LD (L. Ramírez) Una vez aprobados los planes de rescate de la banca en el Congreso ahora la gran pregunta es cómo se va a pagar, es decir, de dónde va a salir la financiación para los 50.000 millones de euros destinados a comprar activos de los bancos y los avales de 100.000 millones de euros.
El Gobierno asegura que recurrirá a las emisiones de deuda pública y que este proceso no tendrá un coste para los ciudadanos, pero esto es más una esperanza que un hecho. Todos los gobiernos están inmersos en el mismo proceso y sólo las economías mejor situadas en lo referente a sus atractivos productivos y sanidad de sus cuentas públicas tendrán éxito.
Aquellas que, como España, tienen problemas estructurales, deberán pagar altos intereses para colocar esta deuda, lo que afectará a las caja del Estado y aumentará la presión fiscal para poder hacer frente a estas nuevas obligaciones financieras. Y es que, sin contar con los planes de ayuda a la banca, el Gobierno ya tenía previsto aumentar la deuda estatal.
Por ello, desde la oposición se solicita al Gobierno que se frenen las nuevas emisiones “en el momento en el que el coste sea inasumible”, es decir, cuando el diferencial de interés que haya que pagar respecto al bono de referencia –el alemán- sea muy amplio.
El problema es que esta situación inasumible se está produciendo ya, porque la prima de riesgo de la deuda española es mucho más alta que la alemana. El pasado septiembre el diferencial entre el bono alemán y el español (obligaciones del Estado a 10 años) rompió la barrera de los 0,50 puntos, el nivel más alto desde el nacimiento del euro.
Fuente: Banco de España (datos recogidos por el Círculo de Empresarios)
La razón se encuentra en el elevado gasto que ha realizado el Gobierno español durante 2008. Al cierre del pasado año, las cuentas públicas gozaban de un superávit de 12.811 millones de euros, pero, tras las elecciones, Moncloa aprobó un paquete de medidas que han esquilmado la caja estatal. Ahora el déficit supera los 13.000 millones de euros.
En la sesión del lunes, la rentabilidad de las obligaciones españolas a diez años recuperó cuatro centésimas y se situó en el 4,53 por ciento en el mercado secundario de deuda pública, mientras que las alemanas tenían una rentabilidad del 4,05 por ciento y las estadounidenses del 3,97 por ciento. Estas cifras representan el interés que deben pagar los estados a los inversores por comprar deuda del Tesoro. A mayor rentabilidad más prima de riesgo.
El coste de emitir deuda se dispara
El problema se agrava al comprobar las emisiones masivas de deuda por parte de los países que rescatarán a sus bancos. El problema de financiación no es una cuestión exclusiva de España, lo que empeora aún más las opciones del Tesoro.
El diario norteamericano Wall Street Journal alerta de que todos los países que se han embarcado en rescates bancarios sufrirán una subida del coste de la deuda y una rebaja de la calificación de las agencias internacionales –algo que se rumorea desde hace meses en el caso español-, lo que ahuyentaría a los inversores privados y agravaría la recesión económica.
Por lo tanto, en contra de lo defendido por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y por el ministro de Economía, Pedro Solbes, la emisión masiva de deuda afectará al bolsillo de los ciudadanos y a las prestaciones sociales futuras, además de generar más subidas de impuestos. “No puedes emitir tal cantidad de deuda en un corto espacio de tiempo sin tener que pagar más por ella”, comentan fuentes del mercado.
Wall Street Journal señala que el impacto en las cuentas públicas dependerá del éxito de los planes de rescate. Si las entidades financieras recuperan la liquidez y vuelven a financiar la actividad productiva mediante créditos a familias y empresas el coste será menor. Pero si, en cambio, los bancos y cajas aumentan sus agujeros en los balances y el Gobierno debe hacer efectivos los avales, entonces la situación será crítica.
“Es increiblemente arriesgado, porque nadie sabe realmente las pérdidas que los bancos afectados por la crisis crediticia y la tormenta subprime van a tener en los próximos meses”, indica Simon Johnson, profesor del MIT y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional.
¿Dónde están los compradores?
En cuanto a encontrar compradores para la deuda estatal, las opciones son escasas. Los grandes inversores institucionales del mundo son los propios bancos que están siendo rescatados, por lo que carecen de liquidez para realizar estas inversiones. Así, sólo quedan los inversores privados y los fondos soberanos. España está intentando convencer a estos últimos para que compren deuda española, según ha admitido el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián.
Pero el problema sigue siendo la desconfianza actual en los mercados financieros y en los países que los sostienen, que afecta incluso a los estados con unas economías más saneadas (España no es uno de ellos).
Al cierre del pasado agosto los bancos centrales tenían el 24 por ciento de la deuda española, las familias y empresas no financieras un 22,4 por ciento, las entidades financieras tienen un 21,5 por ciento, los fondos de inversión y pensiones un 21,1 por ciento y los seguros un 10,7 por ciento.
Fuente: Dirección General del Tesoro
Por países, Francia, los estados del Benelux, Alemania, Italia y Japón son los que más deuda pública española tienen en sus carteras, según los datos de la Dirección General del Tesoro, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda.
Fuente: Dirección General del Tesoro
Los fondos soberanos son fondos estatales de inversión de países exportadores que tienen grandes superávits en sus balanzas comerciales o que gozan de una gran capacidad de extracción de petróleo.
Estos fondos han sufrido grandes pérdidas por sus inversiones en bancos norte americanos tras el estalllido de la crisis subprime y podrían cambiar su estrategia, apostando por activos más seguros como la deuda pública. Aunque su poder comprador no es tan grande como hace unos meses por las pérdidas sufridas en EEUU.
In Spain We Trust
Solbes, consciente de la falta de atractivo de la deuda española, ha decidido lanzar una campaña publicitaria para captar inversores y asegurar los fondos para el gasto comprometido.
El lema escogido es In Spain We Trust, que traducido al español es “Confiamos en España”. Es un guiño a la frase que llevan inscritos los billetes de dólar In God we trust (Confiamos en Dios) y el anuncio, que ya se está publicando en Reino Unido, sitúa el lema sobre una composición gráfica que incluye la moneda japonesa, británica, norteamericana y saudí:
En el billete se puede leer en inglés "España es una economía muy productiva con una sólida posición fiscal. Compre deuda pública española y aproveche su alta liquidez con vencimiento de hasta 30 años". El anuncio recoge también que la deuda española goza de la máxima calificación que asignan las agencias que miden el riesgo de los créditos, la denominada como “AAA”.