(Libertad Digital) El esperado debate sobre la crisis económica, el desempleo y el rendimiento del cacareado Plan E, del Gobierno ha vuelto a tener que esperar. En primer lugar, el presidente eludió la comparecencia en el Congreso y le dio prioridad a su intervención en el programa de Televisión Española Tengo una Pregunta para Usted.
Este martes, su comparecencia se ha retrasado más de una hora tras darle prioridad en la agenda parlamentaria a la intervención de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de viaje oficial en España, en la cámara prevista hasta las 16:30. El discurso de la mandataria argentina se ha prolongado hasta pasadas las 17:00.
Cuando pasaban unos 20 minutos de las 17:00, Zapatero subía por fin al estrado para dar cuenta de la crisis económica. Ha comenzado su intervención haciendo gala de sensibilidad diciendo que él proviene de una generación que sabía lo que era un 20% de tasa de paro y las dificultades que sufrieron los jóvenes de su edad para emanciparse o tener hijos.
Zapatero ha hablado del desempleo como "el horizonte que desazona los días de quien pierde su trabajo" por perder "una parte inherente de nuestra personalidad", un "cauce de integración social", etc. Este ha sido el principal argumento que ha empleado el presidente para tratar de demostrar su preocupación por el creciente número de desempleados. En cuanto a las medidas tomadas para frenar la destrucción de empleo, Zapatero se ha limitado a decir que aún no han tenido tiempo de surtir efecto.
Culpables de la crisis
Si hace unos meses EEUU y Bush eran los principales culpables de la crisis, ahora es "la codicia ilimitada y la especulación irresponsable en que incurrieron aquellos que se aprovecharon de unos mercados financieros mal regulados". En clave de autocrítica se ha limitado a decir en España hemos sufrido un problema que ha propiciado un mayor crecimiento del paro debido a la dependencia del sector constructor.
"Aún no hemos tocado suelo"
Dijo Zapatero que "estamos atravesando los peores momentos de la crisis". Ha hablado de la "peor recesión global de la reciente historia" y ha advertido de que "aún no hemos tocado suelo". También ha insistido en culpar al sistema financiero. "Aún no se notan los efectos de las medidas adoptadas", dijo. Tampoco se notan, según dijo, los efectos de la inversión pública extraordinaria para atenuar la caída del empleo.
El optimismo de Zapatero
No obstante, con su consabido optimismo antropológico halló aspectos positivos en la situación. "La economía de las familias está comenzando a tener un respiro con la caída de la inflación, que continuará, y la caída del Euribor, que también seguir cayendo". Además aseguró que tenemos "sectores con futuro que siguen creando empleo", entre los que mencionó la sanidad, la educación , la investigación y desarrollo e informática.
En cambio, no ha mencionado los riesgos de deflación que ya contemplan numerosos analistas internacionales. Un proceso deflacionario, o de crecimiento de los precios durante un periodo de tiempo significativo, suele ser el fenómeno que hace de telonero a la hiperinflación. Un lastre que sufren países tercermundistas como Zimbabue.
Según el presidente del Gobierno, la población activa crece a un ritmo tres veces superior a la zona euro y existe un "rejuvenecimiento" de esta población activa, "que junto al proceso de incorporación de la mujer mejorará el crecimiento en el futuro". Dijo el presidente que a pesar de los datos del empleo, la Seguridad Social cerró 2008 con un superávit similar al de 2007, con 14.000 millones de euros. En el paraíso que vive Zapatero, "nuestro sistema es solvente ahora y a medio plazo" y la "economía española sigue siendo atractiva para los inversores extranjeros". Llegó a decir que también mejoran los índices de confianza de los consumidores.
Tras este panorama tan optimista y poco realista dijo que la situación tan estupenda que vive España "no nos debe tranquilizar". "No hay precedentes de la situación que estamos viviendo y es arriesgado predecir con precisión cuando veremos la luz al final del túnel", aunque aventuró que será a finales de este año "como pronostican los analistas".
Las medidas de Zapatero
"Hay que concentrarse en trabajar, con coraje, sin miedo, esa es la actitud del Gobierno". "Tenemos que amortiguar los problemas de liquidez de las pequeñas empresas y aprovechar la inversión pública para crear empleo. Tenemos que ser más competitivos, reducir la dependencia energética y seguir incidiendo en los servicios públicos. Sabemos cómo lo queremos hacer. Sin dejar a nadie en la cuneta, sin que crezca la exclusión social y sin que sufran los más vulnerables. Contando con todos y en primer lugar con los agentes sociales, trabajadores y empresarios".
Dijo Zapatero que el gobierno ha actuado con la gravedad que requería la situación. El plan de estímulo "recoge las medidas para la recuperación, las operaciones ya en marcha de apoyo a las familias y las empresas son el incentivo para el empleo, apoyo a los sectores más afectados y la moderación del gasto corriente presupuestario para hacer frente a los gastos del Estado del bienestar". Este plan, dijo Zapatero, moviliza más de 25.000 millones de euros, un 2,3 por cieto del PIB y más de 30.000 millones de euros para financiación de las pymes, además de otros 15.000 millones para actuaciones en el sector financiero y restaurar el acceso al crédito.
Pocas novedades en cuanto a las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo. Zapatero se ha limitado a hacer un repaso por todas las actuaciones que recoge su plan E, y ha señalado que pronto podrán notarse sus efectos.
