Casualidad o no, ni una pregunta de las que tuvo que contestar Toxo era complaciente con los sindicatos. La mayoría denunciaban con dureza la actuación de los sindicalistas ante la crisis, y aunque muchas de ellas apuntaban al ejemplo concreto de la huelga salvaje emprendida por los trabajadores del metro de Madrid, otras muchas hablaban de las subvenciones, la connivencia con el Gobierno, los liberados e incluso el piso de Toxo de protección oficial.
La indignación de los lectores era patente. Uno de ellos le preguntaba si le pagarían los sindicatos "el importe pertinente por mi abono transporte que no he podido usar". Otro, le reprochaba que fueran "de todo menos socialistas" y que se asemejaran más a una "empresa con intereses particulares". También criticaban su tardanza en responder a los millones de parados y su rechazo a la reforma laboral.
Toxo, acorralado, echaba mano de su habitual argumentario para defenderse. Su recurso para responder a las críticas por la huelga del metro fue echar la culpa al Gobierno de Aguirre alegando que éste fue quien inició el conflicto "vulnerando el convenio colectivo". Pero las preguntas se acumulaban y Toxo se vio forzado a asumir su parte de culpa: "No renuncio a la parte de responsabilidad que pueda tener mi sindicato". En el final del chat, llegó a pedir disculpas. E incluso en un momento trató de desvincular a CCOO de la huelga salvaje: "Mi sindicato tiene una posición minoritaria entre la representación de los trabajadores del Metro".
No le fueron mejor las cosas en el resto de asuntos. Toxo tuvo que emprender la difícil tarea de defender a los liberados sindicales –"la mayoría de las veces realizan jornadas de trabajo muy superiores a las del resto"–, o la actuación de los piquetes –"no ha habido la más mínima violencia o intimidación", dijo mal informado.
También defendió los ingresos de los sindicatos cuando un lector le instó a financiarse como la Iglesia, con una cruz en la declaración de la Renta, aferrándose a la Constitución, y sobre su piso de protección oficial zanjó el tema diciendo que el asunto está en manos de los abogados. Pero quizás las críticas que peor le sentaron a Toxo, que en ningún momento perdió la compostura –aunque en la foto de El Mundo su sonrisa aparece algo forzada– fueron las de quienes le espetaban que los sindicatos no representan a los trabajadores y que el 29-S iba a ser un fracaso. "Sigue creciendo la afiliación en un contexto de crisis tan dura como la actual", contestó. Y defendió la contundencia de la respuesta a Aguirre en contraposición a la tibia reacción a Zapatero: "La respuesta inmediata está justificada".
Terminó Toxo despidiéndose de los lectores con una alusión a la dureza de las preguntas: "Soy consciente de que el conflicto del Metro de Madrid ha condicionado mucho el desarrollo de este chat". ¿Sólo?