LD (Europa Press) En una entrevista concedida a TVE y recogida por Europa Press, González comparó la actual crisis con las que él vivió a su llegada al Gobierno y más tarde en 1993 y reconoció que ésta es "la peor" tanto a nivel mundial como español. "Yo lo que no quiero ser es un optimista profesional, la crisis es muy dura, muy dura –argumentó–. Depende de cómo reaccionemos este año, el que viene o el siguiente, pero vamos a estar un cierto tiempo en la crisis".
En este sentido, señaló que no se pueden hacer predicciones "fácilmente" pero vaticinó que 2009 será un año "muy duro" para España y Europa. En cambio, indicó que la situación "puede rebotar antes" en Estados Unidos debido a que, aunque haya sido "el inicio y el foco", es un país "más flexible, más rápido y con más facilidad". "No me da envidia que esto sea así, porque si se arreglan por allí las cosas algo pueden ayudar", enfatizó.
González explicó además las medidas adoptadas por el Gobierno y rechazó que se pueda hablar de "dos sentidos", las destinadas a los bancos y las destinadas a las familias. Según defendió, los bancos son un instrumento "absolutamente imprescindible" para que funcione la economía productiva y, por tanto, para que restablezca "cuanto antes" la confianza y el crédito a las empresas.
Con el discurso del PP "se le cae la cara de vergüenza"
"Es todo un paquete --insistió--. Inyectándole liquidez al sistema financiero no es que se favorezcan los bancos, sino que se favorezca el conjunto del país y la economía productiva". En este sentido, criticó la postura del PP y reconoció que le produce "tristeza" no haber oído "ninguna aportación sería" por parte de los dirigentes 'populares'.
El ex presidente del Gobierno rechazó así el discurso "demagógico" del PP acusando al Ejecutivo de ayudar a los bancos pero no a las familias. "Que lo diga el PP es que a uno se le cae la cara de vergüenza", apuntó antes de acusarles de "alimentar la confusión de los ciudadanos".
Dudas sobre la actuación de Garzón
Felipe González abordó también el tema de la memoria histórica y el proceso emprendido por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y reconoció que pueden existir dudas sobre si el procedimiento iniciado "tiene consistencia jurídica o no" y esto puede ser discutido "ad infinitum".
Sin embargo, defendió que "de lo que no hay duda" es de que "supone una remoción de todo, incluido de las emociones". "Y de lo que no hay duda, dentro de las cosas que se pueden dudar, es de que la gente tiene derecho no sólo a recuperar la memoria, sino la dignidad de sus muertos", subrayó.