LD (L. Ramírez) El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, se ha dado un baño de realidad en la presentación de a actualización del programa de estabilidad 2008-2011. Además, de rebajar un 260% sus previsiones de crecimiento para 2009 (la economía caerá un 1,6% en 2009, frente al repunte del 1% previsto anteriormente) y de admitir que el déficit público se duplicará hasta rozar el 6% del PIB, Solbes explica que el sector inmobiliario no se recuperará, al menos, hasta 2012.
“Por componentes de inversión, se estima una continuidad en la tendencia contractiva de la inversión en construcción debida, esencialmente, al segmento residencial. Aunque la fase más acusada del ajuste en este sector tendrá lugar hasta mediados de 2009, la inversión en vivienda continuaría anotando tasas de crecimiento negativas hasta el año 2011 incluido”, señala el informe presentado este viernes en Consejo de Ministros.
El ajuste en el sector constructor es una de las variables que diferencia la crisis particular que sufre España de las tormentas financieras internacionales. El ritmo de encarecimiento de los inmuebles -generado fundamentalmente por la no existencia de un mercado libre del suelo al amparo de los ayuntamientos y con la complicidad del Estado y las comunidades autónomas- se detuvo en cuanto el Banco Central Europeo (BCE) subió los tipos de interés y la crisis financiera cerró el grifo del crédito, imposibilitando el acceso a créditos hipotecarios.
En medio de este estallido de la burbuja inmobiliaria española se ha producido, por tanto, la crisis financiera internacional, lo que ha agudizado la caída de la economía nacional. Según el propio Gobierno, el consumo de familias y empresas caerá un 1,5% en 2009, mientras que la demanda interna (la que se realiza dentro del país) se hundirá un 3,2%.
Y siguen las malas noticias. “La inversión en bienes de equipo presentará en 2009 signos de debilidad”, señala Solbes, “el endurecimiento en las condiciones de financiación, el clima de incertidumbre y la ralentización de la actividad económica afectarán negativamente a la inversión empresarial”
Finalmente, en cuanto al balance exterior de la economía, “las exportaciones de bienes y servicios se ralentizarán progresivamente hasta 2009, para recobrar después una cierta fortaleza en el resto del periodo (hasta 2011), una vez resuelta la crisis financiera internacional”, indica el vicepresidente. Es decir, que España carece de herramientas para impulsar sus exportaciones. Eso sí, el hundimiento de la demanda interna reducirá las importaciones.