Pero, a pesar de estos avisos, los ministros de José Luis Rodríguez Zapatero que salieron ayer ante los medios negaron cualquier posibilidad de cambiar la decisión ya aprobada por el Congreso de los Diputados.
Por la mañana, fue Miguel Sebastián el que, con un lacónico, “no es la intención del Gobierno” descartó el retraso en la aplicación de la medida. Poco después, fue la supuesta primera autoridad económica del Ejecutivo, Elena Salgado, quien aseguró que “éste es un buen momento” para subir el IVA, puesto que la inflación está controlada.
Salgado se refugió en que otros países europeos, como “Reino Unido y Finlandia” están subiendo el IVA y ninguno prevé bajar impuestos, para justificar que se vaya “a subir el IVA en dos puntos, como ha sido aprobado por el Congreso”. En este sentido, la ministra de Economía destacó que “nuestra recaudación del IVA es la segunda más baja tras la de Luxemburgo” y pronosticó que este impuesto “es el que menos distorsiona la actividad económica”.
La vicepresidenta segunda insinuó, incluso, que podría haber nuevas subidas de impuestos, cuando afirmó, por un lado, que “para seguir invirtiendo necesitamos incrementar nuestros ingresos”, y, por otro, que “la política fiscal es el único instrumento que está en nuestra mano”.
Hay “margen”
Sin embargo, ayer mismo dos informes de dos entidades financieras diferentes (una española y otra extranjera) pedían pensar si éste es el mejor momento para plantear esta subida de impuestos.
Así, Xavier Vives, profesor del IESE, aseguró en la presentación del “Informe CEsifo sobre la Economía Europea 2010” de la Fundación BBVA que España podría tener “más margen” si acometiera un plan de reformas profundo “creíble” sobre el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, informa Europa Press.
En este sentido, Vives aceptó que para luchar contra “las perspectivas de déficit y deuda es bueno proponer crecimientos de impuestos de cara al futuro”, pero mostró sus dudas sobre su “es oportuno aplicarlas en julio”. Además, Vives aseguró que le parecía difícil “conseguir el ahorro de 50.000 millones (que es lo que figura en el Plan de Austeridad del Gobierno) sin atacar la ineficiencia del sistema público”.
En la misma línea, el último informe de Citi sobre las perspectivas de la economía española mantiene sus dudas sobre si el consumo interno logrará elevarse por encima de los niveles del año pasado, en razón de una política fiscal que puede tensar la cuerda algo más de lo previsto. Por eso, prevé una “contracción del consumo del 0,2% en 2010”. En este sentido, Citi tampoco cree que el déficit vaya a bajar demasiado, y pronostica un 10,4% en 2010 y un 9,5% para el año siguiente.