LD (EFE) En su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE redujo en un millón de barriles diarios respecto a los cálculos de marzo, hasta 83,4 millones, su estimación de la demanda mundial en 2009, una disminución de la que 760.000 barriles corresponden a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De confirmarse, esos 83,4 millones de barriles diarios supondrían 2,4 millones menos que el pasado año, lo que significa que el ritmo de reducción se acerca a los registrados a comienzos de los 80, aunque en contra de lo que ocurrió entonces (la contracción se prolongó cuatro años) ahora se espera una recuperación a partir de 2010.
La corrección operada por la agencia, que reúne a los grandes países consumidores del mundo desarrollado, se explica en primer lugar por la revisión, por parte de la OCDE, de sus perspectivas económicas, en las que augura ahora una recesión económica mundial cifrada en el 1,4%, frente al crecimiento del 0,5% que esperaba anteriormente.
Además, las primeras indicaciones sobre el consumo de crudo en el primer trimestre apuntan a que se limitó a 83,8 millones de barriles diarios, 700.000 menos de lo calculado hace sólo un mes y 3,7 millones inferior al nivel del mismo periodo en 2008.
De acuerdo con el análisis hecho por los autores del informe, la demanda seguirá bajando hasta 82,8 millones de barriles diarios en el segundo trimestre y se recuperará ligeramente en la segunda mitad del año (83,6 millones en el tercer trimestre y 83,5 millones en el cuarto).
La disminución de las necesidades de petróleo respecto a lo estimado anteriormente no sólo concierne a los países ricos, como lo ilustraban los citados datos de la OCDE, sino que en el mundo en desarrollo también se revisaron a la baja en 230.000 barriles diarios las previsiones para 2009, con una demanda global de 38,3 millones diarios, un 0,1% menos que el pasado ejercicio.
Una de las consecuencias de la atonía de la demanda es que las reservas industriales de petróleo en los países de la OCDE aumentaron en 7,5 millones de barriles en febrero para totalizar 2.743 millones de barriles, es decir un 7,2% más de lo que había un año antes. Además, esas reservas equivalían a 61,6 días de consumo, la cifra más elevada desde 1993.
Por lo que se refiere a la oferta mundial de crudo, en marzo disminuyó en 400.000 barriles diarios para quedar en 83,4 millones. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) contribuyó con 235.000 barriles diarios a ese recorte, al poner en el mercado 27,8 millones de barriles, y su capacidad de producción excedentaria era de 5,5 millones de barriles diarios.
La AIE subrayó que a causa del nivel de precios relativamente bajos que hay actualmente (aunque hayan vuelto a superar la barrera de los 50 dólares el barril en las últimas semanas por primera vez en cuatro meses) hay un riesgo mayor de que el mercado vuelva a estar en tensión cuando la economía y la demanda se recuperen.
Para ponerlo en evidencia, señaló que la caída de las inversiones en la actividad de exploración y extracción estará este año más próxima al 20% que al 10%, con lo que eso significa de aplazamiento o abandono de proyectos de pozos que podrían hacer falta en el futuro.