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El mundo al revés: España presta al FMI más de 4.100 millones de euros

A pesar de que las finanzas públicas españolas están en unos números rojos que superan los 100.000 millones de euros, el Gobierno prestará 4.120 millones al Fondo Monetario Internacional, en virtud de un acuerdo firmado en 2009.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) va a necesitar dinero para rescatar a países en apuros, especialmente en la maltrecha economía europea. Todas las quinielas apuntan a Grecia, Portugal, España e Irlanda y, en menor medida, a Italia; debido a sus elevados déficits públicos y a las dificultades para refinanciar sus elevados endeudamientos. Por ello, la UE ha aprobado junto con el Fondo la creación de un plan de rescate de 750.000 millones de euros para salvar a estas economías de la quiebra.


Sin embargo, al mismo tiempo, algunos de estos países están prestando dinero a los organismos internacionales, un hecho paradójico: los Estados dejan dinero que no tienen para que, posteriormente, se les devuelva en concepto de préstamos. Es el caso del plan de rescate de Grecia, en el que España pondrá cerca de 10.000 millones de euros en tres años. El problema es que la caja tiene un agujero de más de 100.000 millones, lo que hace necesario aumentar el endeudamiento para participar en el rescate heleno.

Y este lunes, el Tesoro español sigue prestando dinero que no tiene. En virtud de un acuerdo firmado en octubre de 2009 con el FMI, España entrega 4.120 millones de euros al FMI "para asegurar la suficiencia de los recursos financieros disponibles" por el organismo con el objeto de "suministrar de forma oportuna y efectiva asistencia de balanza de pagos a sus miembros".

El papel del Fondo Monetario

Según informa el FMI en su propia página web, una de sus "funciones medulares" es suministrar préstamos a los países miembros afectados por problemas de balanza de pagos. Esta asistencia financiera "les permite reconstituir sus reservas internacionales, estabilizar su moneda, seguir pagando sus importaciones y restablecer las condiciones para un firme crecimiento económico, al tiempo que toman las medidas necesarias para corregir problemas subyacentes". A diferencia de los bancos de desarrollo, el FMI no financia proyectos específicos.

La aportación se hará en "derechos especiales de giro", una especie de moneda internacional creada por el FMI y que pretende impulsar la ONU gracias a la tormenta financiera que ha sacudido los cimientos de la economía global.

¿De donde obtiene el dinero el FMI?

El FMI mantiene dos mecanismos multilaterales de crédito permanentes: los Nuevos Acuerdos para la Obtención de Préstamos (NAP) y los Acuerdos Generales para la Obtención de Préstamos (AGP), con una capacidad de crédito total de 54.000 millones de dólares. Si el FMI considera que su capacidad de compromiso futura puede ser insuficiente para satisfacer las necesidades de los países miembros (por ejemplo, cuando se produce una crisis financiera) puede obtener préstamos activando estos acuerdos. En 2007 se aprobó su renovación por otros cinco años a partir de 2008.

En 2009, los líderes del G-20 y el Comité Monetario y Financiero Internacional acordaron aumentar los recursos a disposición del FMI a través del financiamiento inmediato proporcionado por países miembros por un monto de 250.000 millones de dólares, y ampliar posteriormente los NAP por un monto máximo de 500.000 millones y hacerlos más flexibles. En este marco se encuadra el préstamo español.

Los derechos especiales de giro y la divisa global

Para Naciones Unidas un nuevo sistema monetario basado en principios y normas multilateralmente convenidos "es necesario para lograr la estabilidad de la economía mundial y unas condiciones equitativas para el comercio internacional". En esencia, el organismo apunta a la necesidad de sustituir el dólar por un nuevo patrón monetario, basado en una cesta de divisas que gestionaría el FMI (los denominados derechos especiales de giro).

De este modo, "se reduciría la necesidad de mantener reservas internacionales" para defender los tipos de cambio (el valor de una moneda nacional), y "podría combinarse con un papel más fuerte de los derechos especiales de giro [cesta de divisas] si las asignaciones se hacen en función de las necesidades de liquidez que presenta un determinado país", con el fin de "estabilizar su tasa de cambio real a un nivel acordado multilateralmente".

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