El Gobierno de Suecia había reiteró esta semana su rechazo a la nacionalización del fabricante de automóviles Saab para evitar su quiebra, pese al riesgo de desaparición de la histórica marca, que busca comprador desde hace un año.
Avales del Gobierno sueco
La ministra sueca de Industria, Maud Olofsson, señaló que su Gobierno estaría dispuesto a avalar un eventual crédito del Banco Europeo de Inversiones para intentar salvar a Saab, pero descartó la compra del fabricante sueco u otro tipo de ayudas reclamadas también por General Motors.
"El Gobierno ha cerrado la puerta a la posibilidad de adquirir fábricas de automóviles. No es nuestro plan ni nuestra estrategia de negocio, y creemos que no sería una alternativa realista", declaró la ministra. Además, la titular sueca de Industria afirmó que se siente "muy decepcionada" con GM y criticó duramente la manera como el mayor grupo mundial de automoción pretende deshacerse de Saab después de dos décadas como propietario mayoritario.
"No han tomado ninguna responsabilidad como dueños de Saab y ahora pretenden trasladar esa responsabilidad a los contribuyentes suecos", declaró Olofsson. Saab, que el pasado año produjo unos 94.000 vehículos, da empleo a unos 4.100 trabajadores en Suecia, la gran mayoría en la fábrica de Trollhättan, al suroeste del país.