"Es evidente que Hungría no es Grecia", señaló Matolcsy en una entrevista concedida a la cadena estadounidense CNBC, donde afirmó que los comentarios que apuntaban a las escasas posibilidades del país de esquivar una crisis 'a la griega' procedían de políticos y no de miembros del Gobierno.
"Nos ceñiremos al objetivo de déficit presupuestario del 3,8% del PIB para este año", afirmó Matolcsy, quien, sin embargo, admitió que existen "signos preocupantes" como que el desequilibrio presupuestario a finales de mayo alcanzaba ya el 87% del previsto para el conjunto del ejercicio.
En este sentido, el titular húngaro de la cartera de Economía precisó que "por una parte no existe necesidad de aplicar nuevas medidas de austeridad, pero también es evidente que tenemos que reducir el gasto y la burocracia, al mismo tiempo que se impulsan las inversiones".