Según los datos de mercado recogidos por EFE, en la subasta celebrada hoy, el interés marginal se rebajó en 35 puntos básicos en el caso de las letras a un año y en 25 para las de año y medio.
De este modo, el interés de las letras a un año se situó en el 1,899% frente al 2,25% de la anterior operación, en tanto que el interés de las letras a dieciocho meses también se ha reducido hasta el 2,150% desde el 2,40% de la subasta precedente.
El importe esperado se situaba entre 4.500 y 5.500 millones de euros, por lo que la demanda, que ha sido de 15.269 millones -de los que finalmente se han adjudicado 5.515- ha superado -multiplica por tres- ampliamente las expectativas del Tesoro.
Ya en la anterior subasta de esta denominación, celebrada el pasado 20 de julio, el Tesoro logró colocar cerca de 6.000 millones de euros -frente a una demanda de más de 12.000- a pesar de que ofreció una rentabilidad menor (del 2,249% y 2,4%, respectivamente) que en la precedente.
En junio el Tesoro tuvo que elevar la rentabilidad, como venía haciendo desde abril, hasta el 2,450%, el interés más elevado desde noviembre de 2008, mientras que en las letras a 18 meses subió hasta el 2,9%.
También desde el punto de vista de la demanda la subasta de letras a un año y año medio de junio fue algo menos exitosa que las dos posteriores, ya que entonces se adjudicaron 5.168,20 millones de los 9.730,21 millones. Tras la rebaja que la agencia de medición de riesgos Fitch aplicara a finales de mayo a la deuda española el Tesoro español se encontró con dificultades crecientes para colocar sus emisiones, con lo que los intereses marginales se dispararon.
El último examen al que se sometió la deuda española fue el pasado 5 de agosto, cuando el Tesoro adjudicó 3.500 millones de euros en bonos a tres años, el importe máximo que tenía previsto captar, a un tipo de interés marginal del 2,306%, un punto porcentual más bajo que el tipo de interés del 3,394% de la subasta anterior.
En el mercado existía cierta expectación por si la colocación de Letras de hoy podría seguir la tónica descendente en los tipos marginales, después de que la prima de riesgo del bono español respecto a su homólogo alemán haya repuntado para situarse en los niveles previos a la publicación de los test de estrés.