Un espectacular fracaso inmobiliario ha sido el colofón del peor año de la historia para las cuentas del Ayuntamiento de Madrid. Este desaguisado incrementará la deuda municipal con otros 127 millones de euros ya que en los presupuestos municipales había previstos unos ingresos por enajenación de patrimonio inmobiliario -147 millones- de los que sólo se ha podido conseguir una veintena (un 14% aproximadamente).
La noticia llega después de la pequeña alegría que la subrogación de la deuda de la M30 había supuesto para el consistorio, pero significa que más de la mitad del ahorro anual logrado con esa medida se ha diluido por la nefasta planificación de las cuentas municipales.
Del mismo modo, el agujero sería también un 60% del dinero conseguido por el Ayuntamiento con la llamativa operación de autoventa de Mercamadrid, que habría supuesto unos ingresos de unos 200 millones de euros.
El mercado dice no a Gallardón
El nuevo agujero de las cuentas municipales nace de una previsión de ingresos que se ha revelado como extremadamente optimista: Gallardón preveía ingresar 147 millones de euros por la venta de suelo municipal, concretamente la previsión era vender hasta ocho parcelas en diferentes zonas de la ciudad, pero la realidad es que ninguno de esos terrenos ha encontrado comprador.
Tres de estas parcelas salieron a subasta en el pasado mes de abril, mientras que otras cuatro lo hicieron durante octubre. Ninguna de ellas encontró comprador y, vista la situación, el Ayuntamiento ha desistido, al menos de momento, de la venta de la octava.
Sin embargo, y acuciado por las perentorias necesidades económicas del consistorio, Gallardón intentó poner en venta otras siete parcelas de suelo municipal que deberían haber supuesto unos ingresos de más de 173 millones de euros.
En este caso sí hubo algunas que encontraron comprador, pero sólo tres de las cuatro más barata, los que han supuesto unos ingresos de 20 millones de euros. Así, Gallardón ha logrado vender un pírrico 6,25% del valor del suelo que ha intentado poner en el mercado.
No para gastos corrientes
Los ingresos generados por estas ventas no podrían dedicarse para el pago de deudas con proveedores, capítulo que se considera que son parte del gasto corriente municipal y eso está prohibido por ley, pero sí podría usarse para inversiones como las que siguen realizándose en el río Manzanares.
Por otro lado, la operación del Ayuntamiento de Madrid de intentar vender más de 300 millones de euros en suelo contrasta con la negativa que despertó en los responsables municipales la sugerencia de Aguirre de hacer precisamente eso para reducir la deuda municipal. Es decir, mientras en público se negaba esa posibilidad la realidad es que Gallardón ha intentado vender 320 millones de euros de suelo, más del doble de lo inicialmente presupuestado.
Críticas de la oposición
El portavoz de la oposición socialista en el consistorio, David Lucas, ha señalado este miércoles que Gallardón y su equipo tienen una desastrosa planificación presupuestaria que "engorda la previsión de ingresos para mantener una serie de gastos, buena parte de ellos innecesarios".
Según Lucas, teniendo en cuenta este y otros errores del consistorio como prever unos ingresos de 225 millones por privatizar el Canal de Isabel II o la cesión de algunos aparcamientos, Madrid tendrá un desfase presupuestario de 387 millones de euros "debido a la mala planificación económica que compromete gasto en previsión de obtener ingresos que no se sabe si finalmente se realizarán".
Además, el portavoz socialista ha señalado que sospecha que el Ayuntamiento ya se ha gastado el dinero que pensaba ingresar con esta venta de patrimonio. "Nos tememos, además, que se ha dedicado a gasto en lugar de inversiones, que es para lo que la ley establece que deben dedicarse los ingresos por enajenación de patrimonio", ha dicho.