El dato trimestral avanzado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra una desaceleración menos pronunciada de la economía española en comparación con el primer trimestre del año, cuando el PIB se hundió un 1,9%.
Pese a esta moderación en la caída de la actividad económica en valores trimestrales, la tasa interanual del PIB del segundo trimestre (-4,1%) supone el peor registro en un trimestre desde 1970, cuando el INE comenzó a realizar las estadísticas de Contabilidad Nacional.
Según el avance de la Contabilidad Nacional Trimestral publicado por este organismo, la mayor contracción interanual del PIB español en el segundo trimestre fue resultado de una contribución más negativa de la demanda nacional, que se vio compensada sólo en parte por una aportación positiva del sector exterior.
La caída del PIB en un 4,1% es la tercera reducción interanual consecutiva tras los retrocesos del 0,7% y del 3% experimentados en el cuarto trimestre de 2008 y el primero de 2009, respectivamente, y contrasta con el avance del 1,8% que registró el PIB español en el segundo trimestre del año pasado.
Por su parte, la variación intertrimestral de la economía española se situó en el -1% en el segundo trimestre, atemperando el descenso experimentado en el primero (-1,9%). Con el segundo trimestre, ya son cuatro los trimestres consecutivos en los que se contrae el PIB español, que oficialmente entró en recesión (dos trimestres de crecimiento negativo) a finales del año pasado.
El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, ya avanzó el jueves que el dato del PIB del segundo trimestre iba a reflejar una caída "bastante menor" que en el primer tramo del año, al tiempo que confió en que el repunte de las economías de los países vecinos, como Alemania o Francia, tire de la española para salir de la crisis.
En este punto, Campa indicó que "el patrón genérico" de las economías de la UE es el de "una desaceleración clara de la caída", el mismo escenario que, a su juicio, se plantea en España. Así, consideró que la recuperación de las economías de la UE ayudará a España "a crecer en esa misma dirección y posiblemente en el mismo ritmo", por lo que, frente al deterioro de la demanda interna, será el sector exterior "el componente más importante para salir de la crisis".
El Banco de España esperaba una menor caída
Los datos publicados por el INE empeoran en una décima las previsiones realizadas por el Banco de España en su boletín económico de los meses de julio y agosto.
La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez estimaba que la economía española había moderado un punto su caída intertrimestral entre abril y junio, registrando un descenso del 0,9%, mientras que en tasa interanual habría ampliado el recorrido bajista que inició en la última parte de 2008, situando su contracción en el 4%.
De esta forma, la institución financiera aseguraba que los indicadores disponibles referidos al periodo abril-junio apuntaban a una "prolongación de las tendencias contractivas", aunque a un ritmo "más contenido" que en el primer trimestre, en un entorno caracterizado por cierta normalización de los mercados financieros y por unas condiciones externas menos severas.
En concreto, las previsiones del Banco de España apuntan a que la demanda nacional "acusó un nuevo recorte" entre abril y junio (-6%), mientras que la demanda exterior neta mostró un leve aumento, hasta aportar 2,4 puntos al incremento del PIB.
En este contexto, el Banco estima que el gasto de los hogares habría retrocedido de nuevo entre abril y junio, aunque se habría ralentizado el ritmo de descenso del consumo final, de modo que la tasa interanual podría situarse en el 4,6%.
Así, afirmaba en su boletín que las decisiones de consumo siguieron muy condicionadas por el "debilitamiento generalizado" de la renta disponible y la riqueza, aunque a lo largo del trimestre mejoró "sustancialmente" la confianza de los agentes.