Una de las estrellas del proyecto olímpico de Gallardón, el pabellón deportivo llamado la Caja Mágica, ha tenido un sobrecoste de más de 170 millones de euros, es decir, que ha costado dos veces y media lo presupuestado en un principio: de 120 a 294 millones.
El sobrecoste de la obra, reconocido por el propio Ayuntamiento, supone batir la marca establecida por el polémico caso de Palma Arena, que ha supuesto una imputación legal para el ex presidente balear, Jaume Matas, y que "sólo" supuso un sobrecoste del 220 % (de 48 millones a 110) mientras que la Caja Mágica ha superado su presupuesto original en un 250 %.
La noticia, que sorprendentemente viene este lunes como portada de la sección Madrid de El País, un periódico que habitualmente ofrece un trato más que exquisito al alcalde madrileño, ha sido reconocida por el propio Ayuntamiento. De hecho la cifra del espectacular coste final del proyecto, 294 millones, es la que se manejó en el último Consejo de Administración de la empresa pública Madrid Espacios y Congresos, encargada de gestionar la instalación.
Justificaciones peregrinas
Desde el consistorio madrileño se aducen algunas razones un tanto peregrinas para justificar el brutal desajuste presupuestario, por ejemplo, hubo que gastarse 15 millones más de lo inicialmente esperado en la cimentación "por estar junto al río y en una zona muy húmeda", pero obviamente la ubicación de la instalación era de sobra conocida antes de iniciarse el proyecto.
Otro capítulo en el que el coste se ha disparado ha sido la famosa cubierta retráctil, que supuso casi 22 millones más de lo esperado después de que la Federación de Tenis "nos obligase a cambiarla para que todas las pistas pudieran ser descubiertas", tal y como cuenta en el rotativo de Prisa una fuente del propio Ayuntamiento.
El concejal socialista Óscar Iglesias ha denunciado que la Caja Mágica es "un ejemplo más de cómo se planifican y gestionan las obras públicas del Ayuntamiento" y que el Gobierno de Gallardón "se caracteriza por el despilfarro"