L D (EFE) Según datos recogidos en el último número de la revista Bolsas y Mercados Españoles, en todo este período, desde 1992 a 2006, las empresas cotizadas en ese índice dejaron de crear valor para los accionistas sólo en cinco años: 1992, por la devaluación de la peseta y la subida de tipos; 1994, por la crisis de la deuda tras el "tequilazo"; y 2000, 2001 y 2002, por el estallido de la burbuja tecnológica, los atentados del 11-S y la crisis económica añadida.
Respecto a estos años, 2002 se convirtió en el "annus horribilis" de los tres últimos lustros, ya que las pérdidas se elevaron al 27 por ciento, mientras que en 2000 fueron del 21 por ciento y del 12 por ciento en 1994. En 2001 la caída ascendió al 6 por ciento y fue un punto inferior en 1992.
De los quince años incluidos en la serie, las mayores ganancias correspondieron a los ejercicios de 1992, el 61 por ciento; 1996, cuando la bolsa arrojó un rendimiento del 47 por ciento; 1997, año en el que la rentabilidad ascendió al 44 por ciento y 1998, en el que los inversores obtuvieron un rédito del 39 por ciento. El año pasado se elevó al 36 por ciento.
Respecto a estos años, 2002 se convirtió en el "annus horribilis" de los tres últimos lustros, ya que las pérdidas se elevaron al 27 por ciento, mientras que en 2000 fueron del 21 por ciento y del 12 por ciento en 1994. En 2001 la caída ascendió al 6 por ciento y fue un punto inferior en 1992.
De los quince años incluidos en la serie, las mayores ganancias correspondieron a los ejercicios de 1992, el 61 por ciento; 1996, cuando la bolsa arrojó un rendimiento del 47 por ciento; 1997, año en el que la rentabilidad ascendió al 44 por ciento y 1998, en el que los inversores obtuvieron un rédito del 39 por ciento. El año pasado se elevó al 36 por ciento.
En el artículo se señala la notable dependencia de la bolsa española a la evolución de los tipos de interés, ya que la rentabilidad de la bolsa aumenta a medida que bajan los tipos y viceversa. Así, se explica que un tercio del rendimiento obtenido por la bolsa entre 1992 y 2006 podría atribuirse al descenso de los tipos de interés.
Además, compara la rentabilidad del Ibex y del índice general de la Bolsa de Madrid, que en el tiempo analizado logró un rendimiento del 16,5 por ciento, un punto y una décima superior al del indicador selectivo.
Entre 1989 y 1999, la rentabilidad de la Bolsa de Madrid fue superior a la del Ibex-35, pero a partir del año 2000 el Ibex ha superado al indicador madrileño. Entre 1992 y 2006, el valor creado para el accionista por las empresas del Ibex-35 ha ascendido a 196.000 millones de euros. Sólo el año pasado se elevó a 118.000 millones.
En todos estos años, se ha producido una importante variación en el mercado bursátil español, que ha pasado de negociar 17.558 millones en 1992, a 1,04 billones en 2006. Ni siquiera los protagonistas siguen siendo los mismos, pues sólo diez de los componentes del Ibex-35 en 1991 siguen formando parte del indicador en la actualidad, mientras que otras nueve compañías han cambiado de nombre o se han fusionado.