LD (M. Llamas) De nada parecen haber servido los compromisos adquiridos por el G-20 a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo. Más bien, todo lo contrario. Diversos gobiernos, 17 de ellos pertenecientes al G-20, han puesto en marcha medidas destinadas a salvaguardar sus industrias nacionales de la competencia de otros países, dificultando el comercio internacional, tal y como avanzó Libertad Digital.
El Banco Mundial alerta en un reciente informe del auge que está viviendo el proteccionismo debido a la intensificación de la crisis económica a nivel mundial. En concreto, desde el estallido de la crisis, los gobiernos de muy diversos países han propuesto o implementado, al menos, 78 medidas en materia comercial. De éstas, 66 implican restricciones a la competencia internacional, de las que 47 ya han entrado en vigor.
El Banco Mundial no espera que este tipo de políticas conlleve efectos sustanciales, a la vista del tamaño de los mercados afectados y el grado de globalización existente todavía. Sin embargo, es una señal inequívoca de la peligrosa tendencia política que está provocando la crisis, según el documento. Con la economía global cayendo en una severa recesión, crece la presión política que demanda "proteger el empleo" nacional de la importación de productos foráneos.
"Sin embargo, si hay una lección que hay que prender de la experiencia de los años 30 (Gran Depresión) es que el aumento de las barreras comerciales amenaza con prolongar la contracción económica", alerta. Durante aquellos años, el Gobierno de EEUU levantó importantes barreras comerciales. Esta política se extendió también por Europa, agravando en gran medida la recesión a nivel mundial. El temor saltó tras la aprobación de una cláusula Buy America que restringe la compra de acero extranjero por parte del Gobierno de Barack Obama.
Más subsidios nacionales y aranceles
En la actualidad, países como Rusia, Argentina o Indonesia han aumentado los aranceles a la importación de determinados productos extranjeros, tales como televisores, coches o calzado. Otros, como los países miembros de la UE y EEUU han concedido importantes ayudas al sector de la automoción en un intento desesperado por evitar el cierre de fábricas y, como resultado, un mayor aumento del desempleo. Y ello, a pesar de que los océanos de coches sin vender se extienden por medio mundo ante el desplome de la demanda, tal y como avanzó LD.
Según el Banco Mundial, los subsidios a la industria de la automoción ascienden a cerca de 48.000 millones de dólares en los países desarrollados, a los que hay que sumar las ayudas directas concedidas por EEUU a los tres grandes de Detroit (General Motors, Chrysler y Ford). Además, los fabricantes de componentes para el automóvil recibirán hasta 5.000 millones de dólares de ayudas públicas, según anunció el jueves el Departamento del Tesoro de EEUU, una medida que fue aplaudida de forma inmediata por General Motors.
Francia defiende repatriar producción
Pero las ayudas directas no son las únicas señales de "preocupación". Así, el portavoz del Gobierno francés y secretario de Estado de Industria, Luc Chatel, reveló este viernes que el grupo automovilístico Renault volverá a producir en Francia un modelo que hasta ahora fabricaba en Eslovenia, una decisión que generará 400 empleos en la factoría de Flins, en la región parisina.
El grupo Renault va a anunciar la repatriación a la fábrica de Flins de la producción de un coche hasta ahora producido fuera de Francia. Será un aumento de la actividad para esta fábrica", declaró el secretario de Estado en la emisora Europe 1. En su opinión, Renault es "consciente" de que hoy hay que hacer un esfuerzo muy importante en materia de competitividad de la industria francesa del automóvil y eso se traduce en una "revisión de la organización de la producción".
El informe del Banco Mundial también destaca la concesión de nuevas subvenciones para favorecer el sector exportador en distintos países, más allá de las ingentes ayudas públicas que EEUU o la UE concede a su industria agrícola en detrimento de los países en vías de desarrollo, y que también se han extendido a otros productos como la mantequilla, el queso o la leche. China, Suecia, Argentina, Brasil o Italia también han aprobado nuevos subsidios, tanto directos como indirectos, para fomentar sus exportaciones.
Más ayudas agrícolas en los países ricos
En este sentido, el Ministerio de Medio Ambiente de España acaba de anunciar medidas compensatorias con ayudas al transporte al sector del plátano. El Gobierno central apuesta por la "reducción moderada" y progresiva de los aranceles de la Unión Europea (UE) a las exportaciones de plátano proveniente de Centroamérica, con el objetivo de proteger al sector platanero canario de forma que "permita la pervivencia de la actividad económica" del sector en las islas Canarias.
El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero considera "inevitable una reducción del arancel" al plátano centroamericano en virtud de los acuerdos de libre comercio entre la UE y Centroamérica, según ha explicado el Gobierno en respuesta a una pregunta por escrito del diputado popular Gabriel Mato. Sin embargo, "el Gobierno de España viene defendiendo el tratamiento del plátano como producto sensible, a través de un arancel que proteja suficientemente la producción canaria de plátano", explica el documento.
En resumen, que lejos de apostar por una mayor liberalización comercial a nivel mundial, los gobiernos de medio mundo tienden a incrementar el proteccionismo o, al menos, se resisten a reducir las barreras comerciales y arancelarias vigentes hasta el momento.