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España es el país avanzado en "peor" situación para pagar su deuda

España es la economía avanzada en "peor"situación para pagar la deuda, tanto pública como privada, según The Economist. No es un buen augurio para un mes de julio en el que el Estado enfrentará un pago de 25.000 millones. Y los bancos tienen casi cada semana una nueva reválida

La última mala noticia para las cuentas públicas españolas se conocía pocas horas antes de que llegase ese temido mes de julio. Moody’s ponía en perspectiva negativa la calificación de la deuda española. Es decir, anticipaba una rebaja. Esta agencia de calificación era la única de las tres grandes que aún mantenía para el Estado español una nota de “Triple A” (la máxima) después de que tanto Standard&Poor’s como Fitch la hubiesen rebajado en los últimos meses. De esta manera, los bonos españoles perdían su último asidero con el resto de la deuda de los principales países de Europa y se precipitan en una caída sin un final previsible.

El problema es que las dudas sobre al solvencia española no se quedan en estas agencias. Esta misma semana, el semanario The Economist publicaba un artículo comparativo sobre el estado de las cuentas de los países avanzados y llegaba a la conclusión de que en un ranking de países que pusiera en relación el crecimiento de la economía con la deuda, “España ha sobrepasado a Grecia como el país en peor situación”.

Es decir, que aunque la deuda hispana se mantiene todavía en unos niveles razonables, las malas perspectivas de la economía para los próximos años hacen que se pueda anticipar con casi total seguridad un empeoramiento progresivo de la posición deudora del país.

Con todas estas informaciones, no es extraño que al Estado le cueste cada vez más colocar las emisiones de deuda, incluso cuando emite letras a tres o seis meses, activos por los que está teniendo que pagar rentabilidades muy por encima de las que soportaba a principios de año. Y el diferencial de deuda con la alemana se mantiene de forma constante alrededor de los 200 puntos básicos.

Todo esto no hace más que incidir en el que todos los analistas coinciden que es el principal problema de España: la deuda, tanto pública como privada. El país debe mucho dinero al resto del mundo, no crece (no genera nuevo capital con el que devolver esos créditos) y se están secando las fuentes de financiación. Según un informe publicado este miércoles por el Instituto de Estudios Económicos, la deuda pública española fue una de las que más creció en 2009 en la zona euro. Y la previsión es que siga haciéndolo al menos hasta 2012.

El problema es que no sólo el sector público está atrapado en una espiral de créditos por pagar. También el sector privado debe mucho dinero y la suma de ambos sitúa a España en el tercer lugar del mundo en la relación deudas/PIB, sólo por detrás de Japón y el Reino Unido, según The Economist. De hecho, son las empresas y los bancos españoles los que soportan la mayor carga de obligaciones financieras.

Hasta ahora, el sector bancario ha ido tirando apelando a las emisiones de liquidez del Banco Central Europeo. Sin embargo, desde hace unas semanas, Jean-Claude Trichet ha avanzado que va a comenzar a endurecer los requisitos y amenaza con no renovar los 442.000 millones que prestó hace un año. Son las entidades hispanas las que más están presionando para que eso no suceda y las líneas de crédito se mantengan abiertas.

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