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Ford, Chrysler y GM confían en un rescate del Gobierno de EEUU para evitar la quiebra

Los tres gigantes de la industria del motor estadounidense cuentan con un 95 por ciento de posibilidades de quebrar en los próximos 5 años, según un informe de la multinacional bancaria UniCredit basado en el mercado de CDS (Credit Defaul Swaps). Ford, Chrysler y General Motors han solicitado al Congreso de EEUU un crédito blando de 40.000 millones de dólares a corto plazo con el fin de garantizar su supervivencia.

Los tres gigantes de la industria del motor estadounidense cuentan con un 95 por ciento de posibilidades de quebrar en los próximos 5 años, según un informe de la multinacional bancaria UniCredit basado en el mercado de CDS (Credit Defaul Swaps). Ford, Chrysler y General Motors han solicitado al Congreso de EEUU un crédito blando de 40.000 millones de dólares a corto plazo con el fin de garantizar su supervivencia.
(Libertad Digital) La crisis de solvencia que afecta al sistema financiero internacional amenaza con seguir cobrándose grandes piezas, no sólo en el sector bancario (véase el reciente rescate de los gigantes hipotecarios de EEUU, Fannie Mae y Freddie Mac), sino también en otros mercados de referencia, como el del motor.
 
El riesgo de insolvencia (impago de deuda) de General Motors (GM), Ford y Chrysler se dispara hasta el 95 por ciento en estas compañías, según un estudio de UniCredit. Es decir, están al borde de la quiebra. En concreto, el informe avanza una elevada probabilidad de que alguna de las citadas empresas quiebre en los próximos cinco años, según se desprende del análisis del mercado de derivados CDS (credit default swaps) elaborado por dicha entidad.
 
GM, el mayor fabricante de coches del mundo, registró la pasada semana del tercer mayor volumen de pérdidas en sus 100 años de historia. Y es que, en el segundo trimestre de 2008, los ingresos de dicha compañía descendieron en cerca de 10.000 millones de euros con respecto al mismo período de 2007, como consecuencia del frenazo de ventas que está sufriendo el mercado de automóviles, tanto a nivel estadounidense como internacional.
 
La pasada semana las acciones de GM seguían descendiendo en Bolsa, hasta el punto de que los analistas no descartaban la bancarrota. En lo que va de año sus títulos han descendido un 61 por ciento. Mientras, en el caso de Ford, las pérdidas ascendieron a unos 5.500 millones de euros en los últimos 3 meses con respecto al segundo trimestre de 2007.
 
La recesión económica hacia la que se encamina la economía de EEUU, unido a la crisis financiera internacional, está afectando de un modo directo a la compra de vehículos en EEUU. Dicho mercado registró un descenso de ventas del 18,3 por ciento el pasado mes de junio en tasa interanual.
 
Renegociación de deuda
 
Chrysler, por su parte, está pendiente de negociar con la banca la renovación de la totalidad de su deuda, que asciende a cerca de 30.000 millones de dólares a corto plazo. Ante esta delicada situación financiera, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó el rating (calificación crediticia) de los tres fabricantes de automóviles, elevando así el coste de sus respectivos préstamos.
 
El spread (diferencial) de los CDS vinculado a dichas compañías se ha disparado en las últimas semanas. Esto avanza que “podría producirse un default (impago) en cualquier momento”, según Jochen Felsenheimer, directivo de UniCredit en Europa. La elevación de costes crediticios implica que “existe casi un 100 por cien de probabilidades de que uno de estos tres grandes fabricantes entren en bancarrota”, informa Bloomberg.
 

 
El mercado de derivados de CDS se centra en la emisión de bonos y préstamos que se utilizan para especular sobre la capacidad de una determinada empresa para reembolsar su deuda. Es decir, se trata de un mercado bursátil sobre el riesgo de quiebra y nivel de solvencia de compañías e, incluso, Estados (deuda soberana).
 
Una subida en el mercado de CDS significa que los inversores detectan un mayor riesgo de impago. El problema reside en la falta de capital para afrontar las pérdidas derivadas de la caída del consumo y el encarecimiento del crédito. Todo ello pone en graves aprietos la solvencia de estos tres fabricantes.
 
Solicitan un préstamo al Gobierno de EEUU
 
De hecho, las citadas compañías acaban de solicitar un crédito blando al Congreso de EEUU por valor de 40.000 millones de dólares, a un plazo de 2 ó 3 años para garantizar su supervivencia en el mercado, según informa la prensa de Detroit. Hasta hace escasos meses, aspiraban a lograr unos 20.000 millones del Gobierno estadounidense, pero la necesidad de financiación se acrecienta a pasos agigantados.
 
El pasado lunes, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, propuso inyectar 4.000 millones de dólares para ayudar a los fabricantes de automóviles de Detroit a construir los coches del futuro. Los asesores de Obama lo calificaron como un primer paso. Y es que, según la prensa estadounidense, una parte de ese dinero podría ser empleada para sufragar  los costes financieros.

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