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Los contribuyentes de EEUU destinan sus cheques fiscales a elevar el consumo

EEUU creció a un ritmo anual del 3,3 por ciento en el segundo trimestre de 2008. Pese a las dudas de  los analistas sobre el avance real de la economía estadounidense, el repunte de la actividad responde, sobre todo, a los efectos temporales que derivan del plan de estímulo fiscal aprobado por el Gobierno. Dicha medida consiste en devolver cerca de 150.000 millones de dólares a los contribuyentes. El 50% de este volumen (unos 75.000 millones) se destina a aumentar el consumo, cuyo peso en el PIB asciende al 75 por ciento de la economía norteamericana.

EEUU creció a un ritmo anual del 3,3 por ciento en el segundo trimestre de 2008. Pese a las dudas de  los analistas sobre el avance real de la economía estadounidense, el repunte de la actividad responde, sobre todo, a los efectos temporales que derivan del plan de estímulo fiscal aprobado por el Gobierno. Dicha medida consiste en devolver cerca de 150.000 millones de dólares a los contribuyentes. El 50% de este volumen (unos 75.000 millones) se destina a aumentar el consumo, cuyo peso en el PIB asciende al 75 por ciento de la economía norteamericana.
LD (M. Llamas) ¿A qué responde el sorprendente repunte del PIB norteamericano? La mayoría de los analistas coincide en señalar como responsable al plan de estímulo fiscal aprobado por el Gobierno de EEUU a principios de año, y que consiste en la devolución progresiva (vía cheque) de cerca de 150.000 millones de dólares a los contribuyentes norteamericanos.
 
Una medida coyuntural, cuyos efectos se han dejado notar momentáneamente en el PIB del país durante el primer semestre, gracias al repunte del consumo, cuyo peso en el PIB del país asciende al 75 por ciento del total.
 
Así, el gasto en el mes de julio aumentó un 0,2 por ciento, en línea con las expectativas, aunque muy por debajo de la subida del 0,6 por ciento que se produjo en junio. Sin embargo, si se descuenta la inflación, el gasto real se contrajo un 0,4 por ciento en julio, según informa este viernes el Departamento de Comercio de EEUU.

La ralentización del consumo se ha debido en parte a que el impacto de los cheques que entregó el Gobierno para estimular la economía ha comenzado a diluirse, según reconoce el Gobierno. Es decir, los efectos de la devolución fiscal comienzan a atenuarse y amenazan con destapar la situación económica real a finales de año. Además, los datos de los ingresos (con una caída del 0,7 por ciento en julio) y los gastos han aumentado la preocupación de los analistas sobre la situación de la economía.
 
La mitad de los cheques se destinan a gastos de consumo

El informe también muestra que los ahorros personales después de impuestos fueron del 1,2 por ciento, frente a la tasa del 2,5 por ciento en junio.

Y es que, los ciudadanos norteamericanos han podido incrementar su consumo gracias al reparto de los cheques tributarios del Ejecutivo. En concreto, los contribuyentes del país han aumentado su gasto en cerca de 75.000 millones de dólares que no estaban previstos (casi el 50 por ciento del paquete fiscal), según una encuesta elaborada por el National Retail Federation.
 

 
Los datos muestran que casi el 40 por ciento de los ciudadanos pensaban destinar a fines de consumo personal sus respectivos cheques de 1.000 dólares. Lo que equivaldría a cerca de 42.000 millones de dólares extra de gasto durante los pasados meses de abril, mayo y junio, en donde el Gobierno repartió cerca de 100.000 millones de los 150.000 previstos inicialmente.
 
A ello, se suman otros 20.000 millones de dólares (el 19 por ciento) destinados al ahorro. Sin embargo, parte de este montante terminará siendo gastado igualmente en bienes de consumo, según los expertos. Cabe recordar aquí, que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York el Gobierno aplicó una medida similar de devolución tributaria con el fin de estimular la economía estadounidense, que en ese momento se enfrentaba igualmente a un periodo de decrecimiento.
 

 
De este modo, cerca del 50 por ciento de la devolución total (75.000 millones de dólares) servirá para impulsar el consumo nacional, que tiene un peso próximo al 75 por ciento en el PIB de EEUU. Por ello, los analistas consultados por LD coinciden en señalar que el sorprendente repunte del PIB en el segundo trimestre refleja un episodio pasajero y temporal.
 
Estos últimos datos de crecimiento contrastan de forma significativa con el avance económico que registró la economía norteamericana en el último trimestre de 2007 (-0,2 por ciento), y el primero de 2008 (1,9 por ciento interanual). De hecho, el Gobierno de EEUU reconoció que la economía estadounidense cayó en la senda de la recesión a finales de 2007, tal y como avanzó LD.
 
El Gobierno reconoce una elevada probabilidad de recesión
 
Tal y como recoge un reciente informe elaborado por el Departamento de Comercio, existe un 69 por ciento de posibilidades de haber entrado en un proceso de recesión económica (los espacios sombreados indican un periodo de crecimiento negativo). Pese a ello, el departamento gubernamental descarta de momento esta opción, siempre y cuando la situación económica “no empeore mucho más” durante los próximos meses.
 

 
Además, según datos oficiales, los principales indicadores del país siguen mostrando una tendencia decreciente que apunta hacia la recesión, si se compara con periodos anteriores de crecimiento negativo. 
 
La delgada línea roja del decrecimiento, según este mismo organismo, se alcanza en el momento en que, entre otros indicadores, la tasa de desempleo intersemestral crece por encima de 0,8 por ciento (algo que, de hecho, ya se ha producido), o en caso de que la producción industrial caiga un 3 por ciento, entre otros factores. En ambos casos, los indicadores oficiales avanzan directamente hacia ese escenario.
 

 

 
Aún más relevante es la evolución del desempleo. El número de estadounidenses que solicitó subsidio por desempleo la semana pasada cayó en 10.000 personas, pero se mantuvo en un nivel elevado y sugiere que el mercado laboral aún sigue débil, según informó el jueves el Departamento de Trabajo.
 
La cantidad de personas que pidió el beneficio por primera vez bajó a 425.000 en la semana terminada el 23 de agosto desde una cifra revisada al alza de 435.000 la semana anterior.
 

 
Durante las últimas 4 semanas, las solicitudes descendieron hasta situarse en 440.250 en la semana del 23 de agosto, frente a los 446.250 de las 4 semanas previas.
 

Además, el número de personas que mantuvo el beneficio tras pedir una primera semana de ayuda subió en 64.000 personas, hasta alcanzar los 3,42 millones en total la semana al 16 de agosto. Se trata del mayor nivel desde noviembre de 2003.
 
Durante los últimos 5 meses, el número de solicitud de subsidios por desempleo se mantiene por encima de los 3 millones. Los datos históricos, comparando periodos de recesión económica previos, reflejan el riesgo real de recesión al que se enfrenta la primera potencia mundial, tal y como avanzó el pasado mes de mayo Libertad Digital.
 

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