Desde el pasado 9 de mayo, España es una suerte de protectorado económico, en parte vigilado por la UE y en parte por el FMI. Sólo así se explica que el Gobierno de Rodríguez Zapatero haya acometido reformas que durante los seis años de mandato siempre había negado que acometería. Eso sí, Strauss-Kahn le ha avisado de que la reforma laboral puede "mejorarse" en el trámite parlamentario y le ha advertido de que estará vigilante para que aplique "bien" el plan de ajuste.
En aquella jornada, se acordó la creación de un Fondo de Rescate para ayudar a las economías en apuros de 750.000 millones. Pero, evidentemente, los que iban a pagar la factura (la UE, principalmente Alemania, y el FMI) no iban a permitir que los alumnos díscolos seguir con sus anteriores prácticas. Por eso, a España le pusieron deberes que iban desde el recorte del gasto público hasta las reformas estructurales que empezaban por el mercado laboral.
Tres días después de aquella noche en Bruselas, el Gobierno anunció el tijeretazo y, apenas pasado ese trago, aceleró la reforma del mercado laboral. Estos dos anuncios han dañado la imagen del presidente y suponen un cambio de 180º respecto a lo que había defendido hasta ahora el socialista, por lo que casi todos los analistas coinciden en señalar que han sido tomados bajo la presión de los organismos internacionales.
Quizás por eso, el propio director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, ha tardado apenas un mes en pasarse por Madrid y comprobar cómo llevaba los deberes uno de sus alumnos más díscolos. Su dictamen ha sido positivo, pero ha deslizado que quizás la reforma laboral podría “mejorarse” durante la tramitación parlamentaria y ha animado a aplicar “bien” las medidas de recorte del déficit.
En este sentido, Strauss-Khan abogó por esperar para ver si "mejora" durante la tramitación parlamentaria porque la reforma laboral sentará las bases para las próximas dos décadas de crecimiento y porque las cosas siempre se pueden mejorar. También valoró positivamente también las medidas españolas para reducir el déficit, y aseguró que tiene una confianza "enorme" en las perspectivas a medio y largo plazo para la economía española siempre que los esfuerzos necesarios se lleven a cabo, informa Europa Press.
A su parecer, las decisiones del Gobierno español en este sentido son "muy bienvenidas" y serán "tremendamente eficaces", ya que su implantación permitirá que se empiece a reducir el déficit "rápidamente". Además, si se ponen en marcha y se aplican "bien" serán "de enorme utilidad", aunque supongan ciertos esfuerzos para los ciudadanos.
El francés aseguró que estas medidas serán de "enorme utilidad" en el futuro y que podría sentar las bases para el crecimiento de la economía española en las dos próximas décadas. Al respecto, dijo que otros países europeos han preferido procesos de consolidación "más graduales", ya que puntualizó que "hay que establecer la sostenibilidad fiscal, pero a distinto ritmo según la situación de cada país".