LD (M. Llamas) Hace apenas seis meses, el Gobierno, con la entonces ministra de la Vivienda, Carme Chacón, a la cabeza, insistía en calificar de “ajuste suave” la crisis inmobiliaria presente en España. El diagnóstico del Ejecutivo no pudo ser menos certero. El citado "ajuste" se ha transformado en un desplome del mercado residencial que carece de precedentes históricos, a la vista de la intensidad que ha reflejado el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
La caída que ha registrado la actividad del sector se está traduciendo en un brusco aterrizaje en la proyección e inicio de nuevas viviendas. Así, el volumen de pisos "a construir" ha retrocedido hasta niveles próximos a los de 1997, según el histórico de visados mensuales emitido por los Colegios de Aparejadores. Nunca antes se había producido una caída de estas características y, sobre todo, en un periodo de tiempo tan corto.
La evolución del número de viviendas iniciadas, también con datos mensuales, es muy similar al anterior, tal y como recoge el blog Wonkapistas. De hecho, la bajada coincide con el volumen de visados con un mínimo desfase de tiempo. En este caso, en la actualidad, el número de pisos que se están construyendo es muy similar al de 1998.
El desplome del sector todavía no se ha trasladado al volumen de viviendas terminadas. Ello se debe a que la ejecución de las obras tarda una media de dos a tres años en culminarse. De este modo, el descenso en la finalización de nuevos pisos se materilizará en los próximos ejercicios. Esto también indica que todavía existe un importante volumen de trabajadores que están ocupados en la finalización de obras que se iniciaron al final de los últimos coletazos de la burbuja.
Así, los datos desmontan las previsiones del Gobierno al afirmar que la crisis inmobiliaria se superará en 2009 ó, como muy tarde, 2010. Todo indica que el ajuste será mucho más duro y prolongado en el tiempo de lo que muchos vaticinaban hace escasos meses. Y es que, el sector pordría tardar en recuperarse, como mínimo 5 años, tal y como avanzó LD.
El precio real cae un 4 por ciento interanual
El fin de la burbuja conlleva, igualmente, la depreciación de los inmuebles. Así, según el Ministerio de la Vivienda, el precio de los pisos se ha incrementado un 2,4 por ciento en los últimos 12 meses (julio 07-junio 08). Es decir, ha bajado en términos reales (descontando la inflación, que supera el 5 por ciento) por segundo trimestre consecutivo.
Sin embargo, según los datos de Sociedad de Tasación (organismo oficial dedicado a la valoración de inmuebles) la caída es, incluso, mayor de lo que reconoce el Gobierno. El precio real ha descendido un 4 por ciento en los últimos doce meses. Hasta el punto de que, en breve, amenaza con registrar una caída de precios similar a la experimentada durante la última crisis económica (años 93-96), próxima al 7 por ciento.
El Banco de España corrobora que “la desaceleración que la inversión en construcción venía mostrando desde el año 2006 se intensificó en el primer trimestre de 2008, en el que este componente de la demanda creció un 1,3 por ciento en tasa interanual (con un estancamiento en términos intertrimestrales), 1,6 puntos menos que en el trimestre precedente”, según recoge su último boletín estadístico.
Dicha “ralentización” refleja, sobre todo, la corrección en curso en el componente residencial, que registró una caída del 0,2 por ciento interanual, frente a un crecimiento positivo del 1,8 por ciento en el trimestre anterior.
El organismo regulador asegura que “los indicadores contemporáneos de la evolución del total de la inversión en construcción, como los consumos intermedios o el empleo, sugieren que el ajuste del sector se ha acentuado en el segundo trimestre de 2008”, tal y como reflejan los indicadores referidos a los consumos intermedios, tanto la producción interior de materiales para la construcción como el consumo aparente de cemento, que registraron descensos en los meses de abril y mayo superiores a los observados en el primer trimestre del año.
Por tipo de obra, “el ajuste de la inversión residencial se habría intensificado en el segundo trimestre, hasta registrar tasas negativas claramente superiores a las de comienzos del año. El notable descenso que vienen registrando los visados de obra nueva desde mediados de 2007 permite anticipar una reducción del número de viviendas en ejecución en 2008 y, por tanto, una evolución desfavorable de la inversión residencial en los próximos trimestres”, indica.
Como resultado, en el primer trimestre se intensificó la caída de la actividad constructora: El Valor Añadido Bruto (VAB) del sector creció un 1,4 por ciento interanual, la mitad que en los meses finales del último año. “En el segundo trimestre, se estima que esta tendencia se ha acentuado, a tenor del retroceso que, como ya se ha indicado al describir las perspectivas de la inversión en construcción, se ha podido observar en los proyectos de edificación, tanto residencial como no residencial”, advierte el Banco de España.
Adicionalmente, el índice de producción de la industria de la construcción (IPIC) retrocedió en abril (último mes para el que se dispone de información) un 8 por ciento en tasa interanual. Descenso que supera en 2,4 puntos al observado en el primer trimestre, añade el Banco de España.
Todo ello avanza el deterioro del empleo en el sector. El número medio de afiliados a la Seguridad Social se redujo un 7 por ciento, frente al descenso del 2,2 por ciento observado en los tres primeros meses del año, mientras que el número de parados registrados aumentó su ritmo de crecimiento hasta el 62,2 por ciento en el segundo trimestre (26,5 puntos más que en el primero).
De hecho, para observar una destrucción de empleo similar a la que se está cobrando hoy el ladrillo hay que retroceder a “comienzos de los años noventa”, según el informe. En concreto, la pérdida de puestos de trabajo equivalentes ascendió al 1,1 por ciento interanual, cifra que contrasta con el crecimiento positivo del 3,3 por ciento en el cuarto trimestre de 2007.
Ante estos datos, no es de extrañar que el indicador de confianza del sector de la construcción elaborado por la Comisión Europea continúe deteriorándose.