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"NO ES UNA LEY, ES UNA DICTADURA"

El insumiso de El Álamo: "No permito que me multen por fumar en mi casa"

Tras ser expedientado por permitir fumar en su local, el hostelero de El Álamo no renuncia a defender los que considera sus derechos.

El pasado viernes, después de diez días permitiendo fumar a sus clientes en su establecimiento, el dueño de la Taberna Montecarlo en El Álamo (un pequeño municipio de Madrid), recibió la visita de los inspectores sanitarios de la región, donde le hicieron entrega de una notificación sancionadora y le abrieron el expediente correspondiente por incumplimiento de la Ley antitabaco, cuya multa podría ascender hasta 600.000 euros.

El propietario de este establecimiento, José Simón, nos recibe en su local para explicar cómo está viviendo la situación.

Pregunta (P): ¿Cuándo decide saltarse la Ley?

Respuesta (R): El día 5 de enero, después de 3 días aplicándola y al comprobar que mis ingresos caían más del 65% debido a la pérdida de clientes.

P: ¿Qué opina sobre la reforma de la Ley Antitabaco?

R: Es absurda porque va contra los derechos humanos y contra la democracia. Yo no la llamaría Ley sino dictadura.

Y si es una Ley Antitabaco, como asegura el Gobierno, creo que sería más lógico prohibir la venta de tabaco, no quitar el derecho a los fumadores a fumar donde quieran. Con esta medida quieren controlar mi vida y la de todos los españoles, pero no se dan cuenta de que nos están llevando a la quiebra.

P: Hay que tener mucho valor para hacer lo que usted ha hecho ¿Se ha sentido desprotegido por ser el único hostelero insurrecto de Madrid?

R: Con 42 años no tengo miedo. Miedo tiene la sociedad que vive bajo una amenaza, bajo una dictadura. Todos protestamos contra este presidente, pero nadie se atreve a levantar la voz porque enseguida las fuerzas del orden te paran, como me ha pasado a mí, pero yo he movilizado a toda la prensa y me he sentido apoyado por toda España.

Los españoles no están en contra de la Ley, están en contra del presidente del Gobierno. Por eso, le pido que dimita, porque si ahora nos hundimos los hosteleros todo se va a pique.

P: ¿Entonces cree que los fumadores han asumido la Ley sin problemas?

R: La han asumido por resignación y por miedo, porque el Gobierno tiene al país atemorizado. Y no puedes tener un país atemorizado, tienes que tener un país contento.

P: ¿Protesta contra la Ley o contra la situación actual de España?

R: Me manifiesto contra la Ley, pero también por los derechos de los españoles. No permito que me vayan a multar con 600.000 euros por fumarme un cigarro en mi casa.

Ellos son los que gobiernan, pero yo me pregunto ¿para qué sirven tantos políticos y tantos ministros sino saben hacer una Ley?

Y si estamos en un país democrático, democracia sería que antes de sacar esta Ley se reunieran todos los partidos políticos para preguntar al pueblo español y para preguntarle a los empresarios. De este modo, nosotros podríamos decidir si en nuestro negocio se puede o no fumar, y el cliente podría decidir libremente si entra o no en este establecimiento.

P: ¿Cree que era el momento adecuado para modificar la Ley?

R: Rotundamente no. Si Zapatero no tenía bastante con la situación económica en la que estamos, ahora se ha echado encima a los hosteleros. Por eso pido la dimisión del presidente. No sabe gobernar.

Antes de sacar esta Ley la gente convivía en armonía y ahora observamos que fumadores y no fumadores están enfrentados, y esto va a llegar a mayores.

P: Uno de los argumentos esgrimidos por el sector anti-humos es que el tabaco perjudica a los trabajadores de los bares. ¿Qué piensa al respecto?

R: Primero, mi camarera fuma. Segundo, si alguien viene a buscar trabajo a un bar en el que se permite fumar no creo que deba imponer al dueño si se fuma o no.

No creo que un empleado pueda decirle al propietario lo que tiene que hacer en su negocio. Puedo entender que una persona que odie el tabaco no quiera trabajar en un lugar con humos, pero todo trabajo requiere un sacrificio.

P: ¿Qué le dice la gente cuando viene al bar?

R: Llega gente de todos los rincones de España, pero he dejado abandonado mi negocio. Tengo mi negocio lleno, sí, pero no cocino, no puedo dar menús... Y ahora, con la prensa todo el día aquí estoy colapsado. No duermo por las noches, tengo un estrés psíquico impresionante. Es un agobio atender a todo el mundo porque no pensé que se iba a montar todo esto.

P: ¿Cómo vivió la visita de los inspectores con la notificación del expediente?

R: Yo sabía que en cuanto saliese mi imagen en televisión me iban a sancionar y he tratado de evitarlo, pero el viernes ya fue imposible y me grabaron.

Después de salir mi imagen en televisión bastaron cuatro palabras para que el delegado del Gobierno llamase a la alcaldesa de este municipio para pedirle que me pararan y, según tengo entendido, le dijo que si no lo hacía en 45 minutos estarían allí los inspectores, y así fue. Puedo decir que a una de las inspectoras se le caían hasta las lágrimas cuando me entregaba el acta.

P: ¿Hasta dónde piensa llegar?

R: Yo nunca he llamado a la rebelión ni al país para que salga a la calle, pero José Luis Rodríguez Zapatero tiene a un país asustado y pienso plantarle cara aunque me tenga que poner en huelga hambre hasta morir.

No voy a permitir que este señor me hunda a mis 42 años, cuando empiezo a tener los cimientos de mi negocio después de toda la vida trabajando.

P: ¿Cuándo llegará el momento de tomar esta decisión?

R: Voy a esperar a las decisiones que tomen los partidos políticos y el presidente del Gobierno, porque ahora mismo tienen un problema con esta Ley y tienen un problema conmigo. O una de dos, o me meten en la cárcel sin haber hecho nada o me pegan un tiro para callarme.

P: ¿Qué opina el resto de los hosteleros del municipio?

R: El local que tengo al lado me ha tachado incluso de competencia desleal por dejar fumar en mi negocio y dice que me he llevado a su clientela, pero yo visité todos los establecimientos del pueblo para invitarles a que se unieran a la causa conmigo.

P: ¿Es consciente de la situación en la que se encuentra?

R: Soy consciente de lo que voy a hacer y hasta dónde soy capaz de llegar. Y si Zapatero me amenaza con cerrarme el bar no creo que tenga valor. Le pido que retroceda porque ya no me importa el tabaco, me importa la democracia.

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