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HOLANDA, BULGARIA, GRECIA...

Hay esperanza: países que han logrado revocar la Ley antifumadores

¿Hay esperanza de que el Gobierno se vea obligado a dar marcha atrás con la Ley antifumadores? La experiencia en Europa dice que sí.

La rebelión de los bares y restaurantes ante la ley antitabaco se extiende cada día más. Hosteleros de toda España se niegan a cumplir una normativa que anticipa un impacto económico devastador, tanto más en una coyuntura como la actual. Algunos ya han recibido la notificación de la sanción que se les impondrá por permitir a sus clientes encender un cigarrillo en el local... ¿Va a alguna parte esta rebelión? ¿Hay esperanza?

Lo cierto es que si miramos a Europa la respuesta es sí. Aunque desde el Ministerio de Sanidad se haya vendido la idea de que con esta nueva normativa nos ponemos "al nivel de Europa" en cuanto a las restricciones del tabaco, dentro de la Unión existen ejemplos evidentes del fracaso de legislaciones muy similares a la nuestra: aprobaron la ley, y la ruina que causó el prohibicionismo en el sector les obligó a dar marcha atrás, derogándola. Lo cual puede suponer una esperanza para los hosteleros que en nuestro país aún luchan por revertir la situación a la que se les ha condenado a partir del 2 de enero.

Holanda

El ejemplo más reciente es Holanda. El Gobierno tuvo que desandar el camino emprendido en 2008, cuando aprobó su ley antitabaco que prohíbía fumar en los bares y restaurantes del país. Tras años de quejas y batallas del sector, finalmente la coalición de centro derecha logró el pasado diciembre que se frenase la bancarrota a la que habían sido condenados muchos empresarios con pequeños locales.

Así, se convirtió en la primera nación europea en modificar su restrictivo reglamento: se podría encender un cigarrillo en pequeños bares (menos de 70 metros cuadrados) que regenten sus dueños, sin que haya contratados camareros. Se preservaba así el derecho de los empleados a no respirar el humo del tabaco en sus puestos de trabajo, una de las mayores reivindicaciones del sector anti-humos.

La ministra de Salud holandesa, Edith Schippers, anunció que los pubs de estas características que hubieran sido multados por no aplicar la ley quedarían libres de las sanciones. Esta medida, afectará a unos 2.000 locales en toda Holanda, que celebran la marcha atrás y esperan revitalizar de nuevo las cuentas tras dos años de pérdidas.

Croacia

En mayo de 2009, Croacia también intentó declararle la guerra al cigarrillo, con un fracaso absoluto como resultado. El impacto en la economía de un país que depende en gran medida del turismo, obligó a recular al Ejecutivo croata: sólo cuatro meses después, la ley fue suprimida y el tabaco volvió a los bares.

No obstante, meses después la ley antitabaco regresó de manera mucho menos restrictiva y atendiendo a las peticiones de hosteleros: los bares de hasta 50 m2 tienen posibilidad de elegir si se permite fumar o no, y cumplir normas de ventilación. En los de mayor superficie, pueden habilitar zonas especiales en las que se puede fumar pero no servir comida. Una moderación de la ley que ha tenido gran acogida entre los croatas.

Grecia

El prohibicionismo tampoco les ha dado buenos resultados a sus vecinos griegos. El Gobierno heleno también aprobó su propia ley antifumadores el 1 de septiembre de 2010. El sector de la restauración protestó con vehemencia, advirtiendo de las catastróficas consecuencias económicas que tendría para un país en quiebra. Pero ni siquiera la ley griega era tan restrictiva como la española: esta legislación aún permitía encender un cigarrillo en casinos y bares con más de 300 metros cuadrados.

