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El tsunami bancario anticipa el colapso de la deuda pública en EEUU y Gran Bretaña

Máximo nivel de alerta en el día 1 de la era Obama. El valor de la banca se volatilizó ante la “insolvencia” sistémica en EEUU y Gran Bretaña. Obama y Brown avanzan hacia la nacionalización bancaria. La calidad de su deuda pública corre peligro, lo que pincharía la burbuja de los bonos.

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Máximo nivel de alerta en el día 1 de la era Obama. El valor de la banca se volatilizó ante la “insolvencia” sistémica en EEUU y Gran Bretaña. Obama y Brown avanzan hacia la nacionalización bancaria. La calidad de su deuda pública corre peligro, lo que pincharía la burbuja de los bonos.
LD (M. Llamas) Los acontecimientos se precipitan por momentos. El defcon one, término referido al máximo nivel de alerta en un sistema de defensa, ya no se percibe, ni mucho menos, como algo improbable entre los analistas, ante las advertencias de que el sistema bancario de las primeras potencias mundiales está en "quiebra".
 
Tal y como adelantó Libertad Digital, el gurú y exitoso inversor en materias primas Jim Rogers lanzó una advertencia cruda y contundente el pasado 16 de diciembre: "La mayoría de los grandes bancos de EEUU está en bancarrota". El pasado martes fue el prestigioso profesor de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, el que incidió nuevamente en esta misma tesis: Las entidades financieras de EEUU se enfrentan a una pérdidas de 3,6 billones de dólares mientras que su capital no alcanza los 1,4 billones. Es decir, es "insolvente", lo cual se traduce en una "crisis bancaria sistémica".
 
La banca de EEUU y Gran Bretaña es "insolvente"
 
Sin embargo, la banca de la primera potencia mundial no es la única que está en quiebra. Los analistas del Royal Bank of Scotland (RBS) advertían lo siguiente, poco después de que esta entidad anunciara unas pérdidas históricas superiores a los 30.000 millones de euros en 2008: Los grandes bancos británicos son "técnicamente insolventes". Además, Rogers instaba ayer mismo a los inversores a que vendieran todas las libras que pudieran tener y recomendaba que retiraran todo su dinero de la economía británica.
 
Nuevos rescates financieros
 
El problema es que tales advertencias no son meras especulaciones, a la vista de los últimos acontecimientos. El Gobierno de EEUU acudió la pasada semana al rescate del mayor banco hipotecario privado del país. En concreto, el Tesoro, la Reserva Federal (FED) y el Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC) acordaron inyectar 138.000 millones de dólares al Bank of America. Además, las autoridades estadounidenses están estudiando la nacionalización del gigante Citigroup, tras registrar unas pérdidas de 18.000 millones de dólares en 2008.
 
Es decir, el Gobierno de EEUU baraja la posibilidad de adquirir entidades financieras históricas. Lo mismo ocurre en el caso del Reino Unido. Ayer, un asesor del primer ministro británico, Gordon Brown, y presidente del comité selecto del Tesoro, John McFall, recomendó públicamente la completa nacionalización de grandes bancos como Lloyds, Royal Bank of Scotland e, incluso, Barclays, en vista del desplome de sus acciones. Todos estos datos, relativos a la "insolvencia bancaria" y "nacionalización" directa de grandes entidades, ha tenido también su correspondiente reflejo en el mercado bursátil.
 
Desplome histórico en bolsa de la banca
 
La reacción del mercado no se ha hizo esperar. El prestigioso diario estadounidense The Wall Street Journal describía así la sesión que registró la bolsa de Nueva York durante la jornada de investidura de Barack Obama como nuevo presidente de EEUU el pasado martes:
 
"La crisis bancaria hundió las cotizaciones de Wall Street. Bank of America se desploma el 29%, Wells Fargo el 24%, Citigroup el 20% y JP Morgan Chase pierde un 21%. Y esto entre otros, porque del desastre se libraron muy pocos bancos".

"El sectorial bancario cayó el 20%, al nivel mínimo desde el año 1995. El sectorial financiero el 17%, al peor nivel desde 1994. Los bancos no es que estén bajando es que se están volatilizando [...] Pasarán muchos años antes de recuperar sus niveles actuales, si es que alguna vez los recuperan. Para llegar a los máximos que tenía el sectorial bancario, no hace demasiados meses, necesitaría subir un 300% desde los niveles actuales, algo que evidentemente no es cosa ni de un día ni de un año ni de un lustro tampoco".
 
