(Libertad Digital) En la actualidad, el Gobierno de EEUU cuenta con la autoridad del Congreso para intervenir entidades bancarias. Sin embargo, la Administración que preside Barack Obama estudia extender estos poderes extraordinarios aún más allá, con el fin de poder nacionalizar todo tipo de entidades no bancarias, cuya quiebra pueda afectar de forma sustancial a la economía de la primera potencia mundial
El plan otorgaría al secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner nuevos poderes extraordinarios para proceder a la intervención gubernamental de empresas, grandes aseguradoras, así como fondos de inversión o hedge funds. Se trata de un cambio sustancial ya que, hasta el momento, el actual modelo de regulación financiera deposita este tipo de decisiones en organismos independientes que no están influidos, al menos de forma directa, por procesos políticos. De salir adelante, Geithner (miembro del gabinete presidencial) decidiría junto a Obama el rescate o intervención de un abanico de entidades mucho más amplio, según un documento oficial, informa The Washington Post.
El proyecto, que podría ser remitido para su tramitación esta misma semana, otorgaría a una agencia del Gobierno nuevos poderes reguladores para supervisar cualquier empresa o entidad no financiera cuya caída pueda suponer un impacto grave a la economía nacional. Se baraja la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) asuma este papel, pese a que su función constitucional se centra en dirigir la política monetaria del país y en controlar la inflación.
El Tesoro de EEUU gozaría de instrumentos adicionales para poder evitar la quiebra o colapso de una entidad financiera no bancaria o empresa privada, garantizando sus pérdidas mediante la concesión de avales públicos, comprando activos tóxicos o bien procediendo a su nacionalización, ya sea parcial o total. Es más, el Gobierno, a través del Tesoro, tendría capacidad plena para incumplir contratos privados, tales como el cobro de primas o bonus por parte de los directivos de la entidad afectada, como en el reciente polémica surgida en torno a AIG. Para ello, Geithner tan sólo tendría que contar con la autorización del presidente de EEUU y dos tercios de la junta de la FED.
El FDIC pide dictar las reglas financieras
Con el advenimiento de la crisis, parece claro que algo falla en la regulación y supervisión de las entidades financieras y bancarias. Algunos analistas sostienen que los problemas actuales se deben a la falta de regulación y exceso de libertad en los mercados, mientras que otros piensan que la clave reside en la pésima regulación y el intervencionismo público. Sin embargo, todos coinciden en que el actual sistema financiero precisa reformas.
Sin ir más lejos, la conferencia que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ofreció en el Council on Foreign Relations el pasado 10 de marzo estuvo centrada en las necesarias reformas del sistema financiero. En ella, reiteró la idea de reforzar la infraestructura regulatoria a través de varias vías. Una de ellas sería la concesión de mayor poder de supervisión y control sobre todo el sistema financiero a las agencias gubernamentales.
Además, recomendaba seguir una estrategia donde se regule al mercado como un todo, y no solo a sus componentes individuales, con el fin de evitar el riesgo sistémico. Otra de sus propuestas se dirigía a reformar las reglas contables y el sistema de seguro de depósitos, que según él, han tenido notables efectos procíclicos, alimentando demasiado las facilidades de concesión de crédito durante el boom, para luego endurecer en exceso estas condiciones en la recesión.
Así pues, se esperan movimientos importantes a nivel de regulación financiera. Añádase a lo anterior la lógica que suelen seguir las agencias públicas: cuando se manifiestan fallos claros en la supervisión y regulación de las entidades de las que son responsables, se exigen más fondos públicos y mayores competencias para, según se justifican, hacerlo mejor la próxima vez, siempre en nombre del bien común.
En este sentido, según informa el portal financiero CNN Money, la Agencia Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) pidió al Congreso ampliar su poder para proteger a los consumidores de los bancos que están involucrados en actos ilícitos. De acuerdo a un oficial del FDIC, este organismo quiere tener la capacidad de escribir las propias leyes que util para regular a los bancos que cometan este tipo de acciones, ya que actualmente, a pesar de que supervisa 5.000 bancos, no tiene autoridad para redactar las leyes que debe hace cumplir, función que está encomendada a las Cámaras de Representantes.
Según el vicepresidente de esta entidad, en declaraciones ante la House Financial Services Committee, Martin Gruenberg, "la perspectiva del FDIC -como asegurador de depósitos y supervisor del mayor número de bancos- proporcionaría una aportación de valor y experiencia al proceso reglamentario". Asimismo, sugirió la misma idea para la Oficina del Controlador de la Moneda (OCC), que regula a 1.700 bancos. Es decir,la idea consistiría en que las agencias gubernamentales de supervisión cuenten con competencias legislativas plenas.
Defiende el rescate de AIG
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, explicaron las circunstancias de la intervención gubernamental, en septiembre pasado, en la firma aseguradora American International Group (AIG).
"La administración propone una legislación que dé al Gobierno de Estados Unidos el mismo juego de herramientas básicas para enfrentarse a problemas financieros en instituciones no bancarias como se tiene en el contexto bancario", dijo Geithner.
El Gobierno inyectó 182.500 millones de dólares del erario público en la compañía para impedir su colapso. "Tal como lo vimos con AIG, las tribulaciones de instituciones financieras grandes, interconectadas, y sin depósitos pueden crear riesgos sistémicos tal como lo hacen los bancos en problemas", dijo Geithner.
"AIG destaca la necesidad urgente de nuevos procedimientos para la resolución de casos así", explicó Bernanke para justificar la creación de un organismo que regulase las firmas financieras no bancarias.
Así, el presidente de la Fed y Geithner pidieron que los legisladores aprueben nuevas reglamentaciones que limiten los riesgos que asumen las firmas y que pueden poner en peligro todo el sistema financiero.
Ambos expresaron su repudio y su disgusto por los bonus pagados a los ejecutivos de la división de productos financieros de AIG, que fue la que llevó al borde del colapso a la mayor firma de seguros de EEUU.