LD (L. Ramírez) El sector financiero español está destinando los fondos que obtiene de titulizar préstamos hipotecarios, de las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y de las subastas de activos del Gobierno a recapitalizar sus balances y mejorar la solvencia de cara al próximo año.
Los bancos y cajas prefieren sanear sus cuentas para afrontar la recesión económica y el aumento del desempleo con fondos suficientes, dejando la actividad crediticia en un segundo plano. Y esta evolución continuará en los próximos meses.
Así lo constata el Banco de España en su última Encuesta sobre Préstamos Bancarios relativa al pasado octubre y que ha sido difundida este viernes. Además de cerrar el grifo del crédito, las entidades han elevado el interés que cobran por los nuevos préstamos, exigen más garantías a los solicitantes y reducen los plazos de los créditos.
Entre julio y septiembre, el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez revela que “en España continuó el descenso de la oferta” en los préstamos a familias para la compra de vivienda, a empresas no financieras y en la rúbrica de créditos al consumo.
La causa se encuentra en “las tensiones en los mercados financieros, que fueron más pronunciadas que en el trimestre anterior los fondos destinados a los hogares”.
Las familias no pueden contratar hipotecas
En cuanto a los préstamos para la compra de vivienda, en el tercer trimestre del año se ha producido también “una notable contracción de la oferta por parte de las entidades españolas”. Además, “los criterios para la aprobación de nuevos créditos se hicieron más exigentes”. Y es que los bancos y cajas no pueden elevar aún más su exposición al ladrillo, porque las suspensiones de pagos de las inmobiliarias afectarán a los balances de las entidades.
Según puso de manifiesto el economista y presidente de LD, Alberto Recarte, en el Observatorio Económico de FAES, las actividades relacionadas con la construcción han generado una deuda de unos 400.000 millones de euros, y una parte de estos fondos no serán devueltos por las empresas que los obtuvieron.
Además, las entidades temen que muchas familias dejen de pagar sus hipotecas por el aumento del desempleo. Según los cálculos de la mayoría de los organismos nacionales e internacionales –excepto los gubernamentales- España superará los 4 millones de parados al cierre de 2009.
Se está produciendo, incluso, la curiosa circunstancia de que familias que han sido adjudicatarias de Viviendas de Protección Oficial (VPO) no pueden comprarlas porque su banco les niega la hipoteca.
Y en el segmento de créditos para fines distintos que la compra de vivienda, el panorama es igual de desalentador. El Banco de España afirma que “se produjeron en España recortes importantes en la oferta y la demanda”, debido a “la percepción de solvencia de los consumidores”.
Es decir, que los bancos y cajas ya no se fían de que les sean devueltos sus préstamos. En la actualidad, es casi imposible hasta financiar la compra de un electrodoméstico aunque se disponga de un sueldo fijo.
Las empresas se quedan sin crédito
En cuanto a la financiación del sector privado, el estudio indica que “el endurecimiento de los criterios de aprobación de nuevos fondos a sociedades no financieras, volvió a ser particularmente elevados en las operaciones a plazos más largos, pero se produjo también en aquellas con vencimientos menores”.
Por tamaño, “los datos muestran una mayor contracción de la oferta de préstamos a grandes compañías”.
Las entidades financieras justifican su política de negocio en las malas “perspectivas relativas a la actividad económica en general, y a sectores y sociedades concretas, así como los riesgos asociados a las garantías requeridas y, en menor medida, los costes y la capacidad de financiación” de las empresas que solicitan los préstamos.
Y los bancos y cajas no sólo exigen más garantías para conceder créditos a empresas, sino que han decidido elevar el interés que aplican a los mismos. El Banco de España admite que “las condiciones de los créditos se hicieron más exigentes de forma generalizada, destacando el incremento de los márgenes aplicados, y al aumento de las garantías requeridas”.
“En todos los casos, el endurecimiento de las condiciones fue superior al registrado en el trimestre anterior”, señala el estudio del organismo supervisor.
El próximo año será más difícil obtener financiación
De cara al último trimestre del año, estas tendencias, lejos de suavizarse, se recrudecerán. El informe del Banco de España anticipa un “endurecimiento de la oferta de crédito, que “se traducirá en un impacto más negativo sobre los criterios de aprobación de los préstamos, sobre el importe y el margen de las nuevas operaciones y sobre el coste de los fondos propios y la disponibilidad de las entidades a prestar”.
Por lo tanto, el Banco de España certifica el rotundo fracaso del plan del Gobierno para aumentar el crédito a las familias y las empresas, mediante la inyección de liquidez a los bancos y cajas a tipos de interés más baratos que los que se ofrecen en el mercado.
Estos fondos, lejos de llegar a los ciudadanos y a las pymes, servirán para engrosar el balance de las entidades, que se preparan para un annus horribilis. Aquellos que no dispongan de ahorro, o que quieran refinanciar su deuda, tendrán serias dificultades en 2009.