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El futuro del dólar centra el debate político en la cúpula comunista china

El Banco Popular de China insiste en crear de una nueva superdivisa global en sustitución del dólar. El director de política económica del Partido Comunista Chino recomienda aumentar las reservas de oro para protegerse de una posible caída del dólar. El debate monetario continúa.

En su reciente viaje a China, el secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, realizó unas declaraciones cuya credibilidad es puesta en duda por los hechos. El secretario negó que existieran preocupaciones entre los chinos sobre el futuro del dólar.

Por el contrario, percibió mucha confianza, no sólo en la fortaleza, capacidad de recuperación y dinamismo a largo plazo de la economía norteamericana, sino también en el conjunto de políticas que ha aplicado el Gobierno de Barack Obama. Al igual que al negar que la FED estuviera monetizando deuda, no parece importarle ir en contra de la evidencia.

Al margen de las declaraciones de Geithner, la realidad es que en China existe verdadera preocupación por la situación del dólar. Las muestras de inquietud por estas cuestiones se han dejado ver con frecuencia desde el estallido de la crisis financiera.

Destaca, por ejemplo, la advertencia del Banco Popular Chino a los bancos centrales de que sus políticas generarán inflación mundial o su propuesta de crear una nueva divisa. Tal medida fue reiterada el pasado viernes por el banco central chino, aunque 48 horas después se desdijo afirmando que el gigante asiático no cambiará, de momento, su estrategia monetaria y mantendrá sus reservas en dólares.

Así pues, el debate monetario continúa. Las preocupaciones chinas por la salud del dólar no son en absoluto injustificadas, debido a que analistas y banqueros estiman que alrededor del 70% del total de las reservas chinas están denominadas en dólares. Según datos del Tesoro estadounidense, China es el mayor tenedor de bonos del mundo, con 763.500 millones de dólares a finales de abril.

Una cifra que, sin embargo, algunos consideran conservadora, ya que no tiene en cuenta la cantidad
de papel norteamericano comprado a través de intermediarios londinenses o mediante otras vías. 

Debate interno

A las señales de preocupación ya existentes podemos agregar la más reciente aparecida en los medios, de la que nos informa Reuters. Según Li Lianzhong, director del departamento económico de la oficina de investigaciones de política económica del Partido Comunista Chino, China debería comprar más oro para protegerse de la previsible caída del dólar norteamericano y servir de apoyo para el papel más amplio dentro del sistema monetario internacional que se le quiere dar a la moneda china (el yuan). 

En un foro sobre oro y divisas, este investigador se mostró muy reacio a comprar deuda pública estadounidense. "¿Deberíamos comprar oro o bonos estadounidenses?", se preguntó Li. Su respuesta: "Los EEUU están imprimiendo dólares masivamente, y en vista de esta tendencia, según las leyes de la economía, es indudable que el dólar caerá. Por lo que el oro debería ser una mejor opción". De hecho, incluso afirmó que comprar tierras en el país americano sería mejor para China que comprar bonos del Tesoro.

La agencia Reuters informa de que existe un debate creciente en China acerca de cómo reducir su exposición al dólar y a los activos norteamericanos, en caso de que las políticas tremendamente expansivas del gobierno de Obama, tanto fiscales como monetarias, generen elevada inflación y erosionen el valor del dólar y de los bonos norteamericanos.  

En este contexto se sitúan las declaraciones del analista chino Li Lianzhong. Asimismo, los movimientos reales de China en la mayor acumulación de reservas de oro evidencian el deseo de huir del dólar paulatinamente, confiando en el depósito de valor por excelencia: el metal amarillo. Ya el pasado abril, China estaba muy próxima a duplicar sus reservas de oro desde 2003, convirtiéndose así en la quinta mayor poseedora de este metal del mundo. 

A pesar de este aumento absoluto en la cantidad de oro en manos de los chinos, dado que las reservas en divisas extranjeras han crecido muy rápido en los últimos años, la cantidad de oro respecto al total ha decrecido hasta alrededor del 1,6%, un porcentaje que Li considera demasiado pequeño.

La moneda china como reserva internacional

Además de estas razones para comprar oro, Li dijo que sería conveniente adquirir más cantidad del metal amarillo para sustentar la moneda china, en anticipación a que el yuan se convierta en moneda de reserva a nivel internacional.

En estos momentos, el yuan chino no puede ser intercambiado por otras monedas para realizar transacciones financieras que no estén relacionadas con el comercio. Así se descarta el uso del yuan como moneda de reserva internacional, dado que los bancos centrales no la pueden convertir rápidamente en caso de que fuera necesario.

Sin embargo, el gigante asiático está tratando de aumentar la circulación de su moneda fuera de sus fronteras mediante varias acciones. Una de ellas es el intercambio de divisas (currency swap) que el banco central chino ha acordado con seis países desde diciembre, con el objetivo de que tanto las inversiones como el comercio se realicen mediante moneda china, y no dólares. Otra de estas medidas es el permiso que el Gobierno chino concederá a algunas firmas que tienen relaciones comerciales con Hong Kong a establecer sus transacciones en yuanes. 

A medida que EEUU continúa con sus medidas expansivas no convencionales para salir de esta crisis, se oyen voces alertando de las consecuencias que éstas tendrán sobre la evolución del dólar en particular, y el sistema económico en general. Algunos hablan del colapso del dólar, otros de caídas importantes en su valor.

Lo que parece indiscutible es que el sistema monetario internacional va a sufrir cambios muy significativos en los próximos tiempos. China parece consciente de ello. Por ello, está moviendo sus fichas para no sufrir las nefastas consecuencias de la caída del dólar si ésta finalmente se produce, y en última instancia, poder liderar el "nuevo orden monetario".

En este sentido, tal y como explica el afamado economista de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini en The New York Times, "si China y otros países diversifican sus reservas en dólares -y lo harán- EEUU sufriría".

"Ahora, imagine un mundo en el que China podría pedir prestado y prestar dinero a nivel internacional en su propia moneda. El renminbi, y no el dólar, podría convertirse en un medio de pago en el comercio exterior y una unidad de cuenta en la fijación de precios de importación y exportación, así como un depósito de valor para los inversores internacionales. Los estadounidenses tendrían que pagar el precio. Tendríamos que pagar más para las mercancías importadas, y subirían las tasas de interés y la deuda pública".

Todo ello, conduciría a un "debilitamiento del consumo y de la inversión" y, por lo tanto, "un crecimiento más lento", añade. La caída del dólar, según Roubini, podría tardar más de una década, pero acontecer antes si EEUU no logra poner sus sistema financiero "en orden". Mientras, China insiste en su propuesta de crear una nueva superdivisa global de reserva internacional.

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