La semana pasada vino a España la misión de la Unión Europea para ver sobre el terreno cual es la situación de la economía española y hoy vuelven los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ya nos visitaron el pasado verano, tras el amago de suspensión de pagos que sufrió España el 7 de mayo y que obligó a los países de nuestro entorno a aprobar un paquete de rescate de 750.000 millones de euros. Aquel susto generó hasta una llamada del presidente de EEUU, Barack Obama, para leerle la cartilla a Zapatero, antes la canciller Merkel había hecho lo propio con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, en Bruselas.
Ahora, los técnicos del Fondo llegan a Madrid después del "paraguas de rescate permanente" abierto en la UE para ahuyentar los temores sobre la quiebra portuguesa, que arrastraría al sector financiero español. Según publica hoy el diario Expansión, la misión va a elaborar un informe sobre la situación del sistema financiero. "Tanto desde el organismo multilateral como desde el Ministerio de Economía y Hacienda se ha insistido en que se trata de una visita rutinaria, que no tiene nada que ver con el momento crítico por el que atraviesa la economía española y, muy especialmente, el sector de las cajas de ahorros".
Sin embargo según avanzaba El Mundo, en su edición de ayer, no es casualidad que la delegación del FMI haya decidido venir a España en este preciso momento. Esta información añade que la misión tiene carácter "especial" y es "distinta a las delegaciones anuales de expertos en macroeconomía que envía el FMI para sus informes anuales sobre la economía nacional". Recuerda también que "ya hubo antes del verano otra visita de similares características coincidiendo con la escalada de la prima de riesgo en vísperas de que el Banco de España publicara las pruebas de esfuerzo de bancos y cajas".
Lo que está claro es que el Gobierno español está asustado. Aunque Salgado y Zapatero lo nieguen siempre que acuden a un medio de comunicación, el Ministerio de Economía prepara una inyección de hasta 80.000 millones de euros de dinero público (de todos los contribuyentes) para salvar a las cajas de ahorros y permitirles pasar el nuevo examen que prepara Bruselas. A este respecto, Expansión destaca que "el Gobierno intenta que las cajas cumplan los test de estrés".
No es el único diario que habla de los problemas de estas entidades financieras en portada. El Economista se centra en los problemas de la caja que llevó el ex ministro de Defensa y ex vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, a las puertas de la quiebra. El famoso escándalo de las escuchas ilegales del CESID no fue un obstáculo para que este hombre lograra el sillón de presidente de Caixa Catalunya.
Ahora le han cambiado el nombre (Catalunya Caixa) pero tiene el mismo agujero: "precisa 1.500 millones para pasar el test de estrés. El Banco de España eleva en 500 millones el déficit de solvencia respecto al verano pasado", según explican fuentes de la Generalidad catalana al diario.
Y seguimos con el sector financiero, porque el grupo Unidad Editorial publica a todo trapo que "el Tribunal Supremo inhabilita a Alfredo Sáenz como banquero". El actual consejero delegado del Santander por considerar que cometió dos delitos cuando presidía Banesto. La Sala Penal del Alto Tribunal "ha resuelto condenar a Alfredo Sáenz a ocho meses de prisión, multa e inhabilitación especial para cualquier empleo relacionado con la banca por delitos de presentación de una acusación falsa y de estafa procesal".
Según cuentan hoy El Mundo y Expansión, Sáenz cometió esos delitos cuando era presidente de Banesto y "con su conocimiento y beneplácito" se presentó una querella por estafa y alzamiento de bienes contra cuatro empresarios "a sabiendas de que eran completamente inocentes". La querella falsa dio lugar a que los empresarios fueran detenidos y tres de ellos fueron enviados unos días a la cárcel, y "se utilizó como medida de presión para intentar cobrar una deuda de 3,8 millones de euros que había contraído con Banesto un grupo en el que los querellados tenían una participación minoritaria".
Y no podemos terminar el repaso a la actualidad económica sin hablar de la crisis de deuda y los problemas de España para conseguir dinero en el mercado. El Economista anuncia que el Tesoro acelerará el calendario de emisiones de bonos, letras y obligaciones para aprovechar el respiro que ha dado la prima de riesgo en los últimos días, por el salvavidas lanzado por Europa. También Cinco Días habla de ello, al indicar que ""la mejora del mercado permitirá al Tesoro emitir deuda sindicada".
Los títulos objeto de la emisión serían bonos a diez años, y el importe podría rondar los 6.000 millones de euros. Una operación por sindicación se realiza a través de un grupo de bancos que el Tesoro ficha para la ocasión, como una emisión habitual de un banco o una empresa en los mercados mayoristas de financiación.
Los mercados se encontrarán en el primer mes de 2011 con toda una avalancha de deuda española, en todas las vertientes. Las previstas con carácter ordinario se verán completadas, al menos, con una emisión sindicada y con la colocación del déficit de tarifa. Esto genera un problema para la financiación del sector privado, que ve como el poco dinero que hay disponible en el mercado se lo lleva el sector público usando a los contribuyentes (actuales y futuros) como avalistas. En inglés se llama crowding out (efecto expulsión) y es otra muestra más de que la economía de libre mercado es una absoluta quimera.