Los hosteleros griegos también se rebelaron contra la norma. A pesar de las multas, y las retiradas de licencia que afrontaban, permitían a sus clientes fumar en los bares, asustados ante el cataclismo que causaría en sus cuentas aplicar la prohibición: cifraban en un 30% la caída de la facturación. Así, numerosas entidades de restauración y hostelería aunaron sus fuerzas, y crearon una iniciativa llamada "Ashtrays back out" (que vuelvan los ceniceros).

El Ejecutivo griego se ha visto desbordado ante la fuerza que ha adquirido el movimiento ciudadano, y ya ha anunciado que estudia algunas reformas en la normativa: permitir fumar en cafés y bares después de las nueve de la noche e, incluso, adaptar espacios habilitados donde no molestar al resto de los clientes del local.

Bulgaria

A Bulgaria tampoco le han dado buen resultado las leyes prohibicionistas en esta materia. En 2009 quiso seguir el ejemplo irlandés, prohibiendo fumar por completo en todos los espacios públicos. Pero, tras un año de muchos dimes y diretes el Parlamento aprobó una segunda lectura de la norma, permitiendo fumar en zonas separadas dentro de restaurantes, bares, cafeterías, estaciones de ferrocarril... Y en lo que respecta a los propietarios de locales de menos de 50 m2, pueden decidir si se puede o no fumar en sus locales.

¿Esta Ley nos pone realmente al nivel de Europa?

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Desde su aprobación, uno de los argumentos más repetidos por el Ministerio de Sanidad para aumentar la aceptación de las restricciones es que teníamos que ponernos "al nivel de Europa". La coletilla, repetida hasta la saciedad, es ciertamente tramposa, ya que arroja la falsa idea de que nuestro país era el último reducto del humo en todo el continente. Los ejemplos citados destapan la falsedad de tal afirmación, pero aún hay más.

¿Dónde nos sitúa en la escala de prohibición dentro de la UE?

Sólo Irlanda tiene vigente, al igual que en España, una normativa que decreta la prohibición total de fumar en hostelería, en vigor desde 2004. Aunque la presión de los restauradores y hosteleros no ha conseguido suavizarla o derogarla, sus efectos económicos sí se han hecho sentir.

Como ya publicó Libertad Digital, las consecuencias fueron nefastas: el sector hostelero registró un frenazo en la actividad del 5,1% en bares, y del 2,9% ya en 2005, hasta alcanzar una caída del 10,4% en 2006. A pesar de ello, continúa citándose a Irlanda como ejemplo paradigmático de paraíso sin humos.

Otro nombre que suele salir a relucir por aquellos partidarios del prohibicionismo total es Reino Unido. Imitando el ejemplo irlandés, en julio de 2007 se impuso una ley muy restrictiva para el consumo de tabaco en espacios públicos (aunque no tan dura como en Irlanda) y sus efectos económicos no han sido insignificantes.

Desde esa fecha se han cerrado 3.037 pubs, lo que equivale al 5% de los 60.000 que existen en todo el país. Allí, los clubes privados pueden permitir fumar si así lo desean, y los condados tienen la posibilidad de desarrollar reglamentos que permitan fumar en diversas circunstancias: franja horaria, condiciones de ventilación, etc.

Otros países de referencia, como Alemania, también son mucho menos prohibicionistas que España. Allí los hosteleros con locales de menos de 75 m2 pueden permitir fumar si no se sirve comida, y el resto pueden optar entre prohibirlo por completo o habilitar zonas con el debido aislamiento. Además, los centros de trabajo privados pueden habilitar zonas creadas al efecto.

La misma situación que se da en el país vecino. Francia también contempla la posibilidad de establecer zonas de fumadores en los centros de trabajo, siempre que tengan separación y adecuados sistemas de ventilación. En lo demás, tampoco el país galo se sube al carro de la restricción, y plantea la posibilidad de que los locales delimiten zonas para fumar, con condiciones preestablecidas (prohibida la entrada a menores, tiene que ser el 20% de la superficie del local o 35 m2 como máximo, etc.)

Este documento resume la situación de las leyes antitabaco vigentes en el resto del continente.

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