% de factor de carga a un 34,6% en los mismos períodos, según un informe de Citigroup al que ha tenido acceso este priódico.
Con este panorama, varios analistas del sector energético coinciden en poner en duda que sea posible una pronta recuperación del sector. El verdadero problema se encuentra en la destrucción de las grandes industrias que tiran a la baja de la demanda de energía. Por otro lado, particulares y pequeñas y medianas empresas tratan de optimizar costes y reducen también sus consumos. Un escenario que avanza una situación muy complicada para un sector clave para la economía española. Un sector en el que el Gobierno dice querer asentar uno de los pilares de la recuperación económica.