La Administración Central, que ya está retrasando pagos por la falta de dinero, tiene problemas graves del liquidez. La elaboración de unos Presupuestos Generales del Estado para 2009 irreales, con una previsión de crecimiento de la economía del 1,6%, han descuadrado la estructura de la caja pública. El Estado gasta más del doble que lo que ingresa.
Para obtener fondos, el Ministerio de Economía y el Tesoro Público comenzaron a realizar emisiones masivas de deuda que en las últimas semanas se han disparado, llegando incluso a realizar operaciones no previstas en su agenda. La razón: el Estado quería conseguir dinero en los mercados antes de se redujera la demanda de deuda soberana española.
Y los temores del Tesoro eran fundados: lanzó este martes una emisión de letras a tres y seis meses de 4.500 millones de euros, pero no ha podido venderlas todas. Ha adjudicado este martes 4.160 millones de euros con rentabilidades insólitas de apenas el 0,59% y el 0,68%.
La caída en picado en los tipos a corto plazo como consecuencia de la política del Banco Central Europeo y del estado del mercado interbancario ha reducido casi a la mitad la rentabilidad de las letras a tres meses. Desde el 0,919% de la anterior subasta se ha pasado al 0,59%.
Por su parte, en lo referente a los títulos a seis meses la rebaja ha sido igualmente drástica, desde el 1,005% hasta el 0,68%.
Desde el Tesoro se argumenta que esta reducida rentabilidad no parece debilitar la demanda. El objetivo del Tesoro pasaba por colocar entre 3.500 millones y un "máximo" de 4.500 millones. La cifra adjudicada, 4.160 millones de euros, se ha acercado más al tope previsto. El problema es que hace sólo unas semanas todo el papel que salía al mercado se vendía.
Estas emisiones servirán para pagar partidas presupuestarias como las prestaciones por desempleo, los gastos corrientes de las fuerzas de seguridad del Estado, o las necesidades de instituciones penitenciarias, entre otros costes cuyo desembolso es imposible por el elevado déficit público.
En sólo un mes el déficit del Estado se ha triplicado. Los ingresos se mantienen respecto a abril en el entorno de 45.000 millones, pero los gastos se disparan hasta 64.901 millones de euros. El agujero roza ya los 20.000 millones de euros.