Protección social para todos, "sea cual sea el número de parados"
Además, ha adelantado algunos de los acuerdos a los que se ha llegado en el marco del diálogo social. Según ha señalado, el Ejecutivo ampliará las prestaciones al desempleo, aunque no ha concretado cómo. Simplemente ha dicho que " se compromete a incrementar la cobertura de la prestación por desempleo, sea cual sea el número de desempleados". Por otro lado, ha dicho que fomentará las medidas necesarias para la creación y el mantenimiento de puestos de trabajo.
La carcajada ha llegado al hemiciclo cuando Zapatero ha hablado de austeridad. Pese a que la deuda pública se multiplica de mano del Plan E, las prestaciones al desempleo y los compromisos de gasto público que ha enumerado en su discurso, Zapatero habla de austeridad. Según ha señalado, es necesario usar "el Plan E, con prudencia y también el margen presupuestario que tenemos y hacer un ejercicio de austeridad". Su plan es reducir los gastos financieros en 2009 por una cuantía de 1.500 millones, claro que no afectará "a las políticas de protección social, ni a las medidas de estímulo ni a las retribuciones de los funcionarios".
Réplica
Sonriente y con un notable desparpajo, Zapatero se ha sacudido la seriedad y gravedad de su primera intervención para recuperar su actitud en Tengo una Pregunta para Usted para su turno de réplica.
Para Zapatero los problemas de la deuda pública son menores, incluidos los 109 puntos que separan el bono español del alemán y que encarecen notablemente la capacidad de endeudamiento de la economía española. Según a dicho Zapatero, esto no es un problema porque veníamos de un nivel de deuda muy bajo, lo que "nos da margen".
Dice que no negó la crisis
Se le ha visto a Zapatero especialmente molesto con la insistencia en que negara la crisis, cuando todos los organismos internacionales advertían de que la situación económica era preocupante. Zapatero ha señalado que a finales de 2007 y principios de 2008 "estábamos preparando los programas electorales" e insiste en que ningún organismo ni nacional ni internacional negaba la crisis. Sobre las críticas que ha recibido en este punto, ha señalado que se trata de "banalizar la mentira".
Más aún, ha llegado a decir al PP que "cualquier día van a acusar a los hombres del tiempo de engañar cuando no acierten en sus previsiones meteorológicas". Un comentario que ha indignado a buena parte del hemiciclo debido a las recientes declaraciones del Gobierno a cuenta del temporal de nieve que colapsó el país. Entonces, Rubalcaba no dudaba en acusar a los hombres del tiempo del colapso.
Por último, cerró este capítulo haciendo alusión a lo que llamó las "mentiras del PP" durante los últimos días de la última legislaturas de Aznar, en "asuntos muy serios en este país". "Los ciudadanos tienen memoria. Y saben muy bien quién expresó ante la ciudadanía expresiones que constituían auténtico engaño", ha dicho.
A Rajoy le ha preguntado que "¿cómo es posible que los analistas económicos de todo el mundo tengan más confianza en la economía española que usted?". De nuevo se aleja de la realidad. Son ya muchos los analistas, incluso los asesores de de la Unión Europea, los que están preocupados por la situación de España. Incluso algunos han barajado la posibilidad de expulsarla del Euro.
El Gobierno no es responsable del Paro
Zapatero ha definido el paro como un "efecto singular" de España por el impacto de la crisis, pero no lo concibe como una responsabilidad del Gobierno, "ojalá fuera la responsabilidad del Gobierno".
No hemos dado dinero a la banca
Tras sacudirse las responsabilidades sobre el problema del paro al definirlo como un hecho diferencial de España en la manera que tiene de afectarle la crisis, Zapatero ha negado también que su Gobierno haya dado dinero a la banca. Pese a que el Plan Solbes inyectaba de 30 a 50 mil millones de euros al sistema financiero para comprar activos tóxicos, Zapatero ha señalado que "decir que el Gobierno le ha dado dinero a la banca es demagogia" porque "no le hemos dado dinero, no le hemos inyectado liquidez" es "falso".
El problema, dice Zapatero, es que "el crédito es más difícil", las condiciones, "son peores" y las exigencias mayores. "Piden más avales, más intereses, se tarda más tiempo en conceder" y sucede porque "también los bancos tienen mucha más dificultad y les cuesta mucho más obtener los recursos para financiar y dar créditos".
Un discurso radicalmente distinto al que entonó en los días previos a su reunión con la banca, cuando decía en diferentes mítines que se encontraba con la autoridad moral para exigirles a los banqueros que abriesen el grifo del crédito.
Sorprendentemente, este viernes ha negado la mayor y ha señalado que "nadie debe pensar ni decir que el Gobierno tiene que decir a la banco que dé créditos sin más". Hace escasos días, Miguel Sebastián, su ministro de Industria, señalaba que se le estaba acabando la paciencia con la banca.
Precisamente, en su última réplica, Zapatero justificó las críticas de Miguel Sebastián, sobre la actuación de la banca en la crisis, cuando dijo que se le estaba agotando la paciencia al Gobierno, y explicó que se produjeron en respuesta a las declaraciones del presidente de la patronal bancaria.
En su última réplica al diputado de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, en el pleno del Congreso, Zapatero aseguró que cuando el titular de Industria dijo que se la acababa la paciencia con la banca, lo hizo en respuesta a las declaraciones del presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín.
Martín declaró previamente que en España el sistema bancario no había "hundido" la economía, sino que había sido la "economía real" la que había puesto "en riesgo" al sector. Y a esas declaraciones, que Zapatero consideró "que no fueron de las más afortunadas" de las realizadas por Martín, son a las que replicó el ministro de Industria.