La tragedia económica de España tiene un nombre propio, "falta de competitividad", y un apellido, la rigidez y el intervencionismo público que lastra y dificulta hasta extremos insospechados la actividad empresarial. Al menos, éstas son las principales conclusiones que se extraen del Doing Business 2011: Creando oportunidades para los emprendedores, el informe anual que elabora el Banco Mundial para medir la "facilidad de hacer negocios" en un total de 183 países, en función de la regulación empresarial que se aplica en cada economía nacional.
Y es que, España ha perdido un puesto en este ranking internacional a lo largo de los últimos 12 meses, al pasar del 48 (los datos de 2010 han sido corregidos en este último informe debido a cambios metodológicos) al 49. Así, según el informe, resulta más sencillo hacer negocios en países de la talla de Armenia, Puerto Rico o Hungría que en España.
Pero hay mucho más, ya que el puesto 49 del mundo puede llevar a engaño. El nuevo varapalo del Banco Mundial es muy superior al que se percibe a simple vista si se tiene en cuenta que España retrocede en casi la mitad de los indicadores analizados: facilidad para abrir un negocio (pasa del puesto 144 en 2010 al 147 en 2011); permisos de construcción (del 47 al 49); registro de propiedades (del 48 al 54); obtención de crédito (del 44 al 46) ; protección de los inversores (del 92 al 93).
Tan sólo mejora en pago de impuestos (pasa de 77 al 71) y comercio transfronterizo (del 63 al 54), mientras que España mantiene intacta su posición en el ranking en cuanto a cumplimiento de contratos (52) y cierre de empresas (19).
Según refleja el estudio, España registra uno de los peores datos mundiales en cuanto a facilidades para abrir un negocio. Se trata de un indicador clave, ya que refleja las enormes trabas que impone la Administración Pública a los emprendedores españoles y, por tanto, a la actividad empresarial en su conjunto. Y es que, al igual que ya señalaba el informe Doing Business 2010, aunque parezca increíble, resulta más fácil abrir un negocio en la república Democrática del Congo, Honduras, Venezuela, Zimbabwe o Argentina que en España.
La tabla siguiente resume las grandes dificultades que deben sortear los valientes emprendedores a la hora de iniciar una actividad:
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Un emprendedor debe sortear una media de 10 tediosos procedimientos administrativos para abrir un negocio, frente a los 5,6 de la OCDE (el grupo que engloba a las 30 economías más desarrolladas del planeta); tarda una media de 47 días frente a los 13,8 de la OCDE (casi cuatro veces más); ha de invertir el 15,1% de su renta per cápita (la media nacional se sitúa en 31.870 euros al año) frente al 5,3% de la OCDE, tan sólo para cubrir tarifas, tasas oficiales y honorarios por servicios legales o profesionales, y ello con el único fin de poder abrir la empresa; pero es que a esta cuantía (gasto corriente) se suma, además, el capital mínimo necesario para poder emprender la actividad, y que en España asciende al 13,5% de la renta per cápita, inferior en este caso a la OCDE (15,3%).
En resumen, abrir una empresa en España se convierte en un proceso largo, complejo, tedioso y muy costoso. Un dato que, unido a las trabas regulatorias que sufren las empresas activas y ya constituidas, supone un lastre de gran calado para la deteriorada competitividad económica nacional. No obstante, la competitividad española se ha hundido 19 puestos con Zapatero, al pasar del 23 al 42 en sólo seis años, según la clasificación del Foro Económico Mundial. De hecho, España, se sitúa a la cola de la Eurozona en competitividad y productividad, según el Banco Central Europeo (BCE).
Singapur, el paraíso de los empresarios
Singapur lidera un año más (ya es el quinto consecutivo) el ranking internacional de facilidad para hacer negocios, seguido de Hong Kong, Nueva Zelanda, Reino Unido, EEUU, Dinamarca, Canadá, Noruega, Irlanda y Australia. De las 25 economías que lideran el ranking, 18 facilitaron aún más la realización de negocios el año pasado.
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Además, las economías más afectadas por la crisis financiera -en especial, las de Europa el Este- centraron su atención en la realización de reformas regulatorias para que las pequeñas y medianas empresas puedan recuperarse más fácilmente. Éste, por desgracia, no parece ser el caso de España, según muestran los indicadores citados.
En el lado opuesto, las mayores dificultades y trabas empresariales a nivel mundial se registran en África subsahariana -Chad, República Centroafricana, Burundi, Eritrea, Guinea-, siendo Venezuela (puesto 144) el pero país pero situado fuera del continente negro.
El Banco Mundial señala que, pese a todo, el pasado año los gobiernos de 117 economías llevaron a cabo 216 reformas regulatorias encaminadas a facilitar la creación y el funcionamiento de empresas, fortalecer la transparencia y los derechos de propiedad y hacer más eficientes los procedimientos de resolución de diferencias comerciales y de quiebra.
A escala mundial, continúa siendo mucho más fácil hacer negocios en las economías de ingreso alto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y más difícil en las de África al sur del Sahara y Asia meridional.
No obstante, las economías en desarrollo se muestran cada vez más activas. El año pasado, el 66% de ellas reformaron sus sistemas de regulación de negocios, en comparación con el 34% registrado seis años antes. En los últimos cinco años, alrededor del 85% de las economías del mundo facilitaron el funcionamiento de las empresas locales introduciendo 1.511 mejoras en materia de regulación empresarial.
En Doing Business 2011 se introduce el uso de un nuevo sistema de medición que calcula la magnitud de los cambios realizados desde 2005 en materia de regulación de negocios en 174 economías. China e India figuran entre las 40 economías en que más mejoras se han realizado y un tercio de las economías que más han mejorado pertenecen a África subsahariana.