LD (M. Llamas) La jornada del miércoles será recordada como una de las más negras de la historia financiera reciente. Pese a que la Reserva Federal (Fed) ha acudido al rescate de la aseguradora AIG, mediante la concesión de un crédito de 85.000 millones de dólares, la quiebra de Lehman Brothers el lunes, sumado a la compra de Merrill Lynch por parte del Bank of America y la nacionalización de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac la pasada semana, han desembocado en una situación de pánico bursátil en EEUU similar e, incluso, peor a la vivida tras la quiebra de Bear Stearns el pasado mes de marzo.
La Bolsa de Nueva York cerró con una caída del 4,09 por ciento en el Dow Jones de Industriales. Según los datos disponibles al cierre, dicho índice, el más importante de Wall Street, bajó 451,88 puntos (4,09%) hasta 10.670,14 unidades.
La bolsa de EEUU cae un 4,09 por ciento
El mercado Nasdaq descendió 109,05 puntos (4,94%) hasta 2.098,85 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 retrocedió 57,54 puntos (4,74%) hasta 1.156,06 unidades. Mientras, la bolsa española bajó el 2,29 por ciento y concluyó la sesión en el mínimo anual de 10.661,40 puntos, afectada por los problemas del sector financiero y por la publicación de malos datos de coyuntura en Estados Unidos.
El mercado Nasdaq descendió 109,05 puntos (4,94%) hasta 2.098,85 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 retrocedió 57,54 puntos (4,74%) hasta 1.156,06 unidades. Mientras, la bolsa española bajó el 2,29 por ciento y concluyó la sesión en el mínimo anual de 10.661,40 puntos, afectada por los problemas del sector financiero y por la publicación de malos datos de coyuntura en Estados Unidos.
Los principales bancos de EEUU y, sobre todo, las entidades de inversión, Morgan Standley y Goldman Sachs, registraron importantes caídas en el valor de sus acciones ante el temor de que precisen del respaldo de algún banco comercial, tal y como avanzó LD. Pese a ello, al cierre de esta edición, los rumores de fusión entre Wachovia y Morgan Stanley disparó las acciones de ambas entidades un 6% en el mercado continuo.
Demanda masiva de deuda pública
Pero más allá de los datos bursátiles, el reflejo del temor vivido por los inversores se ha manifestado en toda su crudeza en el mercado de deuda pública. Así, la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU a 3 meses se hundió al 0%. Es decir, el precio de la deuda pública se disparó debido a que los inversores acudieron en masa a refugiarse de nuevas pérdidas.
Este dato refleja que los inversores no quieren tener sus saldos de caja en el banco. La gente está dispuesta a inmovilizar sus ahorros en deuda pública con tal de recuperar el principal (es decir, no perder dinero), aun sin exigir ninguna rentabilidad a cambio.
Es más, la rentabilidad de los treasury bills a un mes (deuda del Tesoro) llegó incluso a situarse por debajo de 0. Es decir, hasta tal punto llegó la demanda de la deuda pública para refugiarse de la crisis que se estaría pagando con tal de tenerla. Es decir, están perdiendo dinero.
Tal y como explican los expertos del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana, (OCE), una deuda pública a 3 meses a un tipo de descuento de 0%, junto a la deuda a un mes con tipo de interés negativo significa que “los inversores están dispuestos a renunciar a parte de su dinero con tal de conservarlo dentro de un mes”. En otras palabras, “si hoy compro una letra del Tesoro a un mes por 1.000 dólares, al cabo de 30 días recibiré, por ejemplo, 990”.
Es decir, los inversores están saliendo de los “depósitos bancarios para adquirir deuda pública a un tipo de interés negativo”, lo cual evidencia el rechazo que se ha llegado a vivir en los mercados respecto a los pasivos bancarios ante el riesgo de nuevas quiebras.
Es decir, los inversores están saliendo de los “depósitos bancarios para adquirir deuda pública a un tipo de interés negativo”, lo cual evidencia el rechazo que se ha llegado a vivir en los mercados respecto a los pasivos bancarios ante el riesgo de nuevas quiebras.
El Tesoro inyecta dinero en la Fed
Por otro lado, los rescates bancarios aprobados por la Fed tienen un precio. El Gobierno de EEUU emitirá deuda pública adicional, con carácter temporal, a petición de la Reserva Federal (Fed), con una partida inicial de 40.000 millones de dólares. El objetivo consiste en facilitar dinero extra al organismo regulador, ya que las inyecciones de liquidez y la aceptación de colateral crediticio de baja calidad han deteriorado el balance de la Reserva.
Los rescates financieros, las masivas inyecciones de liquidez y la apertura de líneas de financiación extra a las entidades de crédito están pasando factura al balance de la Reserva Federal (Fed), que ahora precisa más capital para mantener sus vías de financiación a las banca estadounidense.
El programa, con carácter temporal, según el Tesoro, servirá para inyectar dinero en las deterioradas cuentas del organismo regulador del sistema financiero estadounidense. Tras el anuncio el precio del oro se ha disparado.
La medida consiste en una venta adicional de “letras del Tesoro”, más allá de las emisiones que tenía programadas el Gobierno norteamericano, según este departamento. El nuevo proyecto “proporcionará efectivo a la Reserva Federal” para que pueda mantener las vías aprobadas para facilitar liquidez a las entidades de crédito y empresas de Wall Street, informa Bloomberg.