La jornada terminó como "el peor día de investidura de la historia de los EEUU en el mercado" de Nueva York. En este sentido, los analistas del equipo de Serenity Markets resumían de este modo tan gráfico la sesión bursátil de ayer: "Nueva jornada de pérdidas en Europa, ante el miedo a la situación del sector bancario que parece tener muchos esqueletos que sacar aún del armario, y que sin duda necesitará de mucho más dinero público para salir de ésta", alertan. "Ya se habla de la nacionalización de bancos históricos, que hace pocos meses habría sonado a broma sugerirlo".
 
Situación "devastadora"
 
"El sectorial bancario cae hecho pedazos en los últimos tiempos. No es que esté bajando, es que se está desintegrando. Estamos ante una crisis sistémica bancaria, y gracias a que los Estados, en esta ocasión sí, han actuado de manera muy rápida y contundente, porque si no en este momento no quedaba en pie ni la mitad de los bancos conocidos", añaden.
 
"La cadena de quiebras podría haber sido sencillamente devastadora. Pero las garantías aportadas por los Estados a los bancos, han sido decisivas. Lo malo es que, poco a poco, el sector público se va quedando cada vez con más porquería, y en economía todo es una teoría de vasos comunicantes muy delicada. Los desequilibrios que todo esto van a traer serán muy importantes", advierten.
 
La banca tardará años en recuperar sus valores de antaño
 
Pasarán muchos años antes de que los bancos, tanto de EEUU como de Europa, puedan llegar "a los niveles en que estaban si es que llegan por el efecto dilución de las cotizaciones. Y es que, "el problema es que los bancos necesitan capital, mucho más capital, y como era de esperar las pérdidas reales son mucho mayores de lo reconocido", hasta el momento. Basta con observar el pinchazo de la burbuja bancaria, medido en términos de cotización bursátil, desde el segundo trimestre de 2007 (fuente Bloomberg).
 

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Ante tal situación, no es de extrañar que los gobiernos de Gran Bretaña, Francia y Bélgica, entre otros, hayan anunciado la aprobación de un segundo plan de rescate bancario para salvar sus respectivos sistemas financieros.
 
Alemania acumula más de 300.000 millones en "activos tóxicos"
 
En este sentido, el diario alemán Spiegel desvelaba el pasado sábado un informe interno del Ministerio de Finanzas germano en el que, tras revisar las cuentas de los principales bancos del país, concluía que las entidades acumulan todavía en sus balances más de 300.000 millones de dólares en “activos tóxicos”. Casi cuatro veces menos de lo que han reconocido oficialmente.
 
Tal factura muestra que el sistema bancario alemán no es tan invulnerable a la crisis como se pensaba, tal y como pone de manifiesto la reciente intervención del Gobierno en el Hypo Real Estate, la nacionalización parcial del Commerzbank (segundo banco alemán en activos crediticios) o las multimillonarias pérdidas del gigante financiero Deutsche Bank la pasada semana (casi 4.000 millones de euros en 2008).
 
La exposición de Europa al crack de los países emergentes
 
Además, la caída del sistema bancario germano pone al borde del abismo a la banca del este y centro de Europa. Y ello, debido a su elevada dependencia crediticia de la primera potencia europea. No obstante, la banca de la UE es la más expuesta al crack de los países emergentes, con casi 3,5 billones de euros, tal y como avanzó este periódico.
 
A ello, hay que sumar la extrema situación de la banca irlandesa tras el pinchazo de su particular burbuja inmobiliaria. El Gobierno irlandés ha echado mano incluso de los fondos de pensiones en un intento desesperado por recapitalizar su banca. De hecho, las nacionalizaciones bancarias ya han dado comienzo en este país.
 
La gravedad llega hasta tal punto que algunos destacados economistas plantean que Irlanda abandone el euro si no recibe ayuda financiera de la UE. Los analistas consltados por LD ni siquiera descartan que se produzca una corrida bancaria (retirada masiva de depósitos) en Irlanda.
 
¿Retirada masiva de depósitos en Irlanda?
 
