LD (M. Llamas) La debacle laboral sigue su curso en España y el Gobierno se niega a afrontar las necesarias reformas estructurales que reclaman los organismos internacionales, tales como la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) o el propio Banco de España.
El problema es que mercado laboral español, heredado del franquismo, es uno de los más rígidos del planeta. En concreto ocupa el puesto 160 del ranking, según el último informe Doing Business 2009, elaborado por el Banco Mundial. Dicho estudio analiza la facilidad de abrir y desarrollar un negocio en casi 180 países. Uno de los indicadores clave que analizada este organismo consiste en medir el grado de flexibilidad laboral de las distintas economías. El mercado español ocupa los puestos de cola a nivel mundial, por detrás de países tercermundistas y en vías de desarrollo.
En concreto, el informe destaca que España cuenta con una elevada rigidez a la hora de contratar trabajadores, así como una excesiva burocracia para comenzar un negocio. En cuanto a rigidez laboral, España ocupa el dudoso honor de situarse en el puesto 160 de la tabla, por detrás de Zimbabue (puesto 127), Malawi o Ghana, y justo por delante de Mozambique.
Tan sólo los regímenes bolivarianos de Venezuela y Bolivia, así como otras economías tercermundistas, superan en rigidez laboral a España. Mientras, todas las economías del G-7 se sitúan muy por delante del mercado nacional. EEUU tiene el mercado laboral más flexible del planeta, al tiempo que Japón y Canadá ocupan los puestos 17 y 18 del ránking. Reino Unido se sitúa en el 28 e, incluso, Italia se consolida en el 75.
Fuente: Doing Business
Para analizar el nivel de rigidez, el estudio se centra en la medición de ciertos indicadores clave, tales como las trabas administrativas a la hora de contratar trabajadores, la rigidez en los horarios de trabajo, la dificultad del despido, así como los gastos empresariales que conlleva. Los datos muestran que España ocupa en todos estos índices puestos muy alejados del promedio de la OCDE (organismo que engloba a las 30 economías más importantes del planeta), tal y como recoge el blog randomspaniard´seconomictoughts.
Nota: Rigidez del mercado laboral (0 = flexibilidad total; 100 = rigidez total; excepto en gastos de despido que se refiere al número de semanas de salario)
España destaca por la elevada restricción que impone la regulación para contratar de forma libre y flexible trabajadores a tiempo parcial o temporales. Además, despedir a un empleado conlleva un gasto muy elevado en comparación con la inmensa mayoría de economías desarrolladas. Así, desprenderse de un trabajador que lleva 20 años en la empresa supone un coste de 56 semanas de salario, frente a las 26 semanas de media de la OCDE.
Grandes trabas para abrir un negocio
A ello, se suman además las enormes dificultades que tienen los emprendedores para abrir un negocio. En este sentido, España ocupa el puesto 140 del ranking. De hecho, la economía nacional es el país de la OCDE que impone más trabas a los empresarios para empezar un negocio, y está a la altura de países africanos.
Facilidad para empezar un negocio
Así, mientras que de promedio en los países de la OCDE sólo hay que seguir seis pasos burocráticos para empezar una empresa, en España hay que seguir 10. Además, mientras de promedio en la OCDE se tarda 13 días en cumplimentar el proceso, en España se tardan 47 días.
Por último, el proceso de registrar una nueva empresa conlleva un gasto equivalente a un 15% de la renta media anual (frente a un 5% de promedio en la OCDE), aunque estos gastos se ven compensados en parte por una aportación mínima de capital algo inferior al promedio de la OCDE.
Todo ello muestra, en definitiva, que el mercado laboral español está a la altura de países tercermundistas, según los datos y conclusiones del propio Banco Mundial.
Los empresarios piden abaratar el despido
Ante tal escenario, no es de extrañar que se insista en apostar por una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo. En est sentido, la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE) ha propuesto este miércoles un contrato de crisis bonificado, con una indemnización por despido de 20 días por año trabajado frente a los 45 actuales, y una serie de bonificaciones fiscales para poder afrontar la actual situación de crisis.
El presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, el vicepresidente, Juan Pablo Lázaro, y el secretario general, Alejandro Couceiro, han detallado el documento que recoge propuestas de ámbito fiscal, como el aplazamiento de impuestos, y una reforma profunda del mercado de trabajo que incluya un modelo de contrato de crisis frente al incremento mensual del desempleo.
El presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, el vicepresidente, Juan Pablo Lázaro, y el secretario general, Alejandro Couceiro, han detallado el documento que recoge propuestas de ámbito fiscal, como el aplazamiento de impuestos, y una reforma profunda del mercado de trabajo que incluya un modelo de contrato de crisis frente al incremento mensual del desempleo.