Nueva jornada de miedo entre los inversores que tienen exposición al mercado español. Ayer se celebró en el Hotel Ritz el Spanish Investors Day, un evento en que se pretende atraer capital para proyectos en España y que concluyó con un rotundo fracaso, a tenor del veredicto del mercado que ya comienza a dar por sentado que España deberá ser rescatada para que el proyecto del euro no se vaya al garete.
Ni los mensajes lanzados por el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, sirvieron para calmar a unos inversores que huyen de España y ponen en tela de juicio la errática política económica del Gobierno. Ya ni el gobernador del Banco de España sale en defensa de Zapatero, de hecho Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha decidido cambiar el discurso y ahora pide "reformas más ambiciosas" porque el temido contagio de la crisis griega e irlandesa ya se ha producido.
Al final de la jornada, el riesgo país de España se disparó hasta niveles no conocidos desde la entrada del euro (el diferencial con el bono alemán tocó los 236 puntos) y el bono a diez años se situó en máximos desde la quiebra de Lehman Brothers. Por cierto, que el Tesoro volvió a emitir deuda (letras a tres y seis meses) a un coste superior en un 86% al de la última operación de venta: al sector público y al privado le cuesta más financiarse, lo que amenaza la sostenibilidad del país.
Por ello, entidades como Saxo Bank plantean abiertamente que España deberá ser rescatada en 2011, pero no con el fondo de rescate europeo, sino mediante "préstamos bilaterales" de otros países. El servicio de estudios de esta empresa financiera da por hecho que Portugal deberá ser salvada por la UE, lo que cerraría la puerta a España, porque el citado fondo de rescate pierde capacidad y solvencia en el mercado si rescata a más de tres países a la vez.
Si a eso le sumamos que el tamaño de la economía española es demasiado grande para ser ayudada por el fondo y que será necesario refinanciar 45.000 millones de euros en 2011 a un coste previsiblemente mayor que el actual, se comprende el análisis de Saxo Bank que hoy mencionan todos los diarios especializados en noticias económicas.
En la portada de Expansión destaca un titular a toda página: "España bajo presión" y lanza cuatro noticias que dan pavor: "el riesgo país de España se dispara hasta los 236 puntos, el mayor desde 1996", "el Ibex cae un 5.6% en dos días, tentado por las dudas", "el bono a diez años, en máximos desde la quiebra de Lehman" y "Ordóñez alerta del contagio de Irlanda y pide reformas".
La fotografía es para José Manuel Campa, rodeado de micrófonos y con cara de circunstancias, que "trata de calmar a los inversores" al asegurar que "la sostenibilidad fiscal no está en cuestión" y que "nadie está pidiendo a España ir más allá" en las reformas. Es decir, que dice justo lo contrario que el gobernador del Banco de España.
Cinco Días indica que "Europa necesita un plan B" y cita las dos opciones que manejan ahora los burócratas europeos: unificar la política presupuestaria y que el BCE compre deuda pública. Esto es una aberración y va contra los principios del banco central porque supone inyectar dinero a mansalva, envilecer la moneda, hacer más pobres a los ciudadanos y, en último término, sentar las bases para que se produzca una hiperinflación (subida desproporcionada de los precios) que sería la puntilla para las familias y las empresas.
El Economista publica una portada con titular doble: "Muy tarde: Salgado cumplirá con la UE al rebajar un 47% el déficit...pero la Bolsa no se fía y rompe los soportes tras hundirse otro 3%". En cuanto al déficit, hay que precisar que el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, adelantó ayer las cifras de ejecución presupuestaria que sitúa en unos 30.000 millones de euros la brecha entre gastos e ingresos.
Esto supondría una reducción de 60.000 millones respecto al déficit de hace un año, pero hay un problema: Hacienda maquilla este dato con el retraso de las devoluciones de IVA y con las menores transferencias a las comunidades autónomas. Cuando se publiquen las tablas estadísticas sabremos la magnitud real del agujero en la caja pública.
Por último, el diario publica una curiosa noticia: "la caída de Prisa arrastra a Cebrián". Resulta que los fondos propios de su sociedad de inversiones (denominada Jurate y que procede de la liquidación de una SICAV) se dividen por cuatro y pierde casi un millón de euros.
El presidente de Liberty, que es el inversor que mantiene con respiración asistida al grupo, dice que "está claro que algunos aspectos de Prisa se han gestionado mal". Según El Economista, Juan Luís Cebrián, consejero delegado de Prisa, se marchará en 2013.