LD (L. Ramírez / M. Llamas) Corren malos tiempos para la confianza en los consejos de administración de las empresas y en las compañías que auditan sus balances. En esta ocasión el foco está puesto sobre Price Waterhouse, compañía internacional encargada, entre otras, de analizar las cuentas de Satyam Computer, el gigante tecnológico con sede en India cuyo presidente ha admitido que estafa a sus clientes desde hace años.
El escándalo es muy similar al que protagonizó la energética Enron en Estados Unidos, una empresa que empleaba a 21.000 personas antes de su quiebra, que se produjo a mediados de 2001. Una serie de técnicas contables fraudulentas, apoyadas por su empresa auditora, la entonces prestigiosa Arthur Andersen, permitieron a esta compañía ser considerada como la séptima del país norteamericano y los “expertos” vaticinaban una larga vida para su negocio.
En lugar de ello, se convirtió en el mayor fraude empresarial de la historia y en el arquetipo de estafa corporativa planificada, con apoyos públicos en la Casa Blanca y pagos directos a políticos en todos los países donde operaba. El presidente, Kenneth Lay, falleció de un infarto con una condena de 45 de cárcel sobre sus hombros; mientras que el director ejecutivo, Jeffrey Skillinf fue sentenciado a 24 años de prisión.
En el caso de Satyam, todavía se desconoce cual fue el papel de la compañía auditora, aunque su marca se encuentra ya en el disparadero y copa las primeras páginas económicas de los diarios de todo el planeta. De momento, lo único confirmado es que el auditor que firmó las cuentas de la empresa india en marzo de 2008 –cuando presentó sus resultados- no vió irregularidades en las mismas, según el informe recogido por LD.
En concreto, se trata de Srinivas Talluri, auditor que trabaja para Price Waterhouse y que no se dio cuenta de que el presidente de Satyam Computer, Ramalinga Raju había maquillado las cuentas para incluir en el activo de la empresa 1.000 millones de dólares que no existían, es decir, el 94% del efectivo registrado en los balances de la compañía, según informa Reuters.
Fue el propio presidente de la tecnológica, Ramalinga Raju, quien confesó el fraude y presentó su dimisión. Precisamente, la empresa había encargado a Merril Lynch “para explorar las oportunidades de crecimiento del negocio”. Horas antes de la dimisión de Raju, Merril Lynch denunció las “irregularidades” observadas en las cuentas de la empresa.
Asimismo, reconoció otras irregularidades como el ocultamiento de deuda por valor de 12.300 millones de rupias o la generación de intereses falsos por valor de 3.760 millones de rupias. En concreto, inflaron la cifra de negocio hasta los 27.000 millones de rupias en el segundo trimestre del ejercicio fiscal, frente a los 21.120 millones de rupias reales.
Tras el anuncio, las acciones de Satyam se desplomaron un 77% en la bolsa de Bombay. Satyam ha anunciado además que Merryl Lynch ha finalizado "su compromiso con Satyam".
Fiscalía Anticorrupción
Según señala el diario británico Times, el papel de Price Waterhouse en el escándalo será investigado por el organismo supervisor de los mercados en India (Securities and Exchange Board) y por la Fiscalía Anticorrupción del país asiático.
El fraude ha terminado de dar la puntilla a las bolsas asiáticas, donde los inversores muestran su preocupación por los efectos de esta estafa. La falta de confianza en los mercados como consecuencia de la crisis financiera internacional se agrava, ya que al caso de Satyam hay que añadir también el de Bernard Madoff inversor de Wall Street que ha sido acusado de defraudar miles de millones de dólares con su fondo de inversión.
El presidente interino de la compañía india afectada, Ram Mynampati, asegura que ha contactado con sus 100 principales clientes, que representan el 80% de sus ingresos, y que ha recibido “expresiones de apoyo”. Satyam se especializa en programas informáticos para empresas de la talla de, por ejemplo, General Electric.
“Nuestro único objetivo en este momento es asegurar la continuidad del negocio”, dijo el presidente interino el jueves, aunque admitió que la situación de liquidez de la compañía “no es muy alentadora en este momento” y aseguró que cumplirá con sus obligaciones de pago.
Analistas de ABN Amro consideran que “existen pocas posibilidades de que Satyam sea adquirida por otra empresa, dado el escándalo y las eventuales demandas que se presentarán en los próximos días. Asimismo, califican de “precario” el estado de la caja de la compañía india.
Intento fallido de adquirir empresas del grupo Matyas
En cualquier caso, las dimisiones tienen lugar en un contexto de crisis, pues la firma saltó a la prensa hace varias semanas tras el intento fallido de la compañía de adquirir dos empresas del grupo Matyas, una operación que chocó con la oposición de varios inversores. "La adquisición abortada de Matyas fue el último intento de rellenar los activos ficticios con los reales", según Raju.
En las últimas semanas, cuatro miembros independientes del Consejo Directivo de la compañía han presentado su dimisión y el Banco Mundial anunció que no financiaría proyectos en los que participara la empresa.
"Pido perdón sinceramente a todos los satyamitas y a los accionistas que han hecho de Satyam una organización especial por la situación actual", ha indicado el presidente en una nota de prensa.