(Libertad Digital) La energía nuclear es la mejor opción para salir de esta crisis, según ha afirmado el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. La necesidad de reducir las emisiones de gases que provocan el denominado “efecto invernadero” y reducir la dependencia energética de países no fiables (como Rusia, Egipto, Argelia y el mundo árabe), todo ello acompañado de la obligación de reducir los costes de generación de electricidad en un entorno de recesión, son factores que impulsan la opción nuclear en Europa. España se quedan sola con la política antinuclear del Ejecutivo.
Según informó este miércoles el Foro Nuclear, el acuerdo recientemente firmado por las empresas ENEL y EDF para el desarrollo de la energía nuclear en Italia es un paso más en la apuesta decidida del Gobierno transalpino por esta fuente de energía.
Tras dos décadas de parón nuclear, desde 1987, Italia recurre a la energía nuclear para garantizar su suministro energético e incrementar la competitividad de su industria. Los altos precios de la electricidad (Italia se encuentra entre los países de la UE con tarifas más altas de electricidad según los últimos datos publicados por la DGTREN) y su dependencia del exterior son razones suficientes para que el Gobierno planifique la construcción de nuevas instalaciones.
Además, hay que tener en cuenta que la construcción de un reactor nuclear requiere unos 10 años y es, por ello, forzosa la toma de decisión para poder usar la electricidad de origen nuclear en el horizonte del 2020.
Italia se apunta al tren de la energía nuclear y no lo hace en solitario. En los últimos meses hemos conocido la decisión de otros países como Inglaterra, Suecia y Finlandia, que apuestan abiertamente por la construcción de nuevos reactores para responder a la demanda de electricidad de forma competitiva y sin incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero. En estos momentos, en el entorno europeo, ya son pocos los países que no apuestan por la energía nuclear y entre ellos podemos nombrar a Chipre, Malta e Irlanda.
En opinión de María Teresa Domínguez, presidenta de Foro Nuclear, “los países de nuestro entorno están dibujando sus estrategias energéticas de futuro: el encarecimiento del petróleo y agotamiento de recursos naturales, el fuerte incremento del consumo de electricidad, así como una mayor conciencia ambiental y responsabilidad con las generaciones futuras, son los elementos que han situado a la energía nuclear en el punto de mira de muchos países”.
A este respecto, Domínguez recuerda que “en España, contamos con 8 reactores que producen un 18% de la electricidad que consumimos. Evidentemente si no se construyen nuevas centrales nucleares en los próximos años, la aportación nuclear irá disminuyendo progresivamente y, como consecuencia de esta disminución, la factura de la luz se encarecerá, las emisiones de CO2 aumentarán y la garantía de suministro eléctrico atravesará periodos de incertidumbre”.
Así, “frente a la vulnerabilidad en el suministro de materias primas desde el exterior, debemos apoyarnos más en las tecnologías en las que somos autónomos para garantizar el suministro eléctrico, y en este contexto, es necesario mantener las centrales nucleares existentes en funcionamiento y crear el marco estable que permita la inversión en nuevos reactores. Es una cuestión de voluntad política”, explica la presidenta del Foro Nuclear.
Los ocho reactores en funcionamiento son sólo una parte del tejido industrial nuclear. Las empresas de ingeniería y servicios nucleares están compitiendo a nivel internacional y exportando sus productos a países con desarrollos de nuevos reactores nucleares. Los ambiciosos planes de construcción de centrales nucleares a nivel mundial requieren disponer de una tecnología nuclear cualificada y actualizada, y en España la tenemos.
La industria nuclear española está preparada para afrontar el reto de construir nuevos reactores. La capacidad tecnológica de la industria nuclear española no es algo cuestionable y está demostrada su competitividad a nivel mundial. De hecho la industria está exportando sus productos a los países con centrales nucleares en construcción. A pesar de que hasta ahora no hay propuestas sobre la mesa para la construcción de nuevos reactores en España, la industria nuclear no ha dejado de estar en la vanguardia a nivel internacional y la reactivación de un plan de construcción de reactores sería el colofón a una enorme experiencia acumulada y esfuerzo por destacar en competitividad.
Más centrales nucleares
Por su parte, la Sociedad Nuclear Española considera que la mejor composición del parque de generación de electricidad en 2030 debería incluir 15.000 megavatios (MW) de origen nuclear, lo que equivaldría al desarrollo de unas cinco nuevas centrales y el mantenimiento de las actuales.
Según los datos de la asociación, expuestos en un foro sobre energía nuclear, el sector cree que la combinación "equilibrada y realista" es aquélla en la que un tercio de la energía proviene de fuentes renovables, otro tercio de fósil y el resto de nuclear.
De este modo, calculan que, para cumplir con este requisito, hace falta prácticamente duplicar la potencia actual hasta un mínimo de 15.000 MW eléctricos de origen nuclear, lo que se conseguiría con una decena de centrales con una potencia cada una de 1.500 MW.
En España existen ocho reactores nucleares, distribuidos en seis centrales diferentes, con una potencia total de unos 7.700 MW, por lo que para duplicar esa cantidad sería necesario, además de mantener las actuales plantas, desarrollar otras cinco nuevas que aportarán en conjunto unos 7.500 MW adicionales.