España no es una excepción, y desde entidades como el Banco Sabadell se apunta la necesidad de que el Gobierno lance un segundo plan de rescate mediante la inyección directa de capital público en las entidades. Es decir, una nacionalización parcial de la banca, más allá de la compra de activos dudosos para evitar quiebras bancarias en el país. Y es que, la exposición de las cajas de ahorro al, hoy por hoy, insolvente sector del ladrillo es evidente. Casi el 60% de sus créditos.
 
El análisis es, pues, “devastador”. De hecho, el sector bancario internacional todavía no ha tocado fondo, según los analistas consultados. El problema es que se teme una inminente oleada de intervención directa en la banca por parte de algunos Estados, como EEUU o Gran Bretaña, entre otros, para evitar quiebras como la de Lehman Brothers. Es decir, una nacionalización que, prácticamente, dejaría sin valor alguno las acciones de los inversores.
 
Se estudia nacionalizar grandes bancos
 
En este sentido, la clave del problema consiste en que la adquisición de toda la mala deuda bancaria y la nacionalización directa de entidades disparará hasta niveles insostenibles la ya deteriorada capacidad financiera de muchos países. EEUU y Gran Bretaña están al borde de padecer una de las crisis de deuda “más grandes de la historia”, según los analistas de Reuters.
 
Hasta el momento, el Gobierno estadounidense ha comprometido más de 8,5 billones de dólares, casi el 60% del PIB, en los rescates financieros a través de diversos mecanismos. Mientras, la factura en la UE ascendería a cerca de 4 billones, según los distintos cálculos que maneja el mercado.
 
Una nueva ronda de intervención pública en este ámbito podría suponer, finalmente, el pinchazo de la burbuja que ha experimentado la deuda pública a lo largo de los últimos meses, ya que ésta ha sido demandada masivamente por los inversores, al percibir los bonos del Gobierno como valor refugio para protegerse de la tormenta financiera.
 
Degradación de la deuda pública en grandes potencias
 
Los analistas advierten de que, llegado el caso, la rebaja en la calidad de la deuda pública que emiten grandes potencias, sobre todo, EEUU y Gran Bretaña, será entonces inevitable. Las agencias de calificación ya han rebajado el rating (nota crediticia) a España, Grecia y Portugal.
 
Algo que, sin duda, encarecerá en gran medida la ya de por sí histórica necesidad de financiación de los distintos Gobiernos. Tan sólo EEUU precisará recaudar más de 2 billones de dólares en 2009, y China, su principal acreedor, ya ha advertido que no comprará bonos del Tesoro norteamericano de forma indefinida.
 
El pinchazo de la burbuja de bonos
 
Expertos de la talla de Martin Wolf ya señalaban el pasado noviembre que hay un riesgo, y no precisamente pequeño, de que "los monstruosos déficit fiscales anunciados provoquen una crisis de la libra", que ya se está produciendo  alavista de su acelrada depreciación (está en paridad con el euro), o bien "una venta a la desesperada de la deuda pública británica", e incluso "ambas cosas". El gurú Peter Schiff alerta del mismo proceso, pero en EEUU. Algo que podría conducir directamente a la quiebra del país, ante su incapacidad para afrontar los pagos de su ingente deuda pública.
 
Los bancos centrales estudian imprimir billetes
 
Ante esta posibilidad, los organismos monetarios de ambas potencias trabajan ya en un plan que dotaría a los bancos centrales de la capacidad de imprimir dinero extra, sin respaldo real alguno, e incluso emitir su propia deuda, con el fin de comprar los bonos del Tesoro que precisan colocar sus Gobiernos.
 
Y es que, es muy posible que no puedan vender a los inversores toda la emisión de bonos que prevén emitir para salvar de la quiebra a sus respectivos sistemas financieros. Sería entonces cuando el fantasma de la hiperinflación se convertiría en un riesgo real para la economía.
 
Los últimos acontecimientos del Supercrash confirman, de este modo, que en EEUU permanece intacta la amenaza de una nueva oleada de quiebras financieras (tal y como avzanzó este periódico en septiembre de 2008), que las próximas subprime se extenderían hacia las aseguradoras y deuda pública (ver LD abril de 2008), y que las reiteradas inyecciones de liquidez de la banca central no solucionarían el problema de insolvencia que sufren muchos bancos (marzo de 2008). El Defcon one ya está en marcha.

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