Por primera vez en muchos meses las buenas noticias protagonizan la actualidad económica de la jornada. La eurozona quiere controlar la crisis de deuda ampliando el fondo de rescate a 1,5 billones de euros (desde los 750.000 millones actuales) y, aunque existen muchas dudas sobre su financiación y funcionamiento, los inversores aumentaron la confianza en el sector financiero español, que se disparó en Bolsa a pesar de los malos augurios lanzados por la prensa británica.
Las acciones de las entidades subieron un 10% obviando el mensaje lanzado por Financial Times: "los inversores ya escuchan el temporizador de una bomba en el sector financiero español".
El diario Expansión publica hoy que la Comisión Europea "baraja la ampliación del actual Fondo de Estabilidad Financiera, con el que se podrá comprar deuda soberana y que implicará al sector privado", según confirman "fuentes institucionales" de Bruselas. El volumen de este mecanismo de "rescate permanente podría ascender a los 1,5 billones de euros". Asdemás, las autoridades comunitarias "ultiman un pacto de competitividad" vinculante y creíble para poder frenar en seco los ataques a los países de la eurozona".
La canciller alemana, Angela Merkel, pretende que los jefes de Estado y de Gobierno anuncien estas nuevas propuestas en la próxima cumbre que se celebrará el 4 de febrero. De esta forma, como señala el diario económico en su Editorial, la UE pretende dejar claro que no se va a dejar caer a ningún país, que la operación de salvamento de Portugal –y más tarde la de España- se va a realizar garantizando la unidad comunitaria y que Alemania va a capitanear el proceso:
"El nuevo arsenal de ayudas que prepara la UE, tendente a procurar financiación más abundante y barata, se asemeja ya bastante a una suerte de rescate encubierto encaminado a solucionar los problemas más perentorios que, por ahora, parecen limitarse a falta de liquidez, pero éstos, con el tiempo, pueden acabar derivando en insolvencia si los países concernidos, entre ellos España, confían en el nuevo maná financiero que con toda probabilidad aprobará el Consejo Europeo".
El principio de acuerdo permitió a Portugal colocar sus bonos a diez años por debajo del nivel crítico del 7% -que es la cifra que en Grecia e Irlanda determinó el rescate- y siembra el terreno para que hoy el Tesoro español emita también deuda pública: entre 2.000 y 3.000 millones. La vicepresidenta Salgado coloca el tenderete para vender papelitos con los que financiar el déficit español, porque señoras y señores, el Gobierno sigue gastando más dinero del que ingresa, lo que aumenta el agujero de las cuentas públicas.
El Economista teme que la emisión de deuda se tenga que hacer a un coste prohibitivo para las maltrechas finanzas públicas y destaca en su portada que "España se expone a pagar hoy un 40% más en la subasta de bonos del Estado".
El periódico constata la histórica jornada que se vivió ayer en el parqué madrileño y celebra que "la Bolsa s da un festín al dar por descontado el rescate de Portugal y la banca tira del Ibex y marca subidas de casi el 10% en BBVA, Santander y Bankinter".
En Europa, "Lisboa pasa con nota el examen del mercado y rebaja el coste de la deuda", mientras que "Bruselas pide que la UE amplíe y flexibilice su fondo de rescate". El periódico no dice a cuánto ascenderá el nuevo paquete, pero también da por hecho que será mejorado para evitar los contagios en la Unión.
Finalmente, el económico de Prisa, Cinco Días, indica que "la firmeza de la UE en la crisis de la deuda dispara a la banca en Bolsa" y cifra en 276.000 millones de euros el dinero que queda en el fondo de rescate comunitario antes de que sea ampliado, tras el rescate griego e irlandés.
Aunque lo más destacable de la portada del diario salmón es que "Bruselas coloca a España en la UVI de los desequilibrios económicos". La CE "estrenó ayer un nuevo mecanismo de vigilancia macroeconómica que intentará evitar o corregir los graves desequilibrios generados durante la primera década del euro".
Cinco Días admite que, según la Comisión, España "figura entre los países que necesitan un tratamiento más drástico, incluido un ajuste de precios y salarios, y una reforma de pensiones".