LD (Luis F. Quinero) La crisis económica atenaza Zimbabue desde que su presidente, Robert Mugabe, materializó en 2000 una nefasta reforma agraria que ha destruido la industria agropecuaria del país, considerada en otros tiempos el "granero de África", y que ha obligado a muchos comercios a utilizar el trueque para poder sobrevivir, como es el caso de uno de los principales portales de Internet del país a aceptar alimentos a cambio de sus servicios.
Esta reforma, que se basó en la nacionalización de las explotaciones agrarias paralizó la producción provocando la quiebra del país. Una situación que no permitía eludir el pago a los funcionarios. Como no había dinero, Mugabe decidió imprimir billetes nuevos. Esto ha llevado al país a una hiperinflación del 231 millones por ciento. Un incremento de los precios que ya ha provocado el desabastecimiento.
Como ya sucediera en Alemania, en Zimbabue los precios de los alimentos en los supermercados varían varias veces en un solo día. La rápida depreciación del dólar zimbabuense ha obligado a la población a sacar su dinero del banco y gastarlo antes de que pierda su valor.
El pasado jueves el gobierno del país decidió incrementar el límite de dinero que los ciudadanos podían retirar de los bancos. Esto provocó que los zimbabuenses salieran a la calle a retirar sus fondos, colapsando el centro de la capital, Harare. El lunes, un grupo de militares uniformados, pero sin armas, rompieron varios escaparates y saquearon algunas tiendas después de comprobar que no podían retirar dinero de los bancos.
La paradoja del papel-moneda
La situación económica es tan crítica que se producen realidades inverosímiles. El pasado verano, en julio, se comunicó que la inflación en este país africano se había disparado un 231 millones por ciento. Esto ha provocado, por ejemplo que una barra de pan costara 10.000 dólares, dándose la paradoja de que el número de billetes que hacían falta para adquirir este alimento, fuera mucho más pesado que la propia barra de pan.
Otra paradoja, es que el precio de el rollo de papel higiénico más barato, que consta de 72 piezas, cuesta 100.000 dólares zimbabuenses. Si cambiamos esos 100.000 dólares por billetes de 5 dólares zimbabuenses tendríamos 20.000 billetes. Cada pieza del rollo de papel saldría por casi 1.400 dólares. Lo que nos conduce a la paradoja de que, sin entrar en disquisiciones sanitarias, limpiarse con billetes sería mucho más rentable que hacerlo con papel higiénico.
Las imágenes que acompañan estas cifras están sacadas del blog “World.Photos.”, donde también aparecen las informaciones relacionadas con los precios de muchos de estos productos. Concretamente, en las imágenes que ofrece este blog encontramos, a parte de las billetes que hacen falta par ir a hacer la compra en Zimbabue o lo que cuestan cuatro tomates, aparece una imagen de la factura de un hotel fechada en marzo. En ella se puede distinguir que una cena supera los 953.000.000 de dólares zimbabuenses o que una botella de agua del minibar cuesta 95.000 dólares.