El Tesoro entregará el dinero en efectivo a la Reserva Federal. La primera operación tendrá lugar este miércoles y en ella el Tesoro ofrecerán bonos a 35 días de vencimiento por valor de 40.000 millones de dólares.
El Tesoro entregará el dinero en efectivo a la Reserva Federal. La primera operación tendrá lugar este miércoles y en ella el Tesoro ofrecerán bonos a 35 días de vencimiento por valor de 40.000 millones de dólares.
El problema consiste en que la Fed, poco a poco, está nacionalizando la mala deuda que acumulan los bancos. En abril se produjo una operación similar entre la Fed y el Tesoro de EEUU para facilitar liquidez a través de la emisión de deuda pública, tal y como avanzó LD.
El balance de la Fed se ha deteriorado enormemente en los últimos meses como consecuencia de la aceptación de colateral de muy baja calidad, que sirven de garantía para prestar liquidez a los bancos. Es decir, la Fed ha adquirido activos que, en su mayoría, eran ilíquidos o su valor era muy inferior al real, tales como bonos hipotecarios e, incluso, acciones empresariales.
Desde el pasado mes de diciembre la Fed habilitó tres ventanillas adicionales para expandir el crédito, la TAF (Term Auction Facility), la PDCF (Primary Dealer Credit Facility) y la TSLF (Term Securities Lending Facility). La primera destinada a que los bancos descuenten a medio plazo activos de mala calidad (como bonos hipotecarios), la segunda a que los dealers primarios puedan obtener letras del Teroso contra activos de mala calidad y la tercera a que esos mismos dealers primarios puedan obtener fondos contra sus activos de mala calidad.
La Fed acepta deuda de baja calidad
Así, las diferentes ventanillas de descuento para facilitar liquidez a las entidades a cambio de colateral crediticio han terminado por provocar un fuerte deterioro en los balances de la Fed, hasta el punto de que el Tesoro se ha visto obligado a incrementar la emisión de deuda pública con carácter de urgencia para recapitalizar a la Reserva Federal.
A ello, se suman además los cuantiosos créditos concedidos por el organismo que dirige Ben Bernanke a JP Morgan para adquirir Bear Stearns (30.000 millones de dólares), así como a AIG para posibilitar su rescate financiero (85.000 millones).
Todo ello ha reducido enormemente su capacidad tanto para prestar como para acudir a nuevos rescates bancarios. Sin embargo, se trata de una crisis de solvencia, no de liquidez, por lo que tales inyecciones servirán de poco para evitar nuevas quiebras. De hecho, cabe recordar que el rescate de Bear Stearns auspiciado por la Fed se argumentó diciendo que la medida evitaría la quiebra de otras entidades.
Todo ello ha reducido enormemente su capacidad tanto para prestar como para acudir a nuevos rescates bancarios. Sin embargo, se trata de una crisis de solvencia, no de liquidez, por lo que tales inyecciones servirán de poco para evitar nuevas quiebras. De hecho, cabe recordar que el rescate de Bear Stearns auspiciado por la Fed se argumentó diciendo que la medida evitaría la quiebra de otras entidades.
Oro, como valor refugio
Sin embargo, desde el pasado mes de marzo, han caído bancos de la talla de IndyMac, los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, Lehamn Brothers, Merrill Lynch (adquirido por Bank of America) e, incluso, se habla ya de la difícil situación que atraviesa Morgan Stanley, entre otros.
Justo después de conocerse la decisión del Gobierno para inyectar liquidez a la Fed, los mercados han reaccionado de inmediato y han acudido a la compra de oro. Los precios de los contratos más negociados de oro subieron 70 dólares. Su mayor subida en dólares en una sesión desde 1980 en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), por el aumento de su atractivo como "refugio" para los inversores coincidiendo con la crisis en Wall Street.
Además, se trata de la mayor subida porcentual desde septiembre de 1999, informa Efe. Durante la sesión, el oro llegó a tocar un máximo de 870,90 dólares.
Además, se trata de la mayor subida porcentual desde septiembre de 1999, informa Efe. Durante la sesión, el oro llegó a tocar un máximo de 870,90 dólares.
El precio de prestar dinero se dispara en el interbancario
Por último, el temor también se ha trasladado al mercado interbancario. Tras la quiebra de Bear Stearns, el libor a 3 meses (tipo de interés en EEUU al que se prestan dinero los bancos) proporcionaba una rentabilidad un 350% superior a la deuda pública a 3 meses.
Sin embargo, en la jornada del miércoles se llegó a ofrecer un 10.000% más. La siguiente gráfica tan sólo refleja un spread (diferencial) análogo en el que se ofrecía una rentabilidad un 50% superior para hacerse una idea del temor que recorrió el mercado bursátil estadounidense.
Tal dato implica que si un banco “vendiera deuda pública al descubierto y prestara ese dinero a otro banco, obtendría una rentabilidad del 10.000%”, según el OCE.
Mientras, durante la jornada del martes, tras la quiebra de Lehman Brothers, el libor a un día alcanzó el 10%. Es decir, los bancos con excedente dispuestos a prestar dinero a otra entidad exigían un interés (precio del dinero) del 10% de un día para otro. En resumen, mucho miedo. Más bien pánico a nuevas quiebras.