Todo listo para que Grecia intente pasar la prueba de fuego tras el apoyo financiero acordado en la Cumbre de Jefes de Estado de la UE. El país está atrapado en una crisis de liquidez en sus finanzas públicas que amenaza con llevar a la bancarrota a la nación. El déficit público ronda el 13% del PIB y la deuda supera el 120%. El gobierno necesita este año 54.000 millones de euros y en mayo deberá refinanciar unos 22.000 millones, es decir, que tiene que lograr dinero como sea.
De momento, el Tesoro heleno ha decidido empezar la semana con una emisión de deuda a 7 años por un importe de 5.000 millones de euros. El objetivo es lograr financiación y, al mismo tiempo, probar si el plan de rescate acordado en el seno de la UE aumentará la confianza de los inversores en la deuda griega.
No obstante, a pesar del apoyo explícito de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el coste de las emisiones sigue siendo demasiado elevado. El diferencial del interés entre los bonos griegos a 10 años y los alemanes (que sirven de referencia) subió hasta los 311 puntos base, una tasa superior a los 305 puntos registrados el pasado viernes. No obstante, el interés es menor a los 330 puntos contabilizados el jueves.
La demanda ha alcanzado los 7.000 millones de euros, lejos de los 16.000 solicitados por los inversores en la última emisión. De esta forma, el Tesoro ha tenido que pagar más interés a los compradores para salvar la operación. Primer match ball superado, por los pelos.
El Gobierno de Grecia teme que los mercados sigan sin confiar en la deuda helena, siguiendo la estela de la agencia Standard and Poor´s que, a pesar del apoyo europeo al país mediterráneo, considera que los problemas financieros son demasiado graves como para aumentar la nota que pone la agencia a los bonos del Tesoro griegos.
El mercado de derivados certifica los malos augurios.Los credit default swaps (CDS) de Grecia, utilizados como seguros para protegerse del riesgo de impago -en este caso de deuda soberana-, subieron este lunes desde los 295,3 puntos básicos hasta los 301. El pasado 4 de febrero marcaron su récord en 428 puntos.
De hecho, según el diario norteamericano The Wall Street Journal, los responsables del Tesoro griego están "decepcionados" porque el acuerdo de ayuda de la Eurozona no haya reducido más los intereses de la deuda griega. El jefe de emisiones de deuda pública griega es Petros Christodoulou ex-banquero de Goldman Sachs
No obstante, algunos analistas son menos pesimistas. "El acuerdo redujo el diferencial en unos pocos puntos básicos así que hubo un impacto cuantificable. Pero en términos de atraer inversores, creo que ha ayudado enormemente, ya que ha eliminado una gran incertidumbre", dijo a Reuters Peter Chatwell, analista de bonos en Credit Agricole en Londres.
El FMI no ve necesario el rescate
El director gerente del Fondo Monetario Internacional, que ha estado virtualmente en silencio desde que se le asignó un papel secundario en un hipotético rescate, dijce que no ha habido señales "inmediatas "de que Grecia fuera a necesitar ayuda externa.
"Espero que la estrategia de la UE para Grecia funcione", señala Dominique Strauss-Kahn de vistita en Polonia. "Estamos dispuestos a ayudar a Grecia como a cualquiera de nuestros miembros pero no es obvio hoy que vaya a ser absolutamente necesario".
Según el principio de acuerdo entre Alemania y Francia, Grecia sólo recibiría ayuda si no fuera capaz de recurrir a los mercados y haría falta una decisión unánime de la eurozona para llevar a cabo el rescate.
Los países del euro aportarían la mayor parte de los prestamos bilaterales coordinados, algunos dos tercios, bajo estrictas condiciones propuestas por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, mientras que el FMI aportaría el resto. No obstante, los detalles clave continúan en elaboración, como el coste de los préstamos de emergencia, qué papel desempeñaría el FMI y qué sucedería con su propia condicionalidad.
El silencio de Washington desde que los europeos acordaron buscar su implicación ha llevado a especulaciones de que el FMI, o no sabe qué papel se supone que desempeñará, o no le gusta que se espere que aporte fondos sin intervenir la política económica de Grecia..