(Libertad Digital) Al ser preguntado por las medidas prioritarias para hacer frente al actual aumento del paro, el ex ministro de Comercio socialista y actual presidente del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, ha dicho, en declaraciones al diario El Mundo, que hay que "actuar sobre la productividad" y para ello hay que "combatir el absentismo laboral".
Gómez Navarro afirma que "hay que convencer a los sindicatos de que su papel no es proteger a los vagos. No deben seguir protegiéndolos. Su papel es defender a los trabajadores, que son los que trabajan. Si quieren que su empresa sea competitiva y que se mantenga el empleo, deben colaborar. Son incompatibles salarios altos con productividad baja".
El que fuera ministro con el último Gobierno de Felipe González destaca que "el absentismo se ha duplicado en los últimos tres años. Hemos pasado del 3,5 al 7 por ciento. Es inaceptable. En el país Vasco es donde menos hay, mientras que en algunas provincias andaluzas se dan las cotas más altas".
A su juicio, "hay muchos motivos, pero el problema es que las bajas las da el sistema nacional de Salud. Los médicos no están para esto y no analizan al trabajador con el criterio de una baja laboral. Hay que evitar el fraude y las bajas las deben dar las mutuas y la Seguridad Social".
"Lo caro es que todos los despidos se consideren improcedentes"
Respecto a la necesidad de abaratar el despido, Gómez Navarro dice que ese "no es el problema" ya que "el despido en general no es caro, lo caro es que todos los despidos se consideren improcedentes. Si yo quiere despedir a un trabajador y no quiero tener problemas le tengo que pagar como improcedente. Pero si los despidos procedentes fueran de verdad con 20 días por año trabajado y los que respondieran a las causas objetivas lo fueran con 30 días, sería razonable. Eso sí, el empresario que despide por capricho, debe indemnizar adecuadamente".
En este sentido, afirma que "hay que trabajar con los jueces de lo laboral y convencerles de que su papel es importantísimo para la competitividad de las empresas. Declarar todos los despidos improcedentes es lo más fácil del mundo, pero es ruinoso para el país y perjudica a los buenos trabajadores".