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La eco-corrupción se postula como sustituto del chiringuito urbanístico

En los años de burbuja, el sector inmobiliario ha servido a muchos políticos y empresarios para lucrarse de forma ilícita, tal y como advierte la UE. Ahora, las energías renovables se perfilan como un nuevo campo abonado para lograr rentas fáciles y fraudulentas. La eco-corrupción amenaza a España.

LD (Ángel Martín) ¿De la corrupción urbanística a la eco-corrupción? Tras el desplome del mercado inmobiliario es de esperar que los buscadores de rentas fáciles y fraudulentas traten de encontrar vías alternativas para su enriquecimiento personal. ¿Y qué sector o vía alternativa podría ser esa? No parece descabellado pensar que sea el de las energías renovables, sector que vive gracias a las subvenciones, es decir, a expensas de los ciudadanos. 

Al menos, esto es lo que apunta Mark Scott, analista en Londres del blog Green Business de la prestigiosa revista Business Week. Scott se hace eco de un artículo del periódico británico The Observer, donde comenta la noticia del arresto de 19 personas en La Muela (Zaragoza), incluida la alcaldesa, acusadas de corrupción.

Titulado como “Un escándalo mancilla la energía limpia de España”, el artículo pone en entredicho el modelo de las energías renovables en España y, en particular, el instaurado en la ciudad aragonesa, como posible fuente de corrupción y especulación política. 

La Muela es una de las ciudades españolas donde el boom de las energías renovables más se ha dejado notar. Cuenta con alrededor de 500 aerogeneradores eólicos, que trajeron la prosperidad a la región, viéndose su población triplicada. Además, se iniciaron ambiciosos proyectos de construcción, se subvencionaron vacaciones para los residentes a lugares como México, Brasil o el Caribe. En la actualidad, los 5.000 habitantes de La Muela comparten tres museos, un teatro, plaza de toros y centros de deporte y natación.

Según informa The Observer, las compañías de energías limpias tienen que pagar un millón de euros anuales en alquileres e impuestos al ayuntamiento. La alcaldesa, por ejemplo, posee una finca con tres casas para ella y sus dos hijos. Pero no son los únicos que sacan tajada, ya que los propietarios de las tierras donde se alojan los parques eólicos reciben unos 3.000 euros anuales de las mismas empresas. Cultivar las tierras es mucho menos rentable que plantar sofisticados y altísimos molinos.

El caso de la ciudad aragonesa no parece ser el único en este sentido. La concesión de licencias gubernamentales a las empresas de este sector también parecen haber levatado la sospecha en otros lugares. El periódico británico menciona el caso del alcalde socialista de Bigastro (Alicante), arrestado por la presunta venta licencias. O la concesión de permisos para la instalación de energías renovables a familiares desde el gobierno regional de Castilla y León.

“Se cree que la energía limpia ha atraído al dinero sucio”, afirma este medio, “a medida que el notoriamente corrupto negocio de la construcción buscó formas de blanquear ganancias ilegales”. Otra vía de posibles privilegios es la transmisión de información sobre los planes de instalación de plantas solares, ya que el valor de las tierras de los alrededores se suele disparar en cuestión de días.

Scott aporta algunas reflexiones interesantes al artículo de The Observer, advirtiendo de una posible nueva tendencia surgida al calor de los planes verdes multimillonarios de los gobiernos: la eco-corrupción. Asimismo, muestra su preocupación por el ejemplo que España, una de las potencias en energías renovables, pueda dar a otros países que la quieran imitar en este sentido.

Luego de reconocer que estas incidencias son excepcionales, concluye que a pesar de ello, “subrayan un punto importante: con tanto dinero del gobierno flotando en el aire, la amenaza de la (eco)-corrupción se convierte en un peligro real”. En este sentido, el Plan de Energías Renovables 2005-2010 del Gobierno incluye inversiones por valor de 23.000 millones de euros para que las energías limpias generen el 12% del consumo eléctrico, y los biocarburantes el 6% del del consumo de energía y gasóleo en el  transporte. En los que va década el dinero público destinado a fomentar las renovables se aproxima a los 30.000 millones de euros, según cálculos del Instituto Juan de Mariana.

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